Usted está aquí: jueves 19 de abril de 2007 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Guerra perdida

Narcotráfico estructural

Fascinación por la violencia

Anticristiada por Internet

Se le ha ido de las manos a Felipe Calderón la presunta guerra contra el narcotráfico con que quiso dar un arranque aparatoso a su periodo administrativo. Necesitado de un quinazo, según voces íntimas de Los Pinos, el licenciado F.C. organizó una caravana militar nacional que le permitiría reacomodar el mercado de las drogas y, de pasada, rodearse agresivamente de cuidadores castrenses para enfrentar y desgastar a quienes se le oponen activamente en público, tachándolo de espurio y otras lindezas electorales.

Frente al baño de sangre que vive el país, con escenas de crueldad extrema, el presidente formal de México parece fortalecer sus ánimos de confrontación, como si en la medida en que fuese retado le complaciese endurecerse más. Ha llegado incluso a reconocer en Colima -asiento de histórica colusión entre el narcotráfico y los políticos priístas- que "mientras más violenta sea la conducta de quienes criminalizan (...) más enérgica será la respuesta del gobierno". No desaprovecha oportunidad el oriundo de Michoacán -otra tierra dominada por el narco- para advertir a los mexicanos, con talante solemne, que la lucha contra los comerciantes de drogas será larga, dolorosa y transexenal.

Pero la presunta guerra contra las drogas es una guerra sabidamente perdida. A nadie con poder conviene ni interesa que cese una actividad altamente productiva, aunque sí su regulación y acomodo a reglas (y alforjas) redituablemente establecidas. El dinero del narcotráfico mantiene a flote la economía nacional, y casi no hay fortuna importante en el país que no sea tocada -así sea involuntariamente (concesión generosa de parte de esta columna barco)- por el avasallante flujo económico de orígenes intencionalmente imprecisos pero claramente perceptibles. Las autoridades, los políticos y muchos empresarios (no se diga los policías y sus jefes) sólo tienen la libertad de escoger el bando con el que se habrán de comprometer, de tal manera que sus heroísmos suelen ser servicios específicos en favor de alguien y en financiado detrimento de otro, y sus errores y omisiones también están signados por el sentido faccioso que cobra con muerte las traiciones.

A esa condición intrínsecamente irresoluble del asunto de las drogas (al menos mientras se mantengan las actuales condiciones de mercado) habrá que agregar la peligrosa impericia que ha mostrado el equipo bonsai que desde Los Pinos juega a aprender a hacer política. Avidos de enriquecimiento propio y de aprovisionamientos de fondos para las elecciones intermedias de 2009, en las que el gobierno federal tratará de ganar una plataforma legislativa que le permita avizorar en mejores condiciones el segundo tramo del sexenio, algunos de los personajes centrales de la tragicomedia nacional están entregando cada vez más porciones de su de por sí precario capital político a hombres de armas que lo mismo encarecen respaldos institucionales (en sus verdes casos) que pelean (en los narcos casos) en calles, hospitales y parajes porque se sienten respaldados o perseguidos por los gobernantes facciosos.

Astillas

¡Milagro, milagro! La página http://es.catholic.net/aborto_no/medicos_legisladores.php?pagina=1, en que, a petición de sus guías espirituales, los feligreses pueden anotar nombres de médicos y legisladores favorables al aborto, para que los creyentes oren por ellos con la esperanza de que cambien su criterio, multiplicó prodigiosamente el número de denuncias, pues pasó en menos de 24 horas de 388 a 3 mil 544. Pero (siempre el diablo ha de meter la cola en forma de "pero") resulta que el extraordinario crecimiento de registros se debió a un ataque cibernético que colocó en los santos renglones antiabortistas las consignas más variadas contra los curas pecadores, el gobierno calderónico y otros rubros derechistas. De esa manera, en las páginas del activismo católico contra el aborto aparecieron leyendas (grafitos por Internet) como las siguientes: Señor, ten piedad de nosotros... que renuncie Felipe Calderón; Santo Jesusito Niño: protege al pueblo de Mouriño; Santa Prudencia de la Mina: ¿por qué violaron a Ernestina?; Santa Inés de Michoacán: saca del gobierno al PAN; San Isidro Labrador: Viva López Obrador; San Inocencio Pederasta: el pueblo dice ¡ya basta!; NoSeanPendejosNoDenMasLimosnasEnLasMisasConEseDineroPervertoLesPagaAsusAbogados; 1NarcoaCsinatoXhr,violaciones,Dsmpleo,aumentAcanastBasica50MillonsDpobrsOrenXeso; Si los curas se embarazaran, el aborto sería sacramento; El Papa anda con condón por si la Santa Cede y otras frases que podrían formar parte de la primera Anticristiada Internética... Esta columna guerrillera estuvo a punto de soltar el llanto (de emoción revolucionaria) al ver a Ramón Sosamontes entre los firmantes de la Declaración de Arroyo Amplio que han dado a conocer mexicanos convocados a replantear luchas políticas de izquierda desde la óptica de "combatientes y fundadores del movimiento armado socialista". Arroyo Amplio es una comunidad de la sección municipal del Mineral de Dolores, en el municipio chihuahuense de Madera, y allí habría surgido el proceso insurreccional que el 23 de septiembre de 1965 entró en combate con fuerzas militares gubernamentales. Junto a más de 60 firmas que anuncian su decisión de impulsar la "organización, proposición y construcción de la unidad política de la izquierda nacional", Sosamontes -héroe ahumado de escaramuzas millonarias al lado de su también enriquecida amiga Rosario- asegura que él y sus acompañantes "continuamos fieles a la causa original; no hemos cambiado el rumbo". ¿Carlos Ahumada será su Che Guevara?.. Luis Roberto Ruiz Cuadros reporta que recientemente visitó el municipio morelense de Ayala, cerca de Cuautla, y encontró "unas ruinas saqueadas cerca de un balneario llamado El Axocoche" y "un terrible descuido, con antenas de televisión vía satelital empotradas en sus muros", en la ex hacienda Tenextepango, que había sido propiedad de Ignacio de la Torre y Mier, que fue quien salvó a Emiliano Zapata de ser enrolado en el ejército federal. "No hay el más mínimo respeto al patrimonio histórico de la nación" en esa zona, añade el lector... ¡Hasta mañana!

Fax: 5605-2099 * [email protected] * www.juliohernandez.com.mx

 
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