Usted está aquí: jueves 26 de abril de 2007 Economía Organizaciones campesinas responsabilizan al gobierno del alza por encarecer insumos

Grandes empresas, únicas beneficiadas con el convenio, acusan

Organizaciones campesinas responsabilizan al gobierno del alza por encarecer insumos

MATILDE PEREZ U., CAROLINA GOMEZ

La Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de la Confederación Nacional Campesina no acudió a la firma del pacto para estabilizar el precio de la tortilla ya que no es vigente ese mecanismo y acusó a Maseca, Minsa, Agroinsa y otras grandes empresas de ser las únicas beneficiadas con dicho convenio.

Efraín García Bello, dirigente de la organización y quien en febrero firmó el pacto, ayer responsabilizó al gobierno del alza del alimento por elevar los costos de la electricidad, gas y diesel, además de no controlar los de los insumos agrícolas, que se incrementaron sustancialmente a partir de la subida de la tonelada del grano. Ahora pretenden nuevamente reducir el precio del grano y sacrificar a los campesinos.

De su lado, el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, asentó que el precio del kilo de la tortilla no debe elevarse más allá de los 8.50 pesos, ya que hay suficiente maíz. Adelantó que en el ciclo primavera verano se sembrarán un millón de hectáreas más de maíz, por lo que la producción se elevará entre 10 y 15 por ciento. "Estamos en muy buenas condiciones", dijo.

Respecto de la protesta de los productores de Sinaloa, quienes esperaban que el precio del grano fuera de 2 mil 500 pesos la tonelada, como lo asentó el pasado 20 de marzo, al firmar un convenio con el gobierno de Sinaloa, Cárdenas Jiménez aseguró que Sagarpa nunca pactó ningún precio, pero sí fórmulas ante la posible variación internacional del costo del grano en los mercados "globales".

"Las reglas del juego quedaron claras; el precio nacional está sujeto al internacional, el cual se está estabilizando y en los últimos días perdió 25 dólares, pero aún así deja buenas ganancias a los productores", acotó.

El Congreso Agrario Permanente y la Central Campesina Cardenista también rechazaron el pacto, ya que sólo "unos cuantos son los beneficiarios", mientras que se sigue sacrificando a los campesinos y a los pequeños comerciantes de la cadena maíz-tortilla, entre quienes prevalece la incertidumbre y son sujetos de la especulación.

"No podemos estar con un gobierno improvisado, que quiera apagar los conflictos de manera inmediata e improvisada; lo que requerimos es una planeación y que se solidarice con los agricultores", dijo Gerardo Sánchez, coordinador del CAP.

Asentó que la situación exige el establecimiento de una reserva estratégica de maíz, agricultura por contrato para la producción de maíz blanco, estímulos a los productores así como a los pequeños comerciantes.

"Exigimos que las autoridades cumplan los compromisos de impulsar un programa emergente de producción del grano y haga un esfuerzo para sostener un diálogo y comunicación permanente con las organizaciones campesinas para llevar a feliz término esto y no sólo sacrifique a quienes considera los más débiles de la cadena maíz-tortilla", abundó.

Lo importante es que el titular de Sagarpa se ponga en el lugar de productores y consumidores, a los primeros les otorgue apoyos suficientes y a los segundos buenos precios, no hacerlo así es continuar sin resolver el problema.

Max Correa, dirigente de la Central Campesina Cardenista, responsabilizó al gobierno federal de una nueva crisis en la cadena maíz-tortilla. "Si con el pacto se sigue beneficiando a las industrias harineras y a las grandes comercializadoras y se pretende sacrificar a los productores, la protesta social será permanente", advirtió.

Las organizaciones del CAP, apuntó, "desconocemos qué tipo de arreglo son los que pretenden realizar nuevamente la Secretaría de Economía y la Sagarpa, porque no están las organizaciones campesinas. "Una vez más, el gobierno opta por un acuerdo cupular" en el que se margina a los productores; ese pacto "no va a tener los efectos que se pretenden; no habrá una reducción en el precio de la tortilla".

Este tipo de acuerdos originan que industriales y comercializadores "adquieran el maíz nacional a un precio inferior al internacional" y los únicos que pierden son los campesinos y pequeños productores, afirmó.

 
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