Usted está aquí: martes 8 de mayo de 2007 Cultura Tunick realizó una instalación con cien ''Fridas'' desnudas

Nueva carrera del fotógrafo neoyorquino contra el sol, ahora en Coyoacán

Tunick realizó una instalación con cien ''Fridas'' desnudas

La madrugada de este lunes citó a mujeres de 25 a 47 años de edad, con cabello negro y largo

En el jardín de la Casa Museo Frida Kahlo, trabajó en secreto para ahuyentar a la prensa

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Algunas de las participantes, el domingo pasado, en la instalación masiva de desnudos de Spencer Tunick, de entre ellas , el fotógrafo estadunidense ''reclutó'' a un centenar de mujeres con cabello largo y negro para realizar este lunes otra escultura humana de esa naturaleza en la Casa Museo Frida Kahlo, de Coyoacán Algunas de las participantes, el domingo pasado, en la instalación masiva de desnudos de Spencer Tunick, de entre ellas , el fotógrafo estadunidense ''reclutó'' a un centenar de mujeres con cabello largo y negro para realizar este lunes otra escultura humana de esa naturaleza en la Casa Museo Frida Kahlo, de Coyoacán Foto: Ap

Después de reunir el domingo pasado a l9 mil personas en el Zócalo, el artista estadunidense Spencer Tunick volvió a sorprender a todos, al realizar ayer una nueva instalación de desnudos, ahora en la Casa Museo Frida Kahlo, con un centenar de mujeres maquilladas a la usanza de la célebre pintora cuyo centenario de nacimiento se cumple el próximo 6 de julio, esto es, con las cejas pobladas y unidas en forma de ave, así como el cabello peinado con trenza.

De acuerdo con Mireya Escalante, coordinadora el proyecto de Tunick en México, desde un principio se pensó hacer esta segunda instalación, más pequeña.

Según Hilda Trujillo, coordinadora de los museos Casa de Frida Kahlo y Anahuacalli, Tunick ya traía la idea de ''acercarse a Frida", porque su personaje ''le atrae" y la instalación correspondiente sería en uno de esos recintos.

El sábado 5, el artista visitó el Anahuacalli, pero decidió que quería un lugar ''más íntimo". En seguida, la comitiva se dirigió a la llamada Casa Azul.

''Me dijo que le había gustado, pero nunca confirmó nada hasta el domingo muy noche, cuando me habló para preguntar si se lo permitía", expresó Trujillo, quien a su vez consultó con el director general, Carlos Philips Olmedo, y obtuvo de éste luz verde.

Ahora sí hubo requisitos

Fue al término de la última toma fotográfica en el Zócalo, que surgió de manera espontánea sólo con mujeres participantes en la instalación masiva, que Tunick les informó del segundo trabajo. Ahora, sin embargo, sí hubo requisitos.

El artista pidió que fueran mujeres de 25 a 47 años (edad a la que falleció Frida), y que tuvieran el pelo oscuro y largo. Inclusive, las conminó a ir con él al hotel donde se hospedaba, para de una vez hacer la selección.

Todo se trató de hacer con la mayor confidencialidad, porque en esta ocasión no querían prensa, ya que se haría a puerta cerrada. Ni siquiera las seleccionadas sabían a dónde iban exactamente. Sólo que fueron citadas a las 5:30 de la mañana del lunes 6 en una librería sobre la plaza de Coyoacán. De allí fueron transportadas en camión al Museo Casa de Frida Kahlo, ubicado en la cercana calle de Londres, en el número 247.

Una vez adentro, Tunick dijo que quería hacer las tomas en el jardín, señala Hilda Trujillo. Para entonces, ya eran las seis de la mañana. ¿Qué les pidió Spencer a sus modelos? ''Que se hicieran trenzas y se remarcaran las cejas", aunque la entrevistada asegura que nada se dijo respecto del ''bigote" de Kahlo.

Monsiváis, invitado

En el jardín las fotos se dividieron entre la fuente y el área donde está una pirámide.

Mireya Escalante relata que en la primera posición las mujeres traían las trenzas alzadas sobre la cabeza a la manera de ''cabello coronado", un peinado clásico de Frida. Ya para la segunda posición, donde hubo mujeres ''sentadas y otras de pie", les bajaron las trenzas. Como todas las instalaciones de Tunick. Esta fue una nueva carrera contra el sol, ya que siempre trabaja con la primera claridad del cielo.

Ahora, hubo un invitado: el escritor Carlos Monsiváis. Trujillo lo invitó: ''Le hablé y le dije, ¿no quieres venir?

-¿No incomodó que estuviera allí?

-No, le aplaudieron mucho cuando llegó. Lo quieren mucho.

Después se difundió la versión de que Monsiváis había participado como modelo en la sesión fotográfica y que una de las condiciones fue que se quitara los lentes, el problema consistió en que ''sólo veía sombras".

Trujillo aclaró que ''eso fue una broma cuando lo entrevistaron. No, no se desnudó. Estuvo platicando con Tunick. Es muy penoso".

Para las nueve de la mañana todo había terminado.

Estas imágenes también se mostrarán en la exposición que el fotógrafo neoyorquino montará para septiembre en el Museo Universitario de Ciencias y Arte, en Ciudad Universitaria.

Sociedad un poco más decente

-¿De qué manera trascenderá en la vida de los mexicanos la instalación de desnudos en el Zócalo?

-Nadie sabe a ciencia cierta o incierta de qué modo trasciendan los hechos notorios o significativos en la vida de las colectividades. Allí cada interpretación se hace cargo del gasto interpretativo. Sí se puede decir en cambio no lo que pasará sino lo que pasó; se demostró que el gran mérito de los perjuicios consagrados es su falsedad, tal y como lo ha declarado con su lucidez característica (estrictamente con ésa) el cardenal primado Norberto Rivera: ''El aborto no es el fin del mundo'' (4 de mayo de 2007) y, tres días más tarde: ''No creo que la catedral se afecte, no se cayó ninguna piedra'' (¡Qué piedras más inmorales!); se comprobó que el cuerpo humano no es pecaminoso en sí, lo que deja abierta la sospecha de que los pecados pueden no ser corporales; se probaron las características liberales de un gran sector de capitalinos.

''El desnudo de 20 mil personas fue un acto extraordinario, y sus repercusiones si no son válidas para todos sí coinciden con otros hechos (las sociedades de convivencia, la despenalización del aborto) que reiteran lo muy positivo: somos ya una sociedad un poquito más decente, lo que no es poco.''

-¿Qué significó para usted asistir hoy a la sesión fotográfica en el Museo Casa de Frida Kahlo?

-Ir a la casa de Frida Kahlo, uno de los centros ceremoniales de la ciudad de México (así se le vive, entonces eso es) fue una gran experiencia.

''Allí las tres instalaciones de Spencer Tunick tuvieron una gran precisión plástica, y la tercera resultó francamente notable. Las mujeres de muy distinta edad y muy diferente complexión estaban emocionadas, y su actitud era del respeto más inteligente, el que se acompaña de la alegría.

''Y Diego Rivera era otra referencia constante (Escuché un grito: 'Diego/ Rivera/ el pueblo se te encuera', lo que a Diego debió entusiasmarle o si no todas sus biografías son apócrifas).

''Una fiesta en honor de Frida y de la dignidad de los cuerpos humanos, y en un recinto pleno de alusiones míticas. ¿Qué más?''

 
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