Usted está aquí: lunes 26 de marzo de 2007 Economía Mercados cambiarios. Una década

Reporte Económico

Mercados cambiarios. Una década

David Márquez Ayala

Al romperse en los años 70 el Sistema Monetario de Bretton Woods y privatizarse, las monedas del mundo entraron en una fase de enorme inestabilidad. Lejos de su función primigenia de medios de pago, las monedas se convirtieron en una mercancía más, ideal para la especulación. Observar en una gráfica como varían los tipos de cambio en las pasadas tres décadas es como ver una montaña rusa.

Su valor a la fecha ya no tiene casi nada que ver con la fortaleza o debilidad de las economías a las que teóricamente representan, tampoco con su poder adquisitivo real; su valor y paridad cambiaria depende cada vez más del juego especulativo que realizan las grandes corredurías de Wall Street y los principales centros financiero del mundo, los grandes fondos de pensiones, los inefables Soros y una infinidad de jugadores menores que proliferan como plaga en el mundo.

El punto de referencia más útil para apreciar el comportamiento de las monedas es el DEG (Derecho Especial de Giro), una unidad de cuenta creada en el FMI en los años 60 que inicialmente se valorizó con base en el binomio oro-dólar hasta que éste desapareció en la década de los 70, usándose desde entonces una canasta de divisas cuyas variaciones entre sí, unas al alza y otras a la baja, determinan el valor diario del DEG. Las divisas que actualmente conforman la canasta son el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen (Gráfico 1).

Desde la creación del euro, en 1999, para acá, vemos que esta moneda perdió terreno frente al dólar en sus primeros tres años de vida, pero se fortalece consistentemente en los pasados cinco años. El dólar, su principal competidor, muestra lógicamente un comportamiento inverso, esto es, se fortalece entre 1999 y 2001, y se debilita de 2002 a la fecha. La libra esterlina aparece como la moneda más estable frente al DEG, y el yen no oculta su deterioro desde la crisis del año 2000.

Usando al euro como referencia, en sus ocho años la libra muestra una fuerte afinidad cambiaria: en marzo de 1999 se requerían 67 centavos de libra para adquirir un euro y 68 centavos en marzo de 2007 (Gráfico 2), comportamiento por demás lógico, ya que si bien el Reino Unido no adoptó el euro, sí es miembro de la Unión Europea.

El antagonismo dólar-euro puede también apreciarse en el gráfico 3. En marzo de 1999 para adquirir un euro se requerían 1.07 dólares; con el fortalecimiento de este último, en junio de 2001 sólo se requerían 0.85 centavos de dólar para comprar un euro; pero de ahí en adelante el dólar se ha debilitado y actualmente se requieren 1.33 dólares para adquirir un euro.

El peso

La historia de nuestra moneda en los pasados 30 años es de dar pena. Siguiendo la suerte del dólar, el peso se devaluó en 1971 y en 1973 frente al resto de las divisas. Roto el tipo de cambio fijo y ya en caída libre, el peso se devaluó frente al dólar de 12.50 en 1975 a 11 mil 110 pesos (sin quitarle los tres ceros) por dólar en la actualidad.

En la anterior década, pasada ya la megadevaluación de 1994-95, el tipo de cambio frente al dólar pasó de 7.87 pesos por dólar en diciembre de 1996 a 11.53 en junio de 2004, apreciándose de ahí nueva y erróneamente (pues aún está sobrevaluado) a 10.81 en diciembre del 2006 (Gráfico 4).

En los periodos de referencia, el peso se devaluó:

- Frente al dólar (1996-06) 37.36% (3.7% anual en promedio) (Gráfico 5)

- Frente a la libra (1996-06) 58.83% (5.9 anual) (Gráfico 6)

- Frente al yen (1996-06) 28.57% (2.9 anual) (Gráfico 7)

- Frente al euro (mzo 99-mzo 07) 44.28% (5.5% anual) (Gráfico 8)

- Frente al DEG (1996-06) 31.95% (3.2 anual) (Gráfico 5).

Como se ve, por ahora y en tanto los especuladores no digan otra cosa, el euro es la divisa de mayor fortaleza, seguida de la libra esterlina.

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