Usted está aquí: domingo 22 de abril de 2007 Cultura El hombre ha usado el arte para entender la violencia: Felipe Lomelí

En Cuaderno de flores presenta la situación que se vive en Medellín, Colombia

El hombre ha usado el arte para entender la violencia: Felipe Lomelí

La belleza deslumbra: hay más muertos en Cien años de soledad que en la Virgen de los sicarios

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen El autor, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Ramos Mamahua

Más que la filosofía o la academia, la literatura, y en general el arte, son los recursos con los que hombre mejor ha tratado de explicarse mejor los mecanismos de la violencia, considera el escritor Luis Felipe Lomelí (Guadalajara, 1975), quien presenta su primera novela Cuaderno de flores (Tusquets), en la cual narra las peripecias de un ingeniero mexicano en la ciudad de Medellín, Colombia, "desgarrada entre la guerrilla y los paramilitares".

Ingeniero físico, biotecnólogo, ecólogo, candidato a doctor en filosofía y ahora narrador, Lomelí dio "un salto al vacío" al dejar por unos momentos el cuento, género con el cual obtuvo diversos reconocimientos, para incursionar en la novela.

El reto fue doble porque la historia que pugnó por salir de su pluma se desarrolla en terrenos ya visitados por los grandes maestros de las letras, como Gabriel García Márquez, Fernando Vallejo y Laura Restrepo.

Pero el joven escritor no se amilanó: "quise escribir esta historia, en primer lugar, porque quería sacarla de dentro de mí. Platiqué con casi todos los escritores que han abordado el tema. Vallejo se enfocó más a los sicarios, Laura a los desplazados y a Gabo le sale tan bien describir la belleza del entorno que uno se olvida que hay un montón de cadáveres alrededor. Hay más muertos en Cien años de soledad que en La virgen de los sicarios.

Violencia tremendamente racional

"El tema da para mucho, pero fue complicado elegir qué tomar de estos escritores. Muchas de las notas que tenía de la primera vez que estuve en Medellín, en 2001, resultaron similares a lo que narra Laura en su novela La multitud errante.

"Fue como andar sobre terreno minado. Lo chido es que ellos tres son muy amables y muy abiertos. Platiqué con todos, me dieron tips. El consejo más sensato me lo dio Vallejo, pero no lo seguí, me dijo: 'espérate 30 años'".

Para Lomelí, la violencia "puede ser tremendamente racional pero eso no le quita lo monstruoso, es algo que no puedes describir sino por medio de los sentimientos, es ahí donde entra la literatura.

"Y es que hay estudios académicos en torno a la violencia que parecen un insulto para las víctimas y que, además, no sirven de nada. Por ejemplo, un análisis matemático, como una sumatoria de Taylor -que una vez leí en Colombia-, no va a predecir la próxima masacre."

Por eso, reitera Luis Felipe Lomelí, las artes son el vehículo ideal para tratar de comprender los porqués de la sinrazón.

Cuaderno de flores es la novela que terminó de escribir en septiembre de 2006 con el apoyo del programa de Residencias Artísticas México-Colombia del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México y el Ministerio de Cultura colombiano.

También recibió una beca de la Fundación para las Letras Mexicanas para redactar esta historia que pretende indagar acerca "de la esperanza y la alegría que se da en medio de la violencia, narrado desde el punto de vista de un mexicano y describir cómo se da su transformación, de ser un fresa y engreído que se cree del primer mundo, hasta que se topa con la realidad."

Entre las balas y los sicarios, concluye el autor, José Manuel, el protagonista, "experimenta una pasmosa sensación de libertad y de maldad (...) Cuando su mundo arda en llamas y deba regresar (a México), ¿qué eligirá? Una vida segura o el raro hechizo de las llamas".

 
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