Usted está aquí: miércoles 9 de mayo de 2007 Opinión Bajo la lupa

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Fin de las divisas nacionales, según Benn Steil, del CFR

Ampliar la imagen La idea de la tripolaridad de las divisas fue propuesta, a finales de la década de los 90, por Oskar Lafontaine, hoy líder del Partido de Izquierda alemán La idea de la tripolaridad de las divisas fue propuesta, a finales de la década de los 90, por Oskar Lafontaine, hoy líder del Partido de Izquierda alemán

En el número del bimestre mayo/junio del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, su director en Economía Internacional, el británico Benn Steil, otro poseído por la desregulada globalización financiera neofeudal, aboga por la abolición de las divisas nacionales para ser sustituidas por el dólar unipolar o, en su defecto, por la tripolaridad del billete verde, el euro y otra divisa asiática inespecífica.

Va el resumen oficial de su extensísimo artículo: "La inestabilidad financiera global ha desencadenado el auge del 'nacionalismo económico'-la idea de que los países deben crear y controlar sus propias monedas. Pero la globalización y el nacionalismo monetario son una peligrosa combinación, una causa de las crisis financieras y de tensión geopolítica. El mundo (¡súper sic!) necesita abandonar sus indeseables monedas y sustituirlas con dólares, euros y divisas trasnacionales todavía desconocidas (sic)".

Llama la atención que el CFR, en el momento del naufragio global del dólar, desde su Titanic financiero se atreva a lanzar salvavidas agujereados y desinflados. El mensaje va dirigido al exitoso BRIC (Brasil, Rusia, India y China) -en realidad, solamente menciona a este último y se equivoca en su tenencia de reservas de divisas, que son 20 por ciento superiores a su cifra -y, en menor grado, al asombroso lanzamiento del Banco del Sur por Venezuela.

A nuestro juicio, Steil conjuga la desregulación de las finanzas globales tanto con la unipolaridad unilateralista de la doctrina Wolfowitz, como con el Proyecto por el Nuevo Siglo Estadunidense (PAC, por sus siglas en inglés).

En su artículo también aborda aspectos muy interesantes sobre el oro, tema que vale la pena analizar ex profeso, y en su conclusión explosiva amenaza con que si EU y otros países (que no cita) no siguen sus consejos perentorios, los "mercados (sic) podrán privatizar su propio dinero" -una de las propuestas ultramonetaristas del austriaco Friedrich Hayek.

La idea de la tripolaridad de las divisas no es ninguna originalidad de Steil; ya había sido propuesta a finales de la década de los 90 -en ese entonces el dólar, el deutschmark y el yen- por el hugonote Oskar Lafontaine (hoy líder del Partido de Izquierda alemán), cuando fungió como ministro socialdemócrata de Finanzas del gabinete de Schroeder.

Lafontaine fue literalmente exorcizado por la prensa británica como el "rojo" y fue obligado a renunciar por exponer ideas "políticamente incorrectas". Dice mucho sobre las peripecias turbulentas del dólar que una década más tarde el británico Steil, fanático de la desregulación monetaria, adopte la tesis "escarlata" del alemán a quien plagia de manera obscena.

A la demolición de las divisas nacionales ya se habían adelantado, mucho antes que Steil, los "gobernadores" de los bancos centrales adictos al decálogo neoliberal del extinto Consenso de Washington de vocación thatcheriana-reaganiana, específicamente la mediocre fauna latinoamericana apátrida, entre la cual nadie ha sido su mejor practicante que el cordobista Ortiz Martínez del "autónomo" Banco de México: un verdadero "estado dentro del estado", como el fétido IFE.

Pero, ¿quién es el temerario británico Benn Steil? Su biografía oficial en la página del CFR es insulsa y oculta su peligrosidad operativa al más alto nivel de las finanzas de la City, convertida en el principal centro financiero global: editor de International Finance y cofundador de la consultora trasatlántica Efficient Frontiers LLC, había sido director del programa de Economía Internacional del Instituto Real británico de Asuntos Internacionales (RIIA, por sus siglas en inglés) y becario del poderoso Proyecto Británico-Estadunidense (BAP, por las siglas en inglés). Su libro más reciente, publicado por la Universidad de Yale en coautoría con Robert Litan -econometrista fanático de la desregulación, proveniente de Wharton, hoy vinculado a Brookings y al tóxico American Enterprise Institute (que maneja la esposa de Dick Cheney)- se titula: Arte financiero de gobernar: el papel de los mercados financieros en la política exterior de Estados Unidos.

Nuestras invaluables fuentes en Washington nos susurran el ominoso perfil del británico Steil, quien ha vivido de becas y dádivas de la plutocracia global toda su vida: triplemente becario del selecto Tricencentenario londinense de la célebre aseguradora Lloyds, del Colegio Nuffield (Oxford) y del elitista RIIA (Nota: un equivalente del CFR en Gran Bretaña). Transferido al CFR de Nueva York, fue uno de los mas acérrimos enemigos de la "nueva arquitectura financiera internacional" de la dupla Clinton-Rubin. ¿Pero cuál es la identidad del BAP?

El BAP fue fundado en 1985 por sir Charles Villiers y 12 años más tarde, cuando llega al poder el hoy vapuleado y vilipendiado Tony Blair, se rodea de sus valiosos recursos humanos: su jefe de gabinete, Jonathan Powell; su íntimo, comisionado comercial de la Unión Europea, Peter Mandelson; la baronesa Elizabeth Symons, etcétera (The Guardian, 6/11/04). Uno de los "padrinos" (en el sentido más amplio) del BAP es lord Peter Carrington, anterior secretario general de la OTAN y prominente miembro de la Orden de la Jarretera de la Casa de Windsor.

Que Steil pertenece a la cúpula de la desregulada globalización financiera neofeudal lo delata su mando de un comité que aboga por la apertura del MTS (plataforma electrónica de la comercialización de deuda de los gobiernos de la eurozona, adonde aún no ingresa Gran Bretaña) a los ominosos hedge funds (fondos de cobertura de riesgo), dizque para beneficiarse de su excesiva liquidez. Los hedge funds, de los que son líderes en su manejo los megaespeculadores financieros británicos, controlarían así la deuda gubernamental, es decir, manejarían a gobiernos europeos al estilo del "México neoliberal".

Benn Steil hizo el ridículo el 10 de febrero de 2004 al no saber cómo justificar el estrepitoso cataclismo (ahora es peor) del TLCAN "10 años más tarde", durante un panel patrocinado por el Centro de Estudios Geoeconómicos Maurice R.Greenberg en el que participó el zedillista-cordobista y eterno fracasado Jaime Serra Puche con su nuevo disfraz de consultor en la SAI. Serra, uno de los óptimos sepultureros de la patria mexicana, fue becario de Yale y funge como "director" de Vitro y Grupo Modelo; además, es de los pocos "mexicanos" que pertenecen a la siniestra Comisión Trilateral.

A propósito de Maurice Greenberg -otro prominente patrocinador del británico Steil (y de Serra, provocador y prevaricador del efecto tequila)- ya habíamos detectado su participación "financiera" en la "demolición controlada de las Torres Gemelas" del 11/9 (Bajo la Lupa, 26 septiembre, 3 octubre y 22 diciembre de 2004 y 22/6/05).

¿El efecto tequila no habrá sido otra "demolición controlada" de México, por los mismos operadores "globales"?

¿Hasta dónde piensan llegar los demoniacos banqueros del eje Nueva York-la City? ¿No hay alguien los pueda detener antes de que lleven al planeta a un nuevo Armagedón financiero?

La idea de la tripolaridad de las divisas fue propuesta, a finales de la década de los 90, por Oskar Lafontaine, hoy líder del Partido de Izquierda alemán

 
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