Usted está aquí: lunes 30 de abril de 2007 Capital Llama Rivera a desobediencia de las reformas sobre aborto

Constituyen el retorno a la ley del más fuerte, afirma en una declaración conjunta

Llama Rivera a desobediencia de las reformas sobre aborto

Insta a quienes se puedan ver implicados en esa práctica a invocar la objeción de conciencia

ALMA E. MUÑOZ

Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera y sus ocho obispos auxiliares en la Arquidiócesis fijaron postura frente a la despenalización del aborto El cardenal Norberto Rivera y sus ocho obispos auxiliares en la Arquidiócesis fijaron postura frente a la despenalización del aborto Foto: María Meléndrez

El cardenal Norberto Rivera Carrera pidió a la grey católica no reconocer los cambios legislativos que despenalizan el aborto en el Distrito Federal, por ser moralmente ilícitos para su Iglesia.

"Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley en el mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsicamente ilícito, porque es contrario a la ley de Dios, escrita en el corazón de todo hombre, reconocible por la razón misma, y proclamada por la Iglesia", apeló con base en la carta encíclica Evangelium Vitae del fallecido papa Juan Pablo II.

Pidió a todas las personas de "recta conciencia a no hacerse responsables de este acto abominable". Exhortó a médicos, enfermeras, asistentes de salud y todos aquellos que "por la aplicación de esta ley inicua podrían verse involucrados" en la interrupción de un embarazo, a invocar su derecho a la objeción de conciencia para no ser partícipes de lo que llamó un "execrable asesinato".

Al externar su más "firme condena" a la despenalización del aborto mediante la Declaración conjunta de su eminentísimo arzobispo de México y obispos ante la despenalización del aborto, signada junto con sus ocho obispos auxiliares en la Arquidiócesis de México, definió que la reforma reciente "socava gravemente las bases del derecho y daña la convivencia civil, en la que los derechos de todos deben ser respetados".

Lejos de constituir un progreso social, afirmó el grupo de religiosos, la ley constituye el retorno a la ley del más fuerte". Modificaciones de esta naturaleza, insistieron, reflejan que "no hay futuro para una sociedad que se atreve a atentar contra sus miembros más vulnerables".

En el documento, leído desde el Altar Mayor de la Catedral Metropolitana por el obispo Marcelino Hernández, los jerarcas católicos externaron su dolor por la aprobación de lo que llamaron una "ley injusta que priva de la protección del derecho a la vida de los niños no nacidos".

Indicaron que "no se puede justificar el aborto pretendiendo negar el estatuto humano del embrión. El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción", y a partir de ese momento se le debe reconocer su derecho a la vida.

Por tanto confirmamos, sostuvieron, que "el cambio de términos legales, es decir, la definición de aborto, no lo hace moralmente lícito", con base en lo establecido en la encíclica sobre la defensa de la vida, promulgada el 25 de marzo de 1995.

Expresaron entonces su llamado a "todas las personas de recta conciencia a no hacerse responsables de este acto abominable. Recordamos que toda persona que preste alguna ayuda a la realización de este execrable asesinato se hace moralmente responsable del mismo", advirtieron.

Y recordaron al personal de salud que pudiera verse involucrado en la práctica de abortos que "pueden hacer valer su derecho a la objeción de conciencia".

Como pastores pidieron a sus agentes de pastoral, clérigos y laicos, apoyar a todas las mujeres que ante un embarazo no previsto están siendo expuestas con la legislación a "hacerse responsables de un acto que pondría en riesgo no sólo su salud física, psicológica y moral, sino también su salud espiritual y eterna, ocasionándoles más dolor del que desean evitar.

Finalmente, los prelados, Rivera Carrera, Carlos Briceño, Marcelino Hernández, Felipe Tejeda, Antonio Ortega, Francisco Clavel, Jonás Guerrero, Víctor Sánchez y Rogelio Esquivel, externaron su reconocimiento a los fieles que manifiestan de múltiples formas su oposición a los cambios legislativos que permiten la interrupción de un embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación, y agradecieron a otras confesiones cristianas su respaldo en lo que llamaron la "misión en la defensa y promoción de la vida que tenemos y compartimos".

En la Catedral se pidió durante la misa que regularmente al mediodía de cada domingo encabeza el cardenal, "por todas la madres, especialmente por las perseguidas, y a quienes no les permitan dar a luz, así como las que son criticadas por defender su maternidad, para que a ejemplo de María madre sepan llevar a plenitud la vida que el Señor les ha otorgado".

Afuera del recinto, en tanto, un reducido grupo de personas lanzó consignas a favor de la reforma aprobada y cuestionaron la oposición expresada por los religiosos.

 
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