Usted está aquí: viernes 27 de abril de 2007 Sociedad y Justicia Ilegales, permisos de Semarnat para desarrollos en Chamela Cuixmala

Ignoró la manifestación de impacto ambiental en la reserva de Jalisco, advierte experto

Ilegales, permisos de Semarnat para desarrollos en Chamela Cuixmala

Al final de su sexenio, Fox dio luz verde a dos proyectos turísticos en la zona; Calderón se apresta a autorizar otro presuntamente del ex banquero Roberto Hernández

"Daremos la batalla": Alberto Székely

ANGELICA ENCISO L. ENVIADA

Ampliar la imagen Vista de la casa del ex banquero Roberto Hernández en la zona de la reserva Chamela Cuixmala, en Jalisco Vista de la casa del ex banquero Roberto Hernández en la zona de la reserva Chamela Cuixmala, en Jalisco Foto: Marco Peláez

La Huerta, Jal., 26 de abril. La voracidad de los desarrolladores turísticos se ha intensificado en la zona de la reserva de la biosfera Chamela Cuixmala, en cuyos límites la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó dos proyectos casi al final de la gestión foxista, y ahora la administración de Felipe Calderón se apresta a dar el permiso ambiental al Rancho Don Andrés, que se presume es del ex banquero Roberto Hernández.

En Costa Careyes, en zonas privilegiadas, aisladas, con vistas infinitas del mar que aquí adquiere tonos turquesa, no sólo se encuentran casas de Arturo Montiel, ex gobernador del estado de México, y de Hernández, amigo de Vicente Fox, sino que hay desarrollos exclusivos para turismo de altos ingresos económicos, los cuales se busca extender por toda la zona, con lo que se echaría abajo el intenso trabajo de conservación de la biodiversidad que desde hace 30 años realizan científicos independientes y de la UNAM.

El impulso turístico de la región se lo adjudica la familia Brignone, que le habría vendido a Hernández el hotel Careyes. En 2006, Gian Franco Brignone recibió de Fox la Orden Mexicana del Aguila Azteca, por haber "dedicado gran parte de su vida al crecimiento de Costa Careyes, región que representa un modelo de desarrollo turístico sustentable".

El mar azul turquesa, de oleaje prístino; la variada y conservada vegetación y la biodiversidad de la reserva creada en 1993 están en riesgo de desaparecer para dar paso a marinas, campos de golf y hoteles de gran turismo, ya que la construcción de los proyectos La Tambora, Rancho Don Andrés y Marina Careyes -propiedad del ex banquero- afectarán en conjunto mil 514 hectáreas.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Fundación Ecológica de Cuixmala previamente han objetado en la misma área los desarrollos El Faro, Farallón, Caracol, Rancho Don Andrés y el primer intento de construir Marina Careyes, los cuales han sido presentados como "proyectos ecológicos", pero fueron rechazados por las autoridades con los "sólidos argumentos científicos y legales" que se les presentaron, indicó la fundación.

Sin embargo, ocho días antes de que concluyera el sexenio de Vicente Fox, la Semarnat autorizó -sin tomar en cuenta los análisis de los expertos- La Tambora y Marina Careyes (La Jornada, 13/12/06), proyectos que ya cuentan con el cambio de uso de suelo y comenzarían a construirse en cualquier momento.

El abogado del Consejo para la Defensa de la Costa del Pacífico, Alberto Székely, advirtió que estos permisos son ilegales porque "se ignoró el principio de la manifestación de impacto ambiental, que es señalar los eventuales daños al ecosistema y establecer las medidas de mitigación".

El gobierno actual ha hecho caso omiso de los planteamientos de la organización, minimizó la inconformidad de los científicos de la UNAM y otras instituciones al señalar que "sólo dos investigadores" se oponen a los proyectos, y prometió convocarlos a una reunión para buscar mecanismos de solución, lo cual aún no se ha concretado, dijo Székely.

En la zona hay heterogeneidad en la vegetación, predomina la selva baja caducifolia y es una de las mejor estudiadas, debido a que desde hace tres décadas la Estación de Biología de la UNAM investiga el área. En este lugar se encuentran 58 especies de anfibios y reptiles, 24 de aves y 19 de mamíferos, que son endémicas.

Escasez de agua, entre otros daños

Con 350 kilómetros de costa en Jalisco, tiene sólo tres ríos subterráneos que abastecen de agua la zona; la cubierta vegetal favorece la recarga, pero la deforestación y la remoción del suelo que hará cada uno de los proyectos ocasionará más escasez.

Alvaro Miranda, director científico de la fundación, detalló que la riqueza de esta reserva llevó a que el año pasado fuera incluida en el programa El hombre y su ambiente, a que se declararan área protegida dos playas de anidación de tortugas y a que sus humedales se incluyeran en la lista de sitios prioritarios Ramsar. Resumió: "no hay reserva que tenga tanta protección como ésta", ya que en total son 17 instrumentos de protección jurídica en su favor.

El riesgo de los proyectos, explicó, es que provocarán fragmentación del hábitat, lo que afectará negativamente a las especies porque su movimiento territorial se verá limitado, se ahondará la deforestación y se modificará el hábitat, con la consecuente pérdida de biodiversidad.

Un proyecto más

Las playas vírgenes de la costa Chamela y Careyes, que son la puerta de entrada a la selva baja, son el objeto de deseo de los desarrolladores. En ubicaciones privilegiadas como la playa Teopa, con vista a las islas de Chamela -también protegidas por la ley- y en medio de una cerrada vegetación, se planean proyecto turísticos con hotel de tipo gran turismo, villas, búngalos, vialidades, casas-club y campos de golf, además de un "pueblo", que también incluye una pequeña iglesia.

El 26 de febrero ingresó a la Semarnat la manifestación de impacto ambiental del proyecto Rancho Don Andrés, impulsado por la empresa Punta Farallón, de la cual es socio Brignone y también estaría el ex banquero Roberto Hernández, quien hizo el desarrollo El Tamarindo, 50 kilómetros al sur de donde se prevé la construcción de la Tambora y Marina Careyes, explicaron los expertos.

El desarrollo, cuya consulta pública será el 2 de mayo en este municipio, y que ya fue rechazado en 2004, está previsto a un lado de Tambora y Marina Careyes, en terrenos que están dentro de la reserva de la biosfera Chamela Cuixmala y en los límites de las otras áreas protegidas, que son los santuarios de las islas de Bahía de Chamela y el de tortugas marinas de Playa Teopa.

Este plan contempla tres campos de polo, cuatro caballerizas, 139 cuartos, 69 lotes residenciales, el "pueblo" Hacienda Don Andrés, casa club, un lago artificial, 14 caminos y una "reserva territorial", de la cual no se aclara para qué se destinará.

Frente a la intención de Punta Farallón de que se le autorice este proyecto, el Consejo para la Defensa de la Costa del Pacífico envió al director general de Riesgo e Impacto Ambiental de la Semarnat, Ricardo Juárez, un escrito presentado como "medida de cautela" ante las irregularidades en la autorización de La Tambora y Marina Careyes, para que "queden claramente definidos los impactos ecológicos de este proyecto, sean evaluados y se establezcan medidas preventivas, de mitigación y las que sean necesarias".

Indica que la manifestación de impacto ambiental dedica unas cuantas páginas, de las 505 de la integran, para "supuestamente, y siempre bajo el envoltorio de que no se afectará el ambiente, realizar una identificación y evaluación de impactos y medidas de respuesta que no corresponden a la realidad".

La historia de irregularidades en las obras de la zona no sólo se reduce a autorizaciones de impacto ambiental mal realizadas, indicó Alberto Székely, sino que se han hecho obras sin permiso, como las casas de Montiel y Hernández. Advirtió que todo esto "no va a quedar como un caso impune, se irá a todas las instancias y tenemos la razón jurídica de nuestro lado"

 
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