Usted está aquí: viernes 30 de marzo de 2007 Sociedad y Justicia Protesta de Greenpeace por la venta de arroz transgénico en el país

En México no se ha autorizado el ingreso de ningún cereal modificado, señala

Protesta de Greenpeace por la venta de arroz transgénico en el país

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen Integrantes del movimiento Greenpeace devolvieron dos toneladas de arroz transgénico a la Secretaría de Salud Foto: Carlos Cisneros

Si es verdad que México no ha autorizado el ingreso de ninguna variedad de arroz transgénico para consumo humano, resulta inaceptable que un cereal de este tipo circule en el mercado nacional, afirmó la organización ecologista Greenpeace.

Ayer, activistas de la agrupación realizaron una protesta ante la Secretaría de Salud (Ssa), donde depositaron dos toneladas de arroz, presuntamente transgénico, con la finalidad de que éste sea devuelto a su lugar de origen. "Así es como debe actuar el gobierno mexicano ante la entrada de este grano contaminado", afirmó Guillermo Ampugnani, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace.

Rechazó la información difundida por la Secretaría de Salud (Ssa) el pasado domingo, respecto de que las variedades LLRICE601 y LL62 hayan sido examinadas y no representen ningún riesgo para las personas, porque hasta ahora la dependencia ha omitido dar detalles, si es que los hay, del tipo de análisis efectuado al arroz procedente de Estados Unidos, el protocolo y el tipo de pruebas que se realizaron.

Las autoridades mexicanas se han limitado, afirmó el organismo, a repetir lo que dicen en Estados Unidos, en una actitud clara de subordinación, lo que contrasta con la decisión que han tomado varios países de cerrar sus fronteras al arroz estadunidense.

Luego de que en agosto de 2006, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos dio a conocer la contaminación de 47 por ciento de su producción de arroz, las naciones de la Unión Europea, así como Japón, Corea del Norte y algunas africanas, entre otras, decidieron suspender sus compras del grano que se produce en aquel país, mientras México importa 750 mil toneladas anuales.

Desde entonces, la dependencia se ha mantenido "callada, con la cabeza debajo de la mesa" y, en vez de evitar la entrada de arroz transgénico experimental, lo "único que se les ha ocurrido es difundir mentiras en un comunicado", porque ni siquiera la empresa Bayer, creadora de cuatro variedades de arroz transgénico, se ha atrevido a afirmar que sus arroces sean seguros, además de que tampoco los siembra de manera comercial en ningún lugar, señaló el activista.

No obstante, si ese cereal modificado es seguro o no es irrelevante, porque se trata de un producto experimental y no ha sido autorizado para el consumo humano, por lo que la Ssa, en realidad, debería rechazar ese producto "y no crear un escenario ficticio para aprobar su consumo".

En entrevista frente a la entrada principal de la secretaría, Ampugnani recordó que el laboratorio Bayer sembró en forma experimental, y por última vez en 2001, las variedades de arroz transgénico. Nada habría pasado si no fuera porque en agosto pasado se detectó la presencia de ese producto en sembradíos destinados para el consumo humano.

Para los mexicanos el problema estriba en que prácticamente todo el arroz disponible para las personas es importado de aquel país y se puede encontrar en centros comerciales y en la Central de Abastos.

Ampugnani destacó que ante la falta de información oficial, la única forma de protección para los consumidores es que adquieran el arroz que cuente con el sello de garantía del Consejo Mexicano del Arroz. Comentó que Greenpeace continuará con su exigencia a la Ssa para que actúe conforme a la ley y prohíba la entrada del arroz contaminado al país. La agrupación dejó dos toneladas del cereal en el acceso principal de la dependencia.

 
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