Adelantan las elecciones legislativas en Ucrania
Moscú, 4 de mayo. A un mes y dos días de haber puesto fin a su cohabitación, el presidente Viktor Yushenko y el primer ministro Viktor Yanukovich, símbolos opuestos de un país fracturado en dos mitades, una que mira hacia Occidente y la otra hacia Rusia, anunciaron este viernes un acuerdo de principio para resolver la desgastante crisis de poder en Ucrania.
Ambos dirigentes convinieron en celebrar elecciones legislativas anticipadas, 60 días después de que el grupo mixto de expertos designados por ellos terminen de negociar los detalles para asegurar unos comicios "limpios y democráticos".
Tras probar el arsenal de recursos legalistas al alcance de cada uno, concluyeron que es la única forma de superar la virtual parálisis que afecta a este país eslavo desde que el presidente decretó la disolución de la Rada (parlamento), el 2 de abril pasado.
La legislación ucraniana, que ahora tendrán que enmendar a toda prisa, brindó a Yushenko un resquicio para vencer la negativa de Yanukovich a aceptar la disolución de la Rada: la posibilidad de volverla a disolver con cualquier otro motivo antes de que la Corte Constitucional haya decidido sobre el decreto original, cuantas veces lo estime necesario y como en realidad sucedió ahora, lo cual hace irrelevante la labor de unos jueces ya de por sí divididos.
Para evitar que Ucrania entrara en ese irrompible círculo vicioso que, en el fondo, a nadie conviene, Yushenko y Yanukovich debieron hacer importantes concesiones.
El presidente aceptó suspender "temporalmente" su decreto disolutorio para que el Parlamento pueda aprobar los documentos que, a partir del acuerdo de principio, ya se están negociando para "desbloquear el proceso electoral". Tampoco se opuso a convocar las legislativas anticipadas más tarde de lo que quería, el 27 de mayo y luego el 24 de junio siguientes, en una fecha por determinar.
El premier, por su parte, asumió como irreversible la disolución del Parlamento y renunció a su exigencia de celebrar elecciones presidenciales anticipadas de manera simultánea con las parlamentarias.
Se tiene sobre la mesa una fórmula de compromiso que despeja el camino a un arreglo político en Ucrania; ahora faltaría, para desgracia de sus habitantes, que el entendimiento entre Yushenko y Yanukovich devenga en papel mojado a la hora de amarrar los flecos.