Usted está aquí: jueves 29 de marzo de 2007 Cultura Emplazan en el Auditorio una escultura de González de Léon

Con Tres figuras áureas festeja su cumpleaños 80

Emplazan en el Auditorio una escultura de González de Léon

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen El arquitecto, escultor y pintor Teodoro González de León, junto a su escultura Tres figuras áu-reas, que ayer develó en la escalinata del Auditorio Nacional Foto: Luis Humberto González

Una roca tallada por el mar, en la costa de Baja California, llevó a Teodoro González de León a crear Tres figuras áureas, escultura que, con motivo del cumpleaños 80 del arquitecto, fue develada ayer en una ''protuberancia" de nueva creación en la escalinata del Auditorio Nacional, inmueble que hace 16 años rehabilitó junto con su otrora socio Abraham Zabludovsky (1924-2003).

En el acto, encabezado por Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, y Sergio Vela, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y ante un amplio sector de la comunidad artística e intelectual, González de León explicó cómo en ese momento a Zabludovsky y él les había parecido oportuno proponer que ''este gran espacio público de cultura y esparcimiento se convirtiera en un lugar de diálogo entre las artes plásticas y la arquitectura".

Ahora Tres figuras áureas, compuesta por prismas de acero pintado en expansión, viene a sumarse a obras ya emplazadas, como las esculturas La luna, de Juan Soriano; Escenario 750, de Vicente Rojo; el mural escultórico Teorema inmóvil, de Manuel Felguérez, y el telón con reproducciones de sandías de Rufino Tamayo. Cabe mencionar que González de León tiene una pieza ''chica", un relieve, en una de las rampas dentro del edificio.

Sorprendido y alentado por la invitación del Auditorio Nacional, el arquitecto, pintor y escultor desarrolló un conjunto para la ocasión, cuyo emplazamiento fue ''cuidadosamente buscado con la ayuda del curador Miguel Cervantes".

La roca inspiradora poco a poco se convirtió en un poliedro con tres caras compuestas, con triángulos que generan combinaciones con números en sección áurea. Era una forma que podía expandir en una de sus tres caras y seguir generando medidas áureas. Las tres piezas muestran esa expansión o estallido de la forma y dialogan, una frente a la otra, como personajes, anotó González de León.

Además, ''tienen 1.618 metros de altura, que es la relación áurea mayor de un metro y corresponde a la altura de la vista. El espectador puede observarlas por encima, tienen escala humana, no son impositivas ni monumentales y, cosa extraña, tienen el mismo trazo en planta y en elevación.

''Ocupan una plataforma que se extiende desde el descanso de la gran escalinata del Auditorio, que curiosamente tiene la altura de 1.62, dos milímetros más que la escultura. El espectador las verá también desde la parte alta, a 1.62 metros, encima de la base de las esculturas". Fue un ejercicio de precisión y un accidente, precisó.

González de León pidió a sus interlocutores olvidarse de la explicación, porque la sección áurea, con su complejidad geométrica y matemática, ''no produce arte: sólo es un juego sorprendente de combinaciones que no se repiten, pero difícilmente son visibles. Quedan como satisfacción intelectual".

Ebrard se congratuló de que ''no sólo reconocemos el talento de una persona, sino que ese talento se ha usado para el bien público". En los pasados 20 años, en la ciudad, expresó, ''casi no hay decisión importante, inteligente, acertada, que se haya tomado, que no tenga que ver con Teodoro".

 
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