Obliga a empresarios a asumir riesgos y evitar quebrantos
Nuevo esquema para concesionar carreteras busca subsanar errores
Con el nuevo esquema de concesión de carreteras, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) pretende evitar un nuevo quebranto al no brindar garantías a los empresarios y obligarlos a asumir riesgos de aforo, proyectos, costos asociados y fijación de tarifas.
Contrariamente a lo que ocurrió con el programa carretero de 1989 a 1994, en el nuevo esquema los concesionarios deberán asumir el riesgo de las previsiones de aforo, ya que la SCT no se hará responsable de lo que ocurra cuando las obras estén en operación.
Los empresarios también deberán absorber el riesgo del proyecto y todos los costos asociados, contrariamente a lo que se realizó antes del quebranto cuando, de acuerdo con la SCT, no se estableció una definición clara de la distribución de los riesgos.
Como beneficios, los ganadores de las licitaciones tendrán los derechos de vía liberados, en algunos casos una aportación inicial del gobierno, créditos bancarios y capital de riesgo.
El esquema de concesiones en marcha para esta administración considera seis mejoras respecto al que provocó el rescate carretero de 1997, los cambios más destacados se concentran en las condiciones del proyecto ejecutivo, estudio de aforos, plazo de la concesión, derechos de vía, financiamiento de la construcción y tarifas.
Los puntos mencionados fueron los que, a consideración de las empresas que se declararon en suspensión de pagos hace aproximadamente diez años, ocasionaron que la construcción y operación de la carreteras se convirtiera en un mal negocio, por lo que actualmente hay una deuda de 160 mil millones de pesos que se están pagando mediante las cuotas de los usuarios.
La SCT señaló que en el programa carretero 1989-1994 muchas de las concesiones no contaron con un proyecto ejecutivo completo y tampoco existía una definición clara de la distribución de riesgos, por lo que ahora la dependencia elaborará el proyecto y entregará una versión completa a los licitantes antes de que presenten sus propuestas, por lo que éstos tendrán que asumir el riesgo del proyecto y todos los costos asociados.
Uno de los puntos más negativos pa- ra la SCT, pero de gran atractivo para los concesionarios de carreteras fue que la dependencia elaboró los estudios de aforos y "garantizó" tránsitos, tasas de crecimiento y por si fuera poco se comprometió a ampliar el plazo de la concesión si las condiciones previstas no se cumplían.
Esta vez Comunicaciones y Transportes hará los estudios de aforos y los entregará a los licitantes, pero cada uno de ellos "puede o no utilizar los estudios suministrados bajo su propio riesgo", ya que la dependencia "no asume responsabilidad alguna respecto a los pronósticos de aforo".
Antes el plazo de la concesión era variable, dependía "de la oferta del licitante ganador y del criterio de adjudicación", ahora se hará conforme marca la ley, por 15 años con la posibilidad de ampliarse hasta 30.
La entrega de concesiones promovida por la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa también pretende subsanar errores como los cometidos con los derechos de vía que hace más de 10 años se liberaron durante los trabajos de construcción, lo que supuso un incremento de costos, por lo que ahora los derecho serán liberados antes de que se adjudique la concesión.
Asimismo el financiamiento de las obras se sustentará en una aportación inicial de gobierno federal, créditos bancarios y capital de riesgo, a fin de no incurrir en el financiamiento de obra con créditos y capital provenientes de estimaciones de obra que no fueron pagadas en su totalidad.
En esta ocasión las tarifas se fijarán mediante la tarifa promedio máxima de la SCT y la regla para la actualización por inflación, pues antes del quebranto las tarifas resultaban de las ofertas que presentaban los licitantes.