Incluye un boicot contra alimentos importados
Campaña para promover consumo de maíz mexicano
La inseguridad alimentaria pronto será una "verdadera pesadilla" y el primer impacto por la insuficiente producción de granos se presentó a inicios de año con el incremento al precio de la tortilla, advirtieron la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP), el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC), la Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros (ANPAP), y la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), las cuales ya acuñaron el término agrocidio para describir la crisis agropecuaria.
Informaron del inicio de una campaña nacional e internacional para promover el consumo de maíz mexicano, la cual también incluirá diversas expresiones culturales en torno a la siembra y uso del grano, además de promover se inscriban en la lista de patrimonio oral y tangible de la humanidad.
La campaña incluye un boicot al consumo de alimentos importados y de "monopolios golpistas", y la promoción de alimentos de origen nacional que tengan el sello de México Comercio Justo.
La CNOC, CNPA, ANPAP y AMAP consideraron que la población está ante una imparable escalada de precios de la canasta básica, porque las causas que generaron el aumento del costo de la tortilla siguen sin resolverse.
El hambre, aseguraron, es una realidad que no puede seguir aceptándose, pero crece por la política neoliberal que sostiene a los oligopolios agroalimentarios nacionales e internacionales, y mantiene indiferencia a la demanda campesina de controlar sus procesos económicos, la defensa de su territorio y recursos naturales.
"Descampesinización", dependencia alimentaria y monopolización del mercado agroalimentario son producto del agrocidio. "Los campesinos somos vistos como los sobrantes, los inservibles, los ineficientes, los desechables; somos, para los neoliberales, el pasado, un sector sin futuro", abundaron.
Para los dirigentes de esas organizaciones, dicha situación es producto también de la ruptura del pacto histórico del Estado con el campesinado; por eso exigen un nuevo acuerdo, así como una nueva estrategia de relación y de desarrollo campo-ciudades que reconozca los derechos y capacida- des de la agricultura campesina e indígena.
Insistieron en que para enfrentar la grave crisis agroalimentaria nacional debe reorientarse la política agrícola comercial y alimentaria que incluya los derechos de los campesinos, la soberanía alimentaria y asegure la nutrición de la población. Por lo que reiteraron la demanda de renegociar el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; eliminar los privilegios y monopolios en el sector agroalimentario; continuar con la moratoria a la siembra de maíz transgénico, y emprender acciones contra la ineficiencia en el ejercicio presupuestal para el sector.
Pidieron a los legisladores que investiguen los oligopolios en el sector agroalimentario y no se limiten exclusivamente a la cadena maíz-tortilla, además otorguen autonomía y facultades ampliadas a la Comisión Federal de Competencia.