Usted está aquí: miércoles 7 de marzo de 2007 Cultura Gabo y Cervantes, únicos con lectura pública de su obra cumbre en España

Palabra por palabra, la novela Cien años de soledad requirió de 16 horas

Gabo y Cervantes, únicos con lectura pública de su obra cumbre en España

Mediante la evocación, el lejano Macondo estuvo más cerca que nunca de Madrid

Sitúan al narrador colombiano como ''el maestro de las letras en lengua castellana''

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Gabriel García Márquez, en octubre de 2003, cuando recorrió la muestra de la pintora Débora Arango, la cual se presentó en la embajada de Colombia en México Foto: Roberto García Ortiz

Madrid, 6 de marzo. Gabriel García Márquez y Miguel de Cervantes Saavedra comparten a partir de hoy, además de la inmortalidad como clásicos de la literatura universal, una nueva condición: son los únicos escritores que han recibido como homenaje en España la lectura de viva voz e ininterrumpida de su obra cumbre.

Si para recordar a Cervantes, la tradición establece la lectura de El Quijote cada 23 abril, ahora Gabo fue homenajeado con la lectura, palabra por palabra, de su emblemática novela Cien años de soledad. Un hito más en la biografía de un narrador quien, además, fue objeto de un pormenorizado análisis de su obra por parte de los medios de comunicación españoles.

Cuando se pronunció la frase final de la novela más leída del siglo XX -''(...) porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra"-, habían transcurrido 16 horas desde que se inició la lectura ininterrumpida de la obra de García Márquez, en la Casa de América, de Madrid.

Así, con este gesto, tanto las instituciones públicas como los representantes de la cultura y de la literatura de España quisieron celebrar, junto con el Nobel colombiano, sus 80 años de edad.

De esa manera culminó, de madrugada, el homenaje que escritores, políticos y devotos lectores le rindieron a un autor que ''ha cambiado la literatura para siempre".

La lectura de Cien años de soledad la inició en la mañana de ayer la vicepresidenta primera del gobierno, la socialista María Teresa Fernández de la Vega, como una forma de rendir tributo al escritor colombiano desde la más alta consideración.

La política española destacó que García Márquez tiene ''una gran capacidad para hacernos soñar, para imaginar, y por eso es un legado maravilloso de realismo mágico en el que todos nos vemos reflejados en nuestros sueños".

Recreación de la saga de los Buendía

Con fragmentos de lectura de 15 minutos, centenares de personas fueron recreando en voz alta el universo literario de Cien años de soledad, con las voces del lejano Macondo más cerca que nunca a Madrid, con la recreación de la saga de los Buendía y la exaltación de la obra cumbre del denominado ''realismo mágico".

Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica, abundó que la obra cumbre del autor, Cien años de soledad, es ''un libro de una belleza extraordinaria, de una fuerza, de una pasión que me permitió descubrir la literatura exuberante latinoamericana", lo que sitúa al narrador colombiano como ''el maestro de las letras en lengua castellana".

Incontestable valía de una novela

La representante literaria de García Márquez, Carmen Ballcells, también se refirió al homenaje al autor de El coronel no tiene quién le escriba, en el diario ABC, en el que señala que el escritor colombiano ''está aterrorizado con este octogésimo cumpleaños, aunque también, como es lógico, encantado. No es por la edad, sino por el tumulto, ya que todo el mundo, en China, Corea o India pasa igual que acá, y quiere su pequeña exclusiva. Y Gabriel decidió no dar nada".

En el mismo rotativo español se publica un artículo de Alvaro Mutis, también colombiano y uno de los mejores amigos de Gabo, en el que reconoce que ''no puedo leer Cien años de soledad sin cierto sordo pánico. Toca vetas muy profundas de nuestro inconsciente colectivo americano. Hay en ella una sustancia mítica, una carga adivinatoria tan honda, que pierdo siempre la necesaria serenidad para juzgarla.

''Sigo creyendo que es un libro sobre el cual no se ha dicho aún toda la deslumbrada materia que esconde. Cada generación lo recibirá como una llamada del destino y del tiempo, y sus mudanzas poco podrán contra él.''

Un personaje central en la vida de Gabo fue Paco Porrúa, el primer editor de Cien años de soledad, cuando trabajaba en la editorial Sudamericana, de Argentina, quien a sus 84 años de edad vive apartado del mundo en su Asturias natal.

Porrúa sólo accedió a hablar sobre su relación con García Márquez y su obra cumbre con el periódico local de su ciudad, La voz de Asturias, desde donde señaló que la novela ''Cien años de soledad se ha convertido en mi segundo apellido, porque todo el mundo lo añade a mi nombre. Es parte de mi destino".

 
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