Usted está aquí: miércoles 11 de abril de 2007 Cultura De un sitio subterráneo emerge una feria del libro ''permanente''

Más de 60 mil obras se ofrecen en el pasaje Zócalo-Pino Suárez del Metro

De un sitio subterráneo emerge una feria del libro ''permanente''

Con 10 años de actividad, el proyecto se consolida con la recomendación ''boca en boca''

Estudian extender ese concepto a las estaciones Centro Médico, Copilco y Politécnico

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen Aspectos del pasaje subterráneo que une las estaciones Zócalo y Pino Suárez del Metro, donde a lo largo de un kilómetro está instalada ''la librería más grande del mundo'', que cuenta con una biblioteca, un auditorio y un diverso programa cultural Foto: María Luisa Severiano

Ampliar la imagen Aspectos del pasaje subterráneo que une las estaciones Zócalo y Pino Suárez del Metro, donde a lo largo de un kilómetro está instalada ''la librería más grande del mundo'', que cuenta con una biblioteca, un auditorio y un diverso programa cultural Foto: María Luisa Severiano

Ampliar la imagen Aspectos del pasaje subterráneo que une las estaciones Zócalo y Pino Suárez del Metro, donde a lo largo de un kilómetro está instalada ''la librería más grande del mundo'', que cuenta con una biblioteca, un auditorio y un diverso programa cultural Foto: María Luisa Severiano

En un lugar insospechado, que llega a aglutinar a centenares de personas, emerge una feria del libro permanente que lo mismo ofrece a compradores infinidad de títulos que satisface con su biblioteca la avidez por la lectura de vendedores, policías y meseras.

El concurrido pasaje entre las estaciones Zócalo-Pino Suárez del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, por el que circulan a diario más de 9 mil personas, alberga desde hace 10 años a la ''librería más grande del mundo" con 42 editoriales y más de 60 mil volúmenes dispuestos a lo largo de un kilómetro.

En espacios de 40 metros cuadrados los sellos editoriales ofrecen cotidianamente sus títulos a los metronautas que buscan conectar su camino entre las líneas 1 y 2 del STC.

Vasto programa cultural

A lo largo del recorrido, denominado Un paseo por los libros, el peatón se encuentra lo mismo con infinidad de librerías, que con un auditorio -con cupo para 100 personas-, cafeterías y oficinas de Relaciones Públicas, donde las personas obtienen información bibliográfica.

Talleres, cuentacuentos, conferencias, proyecciones de películas y presentaciones de libros forman parte de las actividades que se realizan debajo de las transitadas calles de esa zona del Centro Histórico, donde ese mundo subterráneo ofrece una amplia gama cultural accesible para todo público.

Lectores asiduos y especializados, además de compradores eventuales, nacionales y extranjeros, han posicionado, a lo largo de los años, al conocido pasaje que podría extender su oferta editorial a otras estaciones del Metro.

Entre las alternativas sujetas a análisis, para emular en menor escala el pasaje Zócalo-Pino Suárez, figuran las estaciones Centro Médico, Copilco y Politécnico del STC.

Nidia Torruco, directora general de Un paseo por los libros, explicó que el proyecto celebró una década el pasado febrero el cual surgió con el propósito de tener una Feria del Libro de carácter ''permanente''.

El proyecto fue creado, añadió, a instancias de un grupo de editores preocupados por exhibir los libros de una manera digna.

''Además -detalla- es importante destacar que en ningún lugar de América y Europa existe un concepto ni modelo como éste, el cual ha sido catalogado en el extranjero como la librería más grande del mundo."

Fomento a la lectura

Sobre los orígenes de Un paseo por los libros, Nidia Torruco abundó: ''En el pasaje Zócalo-Pino Suárez, durante 23 años se realizó la Feria Metropolitana del Libro pero, después de ese encuentro que duraba una semana, el lugar quedaba vacío, y eso propiciaba que los ambulantes y asaltantes recorrieran el pasaje para cometer actos vandálicos".

Poco después desapareció dicho encuentro editorial y se concretó una feria del libro de carácter permanente, y que actualmente distribuye también un acervo editorial de varias partes del mundo.

Este proyecto, explicó Torruco, se caracteriza por un interés específico, que consiste ''en acercar el libro a las personas que por lo general no visitan una librería o que no asisten a la presentación de algún libro; ésta es la gente que casi siempre viaja en Metro, y son también potenciales lectores".

Entre las cifras de ventas que arroja Un paseo por los libros, destaca que durante 2006 alrededor de 338 mil 200 personas compraron un volumen, incrementando en 3.08 por ciento lo obtenido en 2005.

Para fomentar la lectura, en el pasaje existe una pequeña biblioteca que hace préstamos internos, de tal manera que el público puede leer en el auditorio o en una de las dos cafeterías que se instalaron allí.

''De los préstamos no existen cifras muy motivantes, pero saber que 80 por ciento de las personas solicitantes de libros son vendedores, policías y meseros de los alrededores del pasaje, que lo visitan en su tiempo que disponen para comer, eso ya es una satisfacción."

El año pasado se realizaron 250 préstamos de libros, entre los temas más solicitados sobresalieron los de historia de México, poesía, autoayuda y novela.

Al año, 150 mil consultas

La presencia de diversas escuelas, las tejedoras -como le llaman a un grupo de señoras que asiste cotidianamente al auditorio y se caracteriza por escuchar las conferencias mientras tejen- y libreros de varias partes de la República conforman el universo que se desarrolla en ese pasaje subterráneo, donde el año pasado se vendieron 556 mil 600 ejemplares, lo que superó en 5.13 por ciento el total obtenido en 2005, que fue de 529 mil 440.

Un paseo por los libros, prosiguió Nidia Torruco, se ha consolidado mediante la recomendación ''boca en boca", y de esta manera ha difundido su oferta editorial y consolidado su permanencia durante una década.

A diferencia de las ferias internacionales del Libro del Palacio de Minería, de Guadalajara y de Monterrey, que generan expectativas de ventas cada año, pero que su atención se restringe al ámbito comercial, el servicio computarizado que presta Un paseo por los libros, refiere que anualmente se realizan 150 mil consultas de libros, lo cual significa 12 mil 500 mensuales y 417 diarias.

Además, de las 70 mil llamadas telefónicas (5 mil 833 se realizan con periodicidad mensual, es decir, 194 diarias), así como las consultas realizadas por correo electrónico, que suman 3 mil 500, incluyendo asesorías bibliográficas.

Un paseo por los libros se puede visitar en el pasaje Zócalo-Pino Suárez, en el Centro Histórico, que abre de lunes a sábado de 10 a 20 horas, y para consultas, se puede averiguar en la página electrónica www.unpaseoporloslibros.com

 
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