Usted está aquí: sábado 21 de abril de 2007 Deportes Toros

Toros

Gastón Ramírez Cuevas

Plaza de toros La Maestranza, Sevilla

El Cid abre la Puerta del Príncipe

Ampliar la imagen La corrida de ayer en La Maestranza hizo olvidar los sinsabores de las tediosas tardes previas, con las actuaciones de El Cid y Victorino Martín Foto: Reuters

SEVILLA. TOROS: SEIS de Victorino Martín, bien presentados y enrazados en conjunto. Destacó el segundo, por su bravura encastada, y le fue concedida la vuelta al ruedo; el cuarto fue muy peligroso.

TOREROS: PEPIN LIRIA mató de un pinchazo y un bajonazo a su primer ejemplar, para escuchar palmas; en el segundo salió al tercio, después una estocada tendida. Manuel Jesús, El Cid: estocada entera un poco tendida al segundo de la tarde para cortar dos merecidas orejas, y otra tendida más, para llevarse un apéndice del quinto. Salvador Cortés: dos pinchazos y una entera para el tercer toro y estocada atravesada en el sexto; salió al tercio en ambos.

LLEVABAMOS YA TRES tardes de decepción. Tres tardes en las cuales ni los Cuadri, ni los Cebada ni los Palha habían logrado que la gente saliera jubilosa de la plaza. Es cierto que, dentro de los 18 animales lidiados, sólo tuvimos por ahí unos cuatro o cinco que merecieron que un torero les plantara cara y los toreara. Afortunadamente, Victorino Martín y El Cid estuvieron presentes para protagonizar un triunfo que hace olvidar de inmediato los sinsabores de las tardes largas y tediosas.

ANTE UN LLENO se lidió una corrida que para los aficionados mexicanos no presenta gran interés en cuanto al tipo, pues el toro asaltillado es el que más abunda en nuestras tierras. Sin embargo, ante la bravura que los animales mostraron es donde tenemos que rendirnos, admirados, por un espectáculo que en el país se ve ya muy poco. Ahora, para los toros con raza, que pueden ser encastados en bravo, o en manso, nobles o peligrosos, hacen falta toreros con valor, oficio y entusiasmo. Y hoy por la tarde, tuvimos idóneos de ambos.

PEPIN LIRIA DEMOSTRO por qué le apodan El León de Cehegín. Con el peligroso cuarto, que salió muy respondón, el torero murciano aguantó lo indecible y de milagro no sufrió un percance grave. Con el primero no tuvo tampoco mucha tela de dónde cortar y quizá le faltó un poco de tranquilidad. Hay que señalar que la gente le agradeció mucho el pundonor y que abandonó el coso entre fuertes aplausos.

EL CID ESTUVO toda la tarde en plan de figura y los toros de su lote resultaron los mejores del encierro. Su primer ejemplar, de nombre Borgoñés, fue bravo y noble; con eso está dicho casi todo. No obstante, hay que agregar que tuvo mucho fondo y que pese al castigo en varas, a que provocó un tumbo espectacular y a lo mal que lo banderillearon, el astado no abrió el hocico ni rehuyó la pelea en momento alguno. Por el contrario, embistió de principio a fin con alegría y humillando que daba gusto. ¡Ojo! Estos toros ponen en su lugar a más de uno, pues para lucir con ellos hace falta quedarse muy quieto y templar y mandar en serio.

EL TORERO DE Salteras estuvo fino con el capote y logró estupendos lances a la verónica que remató con dos medias. Ya con la muleta en la mano y después de brindar al respetable, logró una faena muy importante. En un principio pareció que el toro se lo iba a comer por el pitón derecho, pero El Cid pensó y, con arte, templó y completó los muletazos. De esa faena inolvidable, acompañada por la gran banda de música de la Maestranza, me quedo con tres naturales larguísimos, embarcando adelante y rozando la arena con la muleta, así como con unos de pecho muy hondos.

A PESAR DE que algunos trasnochados, pidieron el indulto, El Cid se tiró a matar con fe y logró una buena estocada. La vuelta al ruedo al toro y las dos orejas para el torero les supieron a gloria a todos los presentes.

EN EL QUINTO, El Cid volvió a estar muy bien con capote y muleta y aunque el animal no fue ni la sombra del primero, se dejó torear. El diestro andaluz se tiró a matar de verdad para cortar la oreja que le permitió salir por la mítica Puerta del Príncipe.

SALVADOR CORTES, OTRO sevillano que fue el triunfador de la pasada Feria de Abril, demostró, durante toda la tarde, que es un gran matador. Su primer ejemplar fue débil y complicado, pero Cortés lo toreó con sapiencia, llevando siempre la muleta retrasada para hacer pasar al bicho y lograr muletazos de mucho peso. Al que cerró plaza le puso la misma decisión e inteligencia, pero el toro, débil y gazapón, se le ponía por delante y lo buscaba. Las dos salidas al tercio y la ovación que se le dio al abandonar el Coso del Baratillo fueron cariñosas y merecidas.

 
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