Usted está aquí: sábado 31 de marzo de 2007 Economía Afronta industria azucarera cubana situación difícil

Lluvias y calor excesivos, entre las causas: Carlos Lage

Afronta industria azucarera cubana situación difícil

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 30 de marzo. Las lluvias y el calor por encima de los promedios frenarán este año a la industria azucarera, que fue el eje de la economía cubana, se derrumbó tras la caída de la Unión Soviética y ahora enfrenta una situación "verdaderamente dura y difícil", informó el vicepresidente Carlos Lage.

En la actual temporada de zafra "se va a moler la caña que se pueda moler y se va a hacer el azúcar que se pueda hacer en esas condiciones climáticas reales y objetivamente adversas", señaló Lage, quien también es secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, un cargo equivalente al de un primer ministro.

Lage abordó la situación de la industria azucarera al comentar el artículo en el cual el presidente Fidel Castro descartó en la víspera la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña.

Tras una fuerte sequía y ocho ciclones en cinco años, los cañaverales se resintieron, explicó el vicepresidente. Aunque en 2006 aumentó la cosecha, el arranque de la zafra se estrelló en los últimos meses con una temporada seca más lluviosa de lo normal y con más temperatura que el promedio, dos factores que hostilizan al cultivo, necesitado de un clima seco y frío.

En las provincias orientales de Holguín y Las Tunas, el 27 por ciento de los centros de producción no han podido cortar caña por las lluvias, desde que se inició la zafra en diciembre, señaló Lage.

"Estamos viviendo ante cambios climáticos inobjetables y creo que son factores que influyen objetivamente en el desenvolvimiento de la zafra", añadió.

La industria azucarera cubana empezó a caer en la década pasada, como parte de la crisis en la que se hundió la isla tras la crisis de la desaparecida potencia socialista.

La producción que alcanzó niveles de 7 millones de toneladas, se redujo a la mitad en los años noventa y llegó a sus peores resultados en los últimos años, como el de 1.2 millones de toneladas en 2006.

En 2002, al tratar de sortear el impacto de los bajos precios y buscar eficiencia, Castro ordenó un drástico giro en el sector, que llevó al cierre de 71 de los 156 ingenios y una reducción del cultivo de la caña.

Pero el año pasado el sector recibió un nuevo impulso, al calor del repunte de precios, con un aumento de la siembra y de la insumos.

 
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