Usted está aquí: domingo 6 de mayo de 2007 Opinión ¿La Fiesta en Paz?

¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Páez

Diversión y emoción

El solaz, ajeno a las corridas de toros

Faena memorable de El Glison

Ampliar la imagen En la fiesta actual lo que vende son los animales saltarines En la fiesta actual lo que vende son los animales saltarines Foto: Pajarito, óleo de Juan Manuel de la Rosa

SI ALGUNA PALABRA emplean mal los toreros actuales, es diversión. Después de una corrida, sudorosos y con el terno ensangrentado -si no es que hecho jirones-, suelen decir: "El público se divirtió", si hubo triunfos o corte de orejas, o: "El público no pudo divertirse" si el ganado fue poco propicio para la faena convencional.

¿PERO COMO se puede hablar de diversión cuando se supone que está en juego la vida de dos seres? Divertir es entretener, distraer, solazar, causar risa o hasta carcajadas, es decir, es lo más opuesto a lo que provoca un toro bravo en plenitud de facultades, con sus astas íntegras, dispuesto a arrancarle la cabeza al torero al menor descuido; esa palabra tampoco es sinónimo de lo que producen los momentos de valor, inteligencia y estética que el diestro pueda lograr.

PARA DIVERTIRSE O causar una risa lindante en la compasión y la pena ajena, quedan todavía no pocos políticos, ciertos locutores metidos a analistas, todopoderosos concesionarios de monopolios y algunos ex presidentes -no por torpes, menos convencidos de lo acertado de sus garrafales errores.

ASI, UNA RISA agridulce es lo más que provoca el genio pequeño que quiso pasar por el más modernizador de los mandatarios y, a la postre, lo único que consiguió fue regresar al país al siglo XIX, pero de la época prejuarista, con un clero soliviantado e insensible. O el divertido analfabetismo político y cultural del grandulón con botas que, al igual que sus antecesores priístas -digamos de De la Madrid a Zedillo-, tampoco se atrevió a tocar la fiesta de toros ni con el pétalo de un adjetivo pero, eso sí, en su rancho tiene cortijo privado y ganado de lidia: la doble moral, pero con la bendición papal. Eso es ofensivamente divertido.

LA SEMANA PASADA me llamó un buen aficionado para informarme de algo que la prensa especializada tiene buen cuidado de no difundir, pues ya se sabe que en la fiesta actual lo único que vende son las cornadas y los toros saltarines, ah, y uno que otro comercial idiota de chicles.

"EN TORREON, EL viernes 27 de abril -comenzó, emocionado, mi informante- Jorge de Jesús El Glison realizó con un bravo, emotivo y noble toro del hierro queretano de Jaral de Peñas, propiedad del prestigiado ganadero don Luis Barroso Barona, una faena verdaderamente memorable. El de Saltillo citaba de largo y también se recreaba en cada templado muletazo. Nada de tres y el de pecho, sino tandas increíbles de hasta 10 y 12 pases en un palmo de terreno. De no creerse, la tauridad del animal y la personalidad del torero.

"GRAN PARTE del público no quería que El Glison se tirara a matar, sino que continuara toreando y demandaba el indulto, mientras que otro sector le exigía que despachara al astado, lo que provocó una fuerte polémica en los tendidos, hasta que el juez mandó un aviso, después de 20 minutos de magistral faena con la mano derecha (no toreó con la izquierda porque aún no se repone de las costillas que le fracturó el toro en Iztapa). Muy a su pesar, de certera estocada se deshizo Jorge de tan excepcional enemigo."

fiespaz-gmail.com

 
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