Usted está aquí: sábado 10 de marzo de 2007 Disquero La belleza según Bach

La belleza según Bach

Pablo Espinosa

La inminencia de un acontecimiento musical de gran calado, que constituirá la puesta en vida -el domingo 18 de marzo en la Sala de Cociertos Nezahualcóyotl- de una de las mayores partituras de la historia: La Pasión según San Mateo, de Johann Sebastián Bach (1685-1750), en coincidencia con el cumpleaños 322 del más grande compositor en toda la historia (el 21 de marzo), se empata con la aparición de un disco de peculiar exquisitez con una faceta nueva, privilegio que permite una obra de real profundidad y certeza, de la música de Bach.

Nos referimos al álbum titulado Alio modo (harmonia mundi), del agrupamiento inglés hiperespecializado Fretwork y que presenta una lectura escalofriante de la legendaria Pasacaglia y de otras partituras transcritas para una dotación instrumental que constituye en sí misma un prodigio inenarrable: una orquesta de violas da gamba, ese instrumento que referimos en el Disquero cuando recomendamos el filme Tous les matins du monde y los discos donde Jordi Savall interpreta esa música, la de Monsieur de Saint Colombe y otros autores que como Bach pusieron las gargantas de los ángeles en las panzas, cuerdas y mástiles de esos instrumentos tan hermosos, que mostramos en la foto de arriba, correspondiente a la portada del disco.

Entre las virtudes de este álbum que es un sueño, destaca en primer lugar el logro estético del conjunto Fretwork en mostrar la naturaleza íntima, el alma desnuda de la música de Bach, es decir, su condición abstracta en un inusitado contraste con la idea que el vulgo difumina de lo que es esa música.

Es decir, frente a los fuegos de artificio, los adornos, florituras, repeticiones y demás elementos que constituyen ese fenómeno de la Estética conocido como embelishment, Fretwork se va hacia el fondo y muestra la cohesión, coherencia y fascinación del orden del cosmos que logró plasmar Bach de la manera más sencilla y directa, y al mismo tiempo compleja y abstracta, y que el mundo conoce hasta la fecha con el nombre de Belleza.

Contribuye también Fretwork a la respuesta contundente que hizo en vida Bach a los envidiosos y todo aquel que sufre por el éxito ajeno, quienes lo acusaban y querían demeritar diciendo que su música era bombástica, artificial, una barbaridad (¡pasu!) y esa respuesta fue tan contundente que hasta la fecha nos acompaña como una demostración de que en carne fue un enviado divino y en alma sigue siendo arcángel.

 
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