Usted está aquí: viernes 13 de abril de 2007 Cultura La piratería de libros, compleja red en varios puntos de la capital

Esa actividad convierte a sectores vulnerables ''en carne de cañón'': Cempro

La piratería de libros, compleja red en varios puntos de la capital

En 2006 se decomisaron cerca de 38 mil volúmenes apócrifos, informa María Fernanda Mendoza, directora de esa institución

Organizan talleres para concientizar a las personas

ANA MONICA RODRIGUEZ

La red de libros piratas convierte ''en carne de cañón" a los sectores más desprotegidos de la sociedad que se involucran en el proceso de producción clandestina.

Así se refiere María Fernanda Mendoza, directora del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (Cempro), a la comercialización de publicaciones apócrifas que genera pérdidas anuales a la industria editorial mexicana por 6 mil millones de pesos.

Los libros piratas son vendidos en diversos puntos de la ciudad, sobre todo en el Centro Histórico, por indígenas de todas edades, quienes por ignorancia -la mayoría de las veces- se enrolan en la amplia red ilegal que distribuye esos materiales.

Este sector de la sociedad, dijo Mendoza, es ''carne de cañón" para los que imprimen volúmenes falsos, los cuales se valen de la necesidad de las personas para involucrarlas en ese comercio ilícito.

Abundó: ''Durante los operativos realizados por la Procuraduría General de la República (PGR) han sido detenidos menores de edad que no hablan español y muchas mujeres que, en la mayoría de los casos, encabezan una familia".

Así, prosiguió, mientras algunos infantes son remitidos al Consejo de Menores, las mujeres deben conseguir dinero para pagar una fianza, ''y tienen que dar lo que no tenían y aún más; en ocasiones rematan sus escasas pertenencias para salir del problema".

Decomiso récord

Es muy triste, añadió María Fernanda Mendoza, que la gente que sale a buscar el sustento diario con la venta de libros apócrifos no sabe que la utilizan.

Entre los títulos más pirateados, según el Cempro, cuya lista fue elaborada tras un decomiso realizado el año pasado, figuran Piense y hágase rico, Minutos de sabiduría, La búsqueda, La conspiración y La paradoja.

Mientras que la PGR, en un listado que elaboró tras el decomiso récord de hace unas semanas, efectuado entre las calles de Donceles y Justo Sierra, cuando se incautó de 20 toneladas de volúmenes, figuran Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus, Narnia y Por favor sea feliz.

Ese mismo día fueron hallados más de 500 ejemplares de libros de texto, como Algebra, Matemáticas y El mundo de Sofía (Patria Cultura I); Juguemos a leer, Estadísticas y La epidemiología en la historia de México (Trillas); Guía Práctica y Guía mágica (Fernández Editores); Manual del arquitecto descalzo (Editorial Pax México); Obligaciones civiles y Derecho procesal civil (Oxford); Enciclopedia Larousse, Diccionario escolar-Larousse, Banking, Formación Cívica y ética (Noriega Editores y Nuevo México), y Redes (Paidós).

Ignorancia de compradores

Mendoza, titular de la institución que promueve la defensa de los derechos de autor, añadió que las líneas de investigación continúan abiertas para abatir la piratería editorial que conspira contra rega-lías a escritores y autores.

''Desde el año pasado se intensificaron los operativos, pero el más importante, por la cantidad de libros decomisados, ocurrió hace unos días", dijo, y añadió que en 2006 se incautaron de alrededor de 38 mil libros apócrifos.

''Sin embargo -continuó- el decomiso realizado el pasado 27 de marzo no tiene precedente en la lucha contra la piratería editorial, y tras él no podemos adelantar vísperas y decir que, por eso la venta de productos legales se incrementará."

La producción apócrifa que se ofrece, sobre todo en las calles del Centro Histórico, mantiene también sus redes en Balderas, Centro Médico, Eje Central, Copilco, afuera de Ciudad Universitaria, del Politécnico y de los tribunales, en la calle de Niños Héroes, así como en las inmediaciones de las estaciones del Metro sobre avenida Tlalpan. ''Pero no existe un lugar comparable al Centro Histórico en la venta de volúmenes apócrifos."

La ignorancia de compradores y de los mismos vendedores ambulantes es unos de los aspectos que permiten que prolifere la circulación de publicaciones piratas, añadió Mendoza.

Y subrayó: ''Más allá del daño económico que causa la piratería, es preciso enseñar a los niños que, en la medida que sigamos consumiendo productos ilegales, matamos a los futuros autores de este país y finalmente nos convertiremos en importadores de cultura".

-Entre las líneas de investigación que sigue la PGR, ¿han encontrado sitios donde se imprimen los libros piratas?

-Esos volúmenes se imprimen en locales diferentes, ya sea en imprentas legales o ilegales; algunos de esos negocios funcionan en el día de manera legal, pero en la tarde o noche aprovechan las máquinas para hacerlo fuera de la ley. Posteriormente distribuyen el material que copian sobre demanda y sobre pedido de éxitos editoriales.

Las imprentas que reproducen tesis, folletos y carteles son algunos de los locales legales que piratean los libros y, según apuntan las investigaciones del Cempro, y de la PGR, se ubican en calles del Centro Histórico y su periferia, además de negocios ubicados en el estado de México.

De acuerdo con la titular de Cempro, otra de las modalidades que utilizan los impresores de volúmenes apócrifos para obtener textos completos es el llamado ''robo hormiga", consistente en la sustracción de materiales de las bodegas de las casas editoriales, así como el hurto de mercancía cuando los libros son transportados.

''Una línea de investigación más -continuó- se orienta hacia aquellos que proveen de materiales apócrifos a los vendedores ambulantes; porque en la cadena de la reproducción ilegal existen quienes los fabrican y otros que los almacenan y distribuyen, insisto, sobre todo en el Centro Histórico y en varios estados."

Inclusive, añadió, en algunas librerías se venden libros piratas, ''debido a que los mismos empleados colocan cachirules, al comprar una parte de ellos a la editorial y otra a los piratas, ya que al ser más barata les deja mejores utilidades"

Para abatir el comercio ilegal, Mendoza dijo que el Cempro organiza talleres en aras de concientizar a las personas ''y que sepan que la producción clandestina de material editorial está prohibida, y si consumen ese producto ilegal afectan a muchos".

Los niños, subrayó, son los actores más importantes en este proceso y es necesario enseñarles a valorar el trabajo intelectual.

 
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