Usted está aquí: sábado 5 de mayo de 2007 Deportes Se va una persona importante no sólo en el futbol, sino como ser humano: Zelada

Reinoso y Verderi lo consideraban un padre

Se va una persona importante no sólo en el futbol, sino como ser humano: Zelada

ABRIL DEL RIO

Enterados desde temprana hora del fallecimiento de José Antonio Roca, familia y amigos, en su mayoría americanistas, se hicieron presentes en una capilla de esta ciudad, donde este mediodía serán cremados los restos de quien fue considerado uno de los hombres más valiosos en la historia del futbol mexicano.

El ex técnico de las Aguilas y de la selección nacional fue recordado con gran afecto durante un desfile de ex compañeros, sobre todo de quienes se desarrollaron a su lado en el balompié, y entre otras cosas por la rivalidad con Chivas que llevó al superclásico, y que todos le atribuyen.

"Se va mi papá, se va mi padre deportivo y el dolor es grande, pero era preferible a como estaba, que ya descansara", expresó Carlos Reinoso, uno de los mayores astros que lucieron a Roca como timonel del América.

"Lo adoro y quiero quedarme con el recuerdo de mi padre, como lo conocí. No quiero hablar de futbol, prefiero acompañarlo en su último viaje. Es algo muy fuerte para mí", anotó el ex mediocampista.

También muy consternado, Héctor Miguel Zelada apenas recordó las paradas gloriosas desde su arco y prefirió evocar al amigo. "Se va una persona no sólo importante en el aspecto futbolístico, sino principalmente como ser humano, para mí, muy especial.

"No me alcanzarían las palabras para describir a José Antonio, un caballero, más allá de lo que dejó al balompié. Me abrió las puertas de su familia, fue además mi entrenador y como tal hay muchas cosas para recordar, pero lo humano es más importante", anotó Zelada.

Enrique Borja comentó que era muy emotivo encontrar en la despedida de Roca a compañeros que han legado grandes experiencia al futbol mexicano.

"Me refiero a la trilogía de Roca, Raúl Cárdenas y don Nacho Tréllez. (Roca) Nada más se nos adelanta, pero en lugar de verlo con tristeza, es siempre con alegría; primero, porque Pepe ya descansó y segundo porque deja una imagen muy buena en el tiempo que duró su carrera, como ser humano y como jugador".

Néstor Verderi, ex guardameta y ahora preparador de porteros en el nido de Coapa, también lo consideró "un padre. Creo que lo fue para muchos. No solamente marcó el curso en el América sino mi vida. El recomendó mi contratación", recordó el argentino.

"Su camino fue de permanente enseñanza y quien quería aprendía. Muchas veces uno tiene padres futbolísticos, espirituales y él lo era para mucha gente", dijo.

Verderi coincidió con la mayoría de los asistentes a la capilla en que "más que para el futbol mexicano, el legado del señor Roca fue su grandeza, su entrega y sus enseñanzas, las de un ser humano excelente".

Al último adiós se unieron decenas de ex compañeros y pupilos, como Joaquín Badillo, Javier Kalimán Guzmán, José Luis Lamadrid y Cristóbal Ortega, quien extendió sobre el féretro una playera del América, mientras un grupo de alumnos del Tec de Monterrey ciudad de México depositó otra de esa institución, una de las tantas en las que Roca colaboró en el desarrollo deportivo.

 
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