Usted está aquí: viernes 2 de marzo de 2007 Espectáculos Adán y Eva, de Salvador Novo, no envejece

Puesta actual recrea las escenas intemporales de la relación hombre-mujer

Adán y Eva, de Salvador Novo, no envejece

Presenta elementos como el coqueteo, las diferencias, los celos y la necesidad recíproca de ambos

JUDITH CALDERON GOMEZ

Ampliar la imagen La actriz Miriam Calderón en su caracterización de Eva

La obra Adán y Eva, de Salvador Novo, nos permite mirar la relación de la pareja con sus aristas: el coqueteo, las discusiones, sus diferencias, los celos, y finalmente la manera en que ambos, pese a todo, se necesitan.

Un sofá rojo que evoca los labios de mujer y un balcón abierto desde donde se puede contemplar el lago de Chapultepec son parte del escenario donde podremos presenciar los vaivenes del amor, los jaloneos, las grandes discusiones que tienen las parejas, hasta llegar a un punto donde el público se identifica.

Es sorprendente que a más de 100 años del nacimiento de Salvador Novo, su mirada sobre las relaciones amorosas no sólo es vigente sino que resulta una visión anticipada de la forma en que las parejas conviven y donde el gran salto que ha tenido la mujer la hace tener una actitud retadora y desafiante ante el ser amado.

La historia se desarrolla en una habitación. Es el espacio privado donde se dejan al descubierto escenas que vemos a diario: el hombre ausente, ensimismado, jugando solitario, pendiente del resultado de un juego de futbol, admirando apasionadamente los carros pequeños de juguete y soñando quizás con los auténticos. Retirando a la mujer sólo con el movimiento de la mano, que agita con desdén para que por favor ella se aleje y guarde silencio.

Y por otro lado está Eva, guapa e imponente, preocupada por su figura, haciendo ejercicio, para parecer cada vez más bella o apetecible ante la mirada de un varón que no estará siempre dispuesto a los escarceos amorosos.

Ella disfrutando el baile: siguiendo los movimientos impetuosos de un tango, saboreando un danzón o siguiendo el ritmo alegre de la salsa. Invita a Adán a compartir el ritmo y rompe así los momentos de silencio de su amado. El baile es un puente entre ambos, donde el abrazo, la risa y el movimiento de los cuerpos les permiten hacer a un lado discusiones o diferencias.

Eva saca a relucir su carácter demandante, donde cuestiona a quien opina distinto e incluso niega, en momentos, la importancia del hombre y resalta los logros femeninos. Ella resaltando los avances "de sus hijas", y con esto defiende la mirada y el sentir que tienen las mujeres. Adán por su parte la descalifica y en ocasiones la minimiza, para destacar los progresos que han tenido los varones, destacando ante todo los logros de "sus hijos".

La producción es de Miriam Calderón, quien además personifica a Eva, junto con Carlos Fierro, que es Adán. Los actores, con gran experiencia en actuación y producción, dan vida a los textos del dramaturgo. Juntos, bajo la dirección escrupulosa de Martha Luna, logran que el espectador escuche a Salvador Novo, disfrute las escenas y contemple algo que vivimos cotidianamente.

Martha Luna ha dirigido teatro, radio y televisión; tiene 14 premios a mejor dirección por la crítica especializada.

Adán y Eva es parte del Ciclo de Teatro Nocturno que se puede disfrutar en la Casa del Lago. Se presenta en marzo, los dos primeros fines de semana: los viernes a las 19 horas y los sábados a las 18 horas. La entrada es por Paseo de la Reforma. Precio al público 80 pesos, y con credencial de estudiante o del Inapam 50 pesos.

 
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