Usted está aquí: miércoles 21 de marzo de 2007 Política De los viejos caballos inconscientes y cansados

José Steinsleger

De los viejos caballos inconscientes y cansados

Le recuerdo la letra y usted marca el compás: "Caballo le dan sabana porque está viejo y cansao/ pero no se dan cuenta que un corazón amarrao/ cuando le sueltan las riendas es caballo desbocao...

"Cuando el amor llega así, de esta manera/ uno no tiene la culpa... ta, ta-ta, ¡tan-tan!"

La historia del viejo caballo que para el amor no tiene horario ni fecha en el calendario fue el gran éxito del compositor venezolano Simón Díaz en 1980. Aunque no todos los cuadrúpedos llegan a viejos, felices y contentos. Recordemos el de la fábula de Esopo, vendido para darle vueltas a la piedra de un molino, y que al verse atado a la piedra el equino exclamó sollozando: "¡Después de las vueltas de las carreras, he aquí a qué vueltas me he reducido!" Moraleja: no presumir de la fortaleza de la juventud, pues se corre el peligro de acabar como Teodoro Petkoff en la conferencia Suramérica y Europa: un debate sobre el futuro, donde se quedó completamente dormido.

Organizada días atrás en Bruselas por el Parlamento Europeo, el dirigente antichavista invirtió más de tres horas en explicar la "novedosa" tesis de su libro Las dos izquierdas. Y luego de señalar a los eurodiputados su "indulgencia" con Hugo Chávez, retornó a la curul y se echó a roncar.

¿Creía Petkoff que se hallaba en el viejo Congreso de Venezuela? Sus anfitriones, integrantes del Grupo Socialista, se vieron en aprietos: de un lado, debían contener a los legisladores que preguntaban si la tesis de la izquierda "mala" y "buena" en América Latina guardaba semejanza con la de Condoleezza Rice; y por el otro, debían sacudir al invitado en calidad de "pensador".

El eurodiputado Luis Yáñez, presidente de la mesa, propuso a la conferencia que algún voluntario despertase al ex guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional y actual asesor del Instituto Fernand Braudel, organización promotora de las tendencias neoliberales de la economía mundial. Petkoff se despabiló entre risas y guiños de los legisladores, quienes criticaron la ausencia de representantes oficiales de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

"Pinches europeos...", se dijo Teodoro. ¿Quién de los asistentes al foro podía estar a la altura de los sabios comentarios del nicaragüense Sergio Ramírez, quien asegura que su libro "... es una muestra de la lucidez de su pensamiento crítico (sic) y de su posición firme contra el autoritarismo bajo cualquier disfraz" (sic), "El caballo al revés", La Jornada, 18/03/07).

En su artículo para defender al cuate "moderno y democrático", Ramírez usó el espacio y condenó la multa que el Tribunal de Protección del Niño y el Adolescente de Caracas le impuso al periódico Tal Cual, dirigido por Petkoff, por publicar una carta dirigida a Rosinés (hija de ocho años del presidente Chávez), firmada por Laureano Márquez.

Según Ramírez, no se trataría, como dijo el tribunal, "de la inocencia de una niña", sino de que el poder es incapaz de reírse de sus extravagancias. "A nadie se le ha ocurrido -apunta- decir que Hugo Chávez utiliza a su hija menor de edad y se vale de su inocencia (...) para transmitir sus mensajes políticos...", a más de involucrar a la niña Rosinés -sigue el dictamen del tribunal- "... como una persona pública, donde no lo es por su condición de niña..." Concluye Ramírez: "Es decir, es pública sólo para su padre" (sic).

Qué miseria. Tergiversando la realidad, Ramírez observa: "Sentencia política disfrazada de sentencia judicial". ¿Pero recordará el caudillo literario de Masatepe que cuando era vicepresidente de Nicaragua y Petkoff un influyente legislador del socialismo "ético" sus países firmaron la Convención sobre los Derechos del Niño, cuyo artículo 16 señala que "ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia (...) ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación..." (ONU, Asamblea General, 20 de noviembre de 1989)?

Si vamos con el humor, Sergio Ramírez me demuestra que pequé de inocente cuando en enero de 1993, entrevistándolo para mi libro En el reino de Herodes (Unicef-Instituto Politécnico Nacional, México, 1996) suprimí por vulgar la respuesta que me dio a propósito de violencia emocional contra los niños: "¿Recuerda usted haber maltratado alguna vez a sus hijos?"

Ramírez: "Pregúntale a mi esposa Gertrudis".

Dicen que cuando en Managua y Caracas Teodoro y Sergio le dan a la botella, cantan "Caballo viejo" a grito pelado: "¡El potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad!/ ¡Caballo viejo no puede perder la flor que le dan!/ Porque después de esta vida/ ¡no hay otra oportunidad!" Y los vecinos se quedan sin dormir.

 
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