Usted está aquí: viernes 13 de abril de 2007 Economía El FMI no se adapta al mundo real, advierte Joseph Stiglitz

Riesgo de desenredo desordenado en el ámbito financiero

El FMI no se adapta al mundo real, advierte Joseph Stiglitz

DAVID BROOKS, ROBERTO GONZALEZ AMADOR CORRESPONSAL, ENVIADO

Washington, 12 de abril. El Fondo Monetario Internacional no se adapta al mundo real y los "desequilibrios mundiales" en el ámbito financiero siguen al borde de un "desenredo desordenado", advirtió hoy el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz.

En un foro aquí, Stiglitz recordó que se está por celebrar el décimo aniversario de la crisis financiera de Asia oriental, pero a pesar de esa historia poco ha cambiado. El Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo, siempre justifica sus políticas como resultado de un "consenso de opinión", pero tal consenso en verdad es poco más que un acuerdo entre el Departamento del Tesoro y el FMI.

Los resultados de ese consenso, comentó el economista Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR) y anfitrión del foro, se pueden ver claramente en América Latina, con un dramático desplome en su ritmo de crecimiento. A la vez, señaló, también en esta región surge una alternativa que pone en duda al FMI y el llamado "consenso de Washington".

Stiglitz, quien fue el economista en jefe del Banco Mundial (BM) entre 1997 y 2000, recordó que siempre se afirmaba que la liberalización de los mercados de capital era "algo bueno", pero "cuando pregunté dónde estaba la evidencia de que eso lleva al crecimiento económico no se podía presentar, sino que se afirmaba que era así porque se proclamaba como tal".

Dijo que cuando estallaban crisis como la asiática, como resultado del comportamiento del capital especulativo, fruto de la liberalización de mercados de capital, se les informó a los economistas del FMI y BM que "teníamos que suprimir el uso de las palabras d y r... no era una depresión o recesión... era una corrección de mercado".

Señaló que la liberalización de mercados de capital sí tiene efectos negativos y puede nutrir la desestabilización. Pero es notable cómo esta ideología es casi como una religión", indicó. El FMI y otros "parecen decir que hay que hacer que el mundo se conforme a nuestras creencias, y no que ellos tienen que conformarse al mundo real".

Ahora, dijo, "el buen gobierno es el mantra del día". Pero eso ha provocado preguntas sobre la propia gobernabilidad del FMI y el BM, con la "legitimidad política" de ambas instituciones convirtiéndose en el enfoque de un debate sobre la toma de decisiones y selección del liderazgo, entre otras.

Mientras tanto, los desequilibrios globales continúan generando preocupaciones. Entre éstos el hecho de que Estados Unidos, en lugar de ahorrar, se está endeudando internacionalmente por más de 850 mil millones de dólares, o el flujo al revés del capital que, en lugar de fluir desde los países ricos a los pobres, hace lo opuesto. Todo esto, advirtió, puede llevar a un "desenredo desordenado" en el ámbito financiero internacional.

Weisbrot, codirector CEPR, presentó evidencia del fracaso de las recetas económicas del FMI en América Latina: entre 1960 y 1980, el crecimiento del PIB real per cápita fue de 82 por ciento, pero entre 1980 y 2000, se desplomó a 9 por ciento, y entre 2000 y 2005, descendió a sólo 5 por ciento.

El "cártel de acreedores", como llama al FMI, está perdiendo poder, con más países rechazando sus recetas y/o buscando fuentes alternativas de crédito. "El enfrentamiento entre Argentina y el FMI fue la primera vez en que un país de ingresos medios se enfrentó con esa institución y ganó". Argentina, dijo, ahora es la economía de mayor crecimiento en el hemisferio occidental, con Venezuela en segundo lugar -países que han rechazado las recetas de las instituciones de Washington. Otros, como Bolivia, buscan alternativas al FMI, y se refirió a la construcción del Banco del Sur entre varios países sudamericanos. "La nueva arquitectura financiera se está generando desde abajo", comentó.

 
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