Usted está aquí: jueves 12 de abril de 2007 Sociedad y Justicia El Parkinson es un padecimiento olvidado en México, dicen pacientes

Piden al gobierno y a la sociedad que se abata la discriminación

El Parkinson es un padecimiento olvidado en México, dicen pacientes

LAURA POY SOLANO

Ampliar la imagen Manifestación de enfermos de Parkinson en demanda de apoyos Foto: Notimex

En México el Parkinson es una "enfermedad olvidada, porque se cree que sólo afecta a ancianos, pero no respeta ni edad ni condición social", afirmaron integrantes de la Asociación Mexicana de Parkinson, quienes demandaron al gobierno federal impulse las medidas necesarias para garantizar una atención médica "digna, que permita la reintegración a la sociedad".

Pascual Zamora Contreras, presidente de la asociación, aseguró que en México existe un número "cada vez mayor de personas afectadas por este padecimiento, y aunque datos oficiales señalan que cinco de cada 100 personas pueden desarrollar la enfermedad, creemos que se trata de una cifra conservadora que no refleja la realidad".

Al conmemorar este 11 de abril el Día Mundial del Parkinson, se efectuó una manifestación para solicitar la entrega de un predio donde establecer en definitiva la sede de la asociación. "Hacemos un llamado a la sociedad mexicana para estar más informada y evitar estigmatizar y marginar a quienes padecemos un mal altamente incapacitante e incurable", señalaron.

La enfermedad de Parkinson, trastorno degenerativo que afecta al sistema nervioso central, ataca a una de cada 100 personas mayores de 65 años en todo el mundo, y a una de cada 50 mayores de 85 años, por lo que es considerada la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia, sólo después del Alzheimer.

Zamora Contreras aseguró, en entrevista con La Jornada, que este padecimiento tiene "graves secuelas, pues tan sólo en los primeros síntomas se tienen severas depresiones, temblor en los dedos de las manos, que después se pasan a las piernas, para finalmente desarrollar rigidez o pérdida del control del movimiento del cuerpo, lo que nos roba no sólo nuestra autonomía física, también nuestro empleo, vida social e incluso la aceptación social, por eso es tan importante el apoyo de la familia".

Para Edith, Valvina y Silvia, el mal de Parkinson representa una lucha diaria por "sentirnos bien y no permitir que la sociedad nos arrumbe en un rincón; pero aún es muy difícil soportar las miradas y el rechazo porque no controlamos los movimientos de nuestro cuerpo y ya no podemos caminar o comer como el resto de las personas".

En los tres casos, la enfermedad se presentó cuando aún no habían cumplido los 50 años y se encontraban, aseguran, en una etapa "totalmente productiva, y además los pacientes con Parkinson éramos, por lo general, personas muy activas antes de que se detectara la enfermedad".

En nuestro caso, recuerda Valvina, tardaron entre dos y cuatro años para diagnosticarnos, y sólo lo hacen cuando ya han descartado todo lo demás, desde crisis nerviosas, estrés e incluso daño neuronal, lo más difícil de soportar, subrayó, no sólo es que perdemos el control de nuestro cuerpo, "sino que no existe sensibilidad ni para dar los diagnósticos, que además son tardíos y se pierde tiempo muy valioso que se puede aprovechar con mejores dietas y ejercicio".

Aseguraron que acceder a un tratamiento médico adecuado representa una inversión cuantiosa para los pacientes y sus familias, pues en promedio se requieren 3 mil pesos mensuales tan sólo en medicinas, "pues las terapias y el consumo de algunos alimentos es un gasto extra que no todos podemos costear".

 
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