Usted está aquí: miércoles 28 de febrero de 2007 Sociedad y Justicia Provoca más recelo que confianza el plan antidesabasto de fármacos

No toma en cuenta experiencias pasadas; el programa, sólo buenos deseos: diputados

Provoca más recelo que confianza el plan antidesabasto de fármacos

Entre las pocas acciones dadas a conocer destaca la eliminación de algunos procesos

ANGELES CRUZ, ROBERTO GARDUÑO, ENRIQUE MENDEZ

Ampliar la imagen Según las autoridades federales, mediante acuerdos con los industriales se logrará reducir el costo de los medicamentos Foto: Francisco Olvera

La eliminación paulatina de las actividades que elevan los precios de los medicamentos, como la subcontratación de algunas etapas del proceso de abasto y la revisión y rediseño de los procesos de adquisición, forma parte de las acciones con que el gobierno federal busca garantizar el acceso universal a los fármacos y a precio justo, lo cual, en el primer caso, significaría reducir las ganancias de los distribuidores.

Información de la Subsecretaría de Innovación y Calidad de la Secretaría de Salud (Ssa) sobre el programa que el gobierno federal puso en marcha el lunes pasado detalla que los cambios a los trámites para adquisiciones implican la "reingeniería de los procesos de planeación, adquisición, almacenamiento, manejo de inventarios, distribución y dispensación".

Sin embargo, el documento no ofrece mayores detalles ni hace referencia a experiencias de ese tipo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde en el sexenio pasado se hicieron inversiones cuantiosas en sistemas informáticos, similares a los que ahora plantea el gobierno federal para todo el sector salud.

Ese esquema no logró resolver la problemática de desabasto en clínicas y hospitales del IMSS, donde continuamente hay quejas de los derechohabientes por la carencia de medicinas en los tres niveles de atención.

Mientras tanto, en la Cámara de Diputados el acuerdo nacional para solucionar el desabasto de fármacos, entre el gobierno federal y las empresas farmacéuticas, fue criticado por legisladores del PRD y de Convergencia.

Javier González Garza, coordinador de la bancada perredista, rechazó tácitamente la "solución" oficial al problema: "no tengo confianza en los pactos de Calderón. El que hizo con los acaparadores de maíz lo único que provocó fue legalizar el aumento al precio de la tortilla. Entonces, no tengo confianza en los pactos de él".

Por su parte, el priísta Samuel Aguilar advirtió que dicho acuerdo de ninguna manera es la solución para resolver el grave desabasto de medicamentos.

"Aún se cree que con declaraciones y buenos deseos, millones de mexicanos pobres podrán resolver el desabasto en clínicas y hospitales del sector salud. Resulta indignante que familias enteras carezcan de un servicio tan elemental como el de la salud, y peor aún cuando el gobierno no garantiza el cuadro básico de medicinas. Eso es un claro ejemplo del abandono que las instituciones del Estado han hecho de sus obligaciones primarias."

Sobre el tema, la información de la Ssa se limita a señalar que los costos de los fármacos bajarán mediante acuerdos con la industria y se fomentará una mayor competencia que redundará en la participación de más proveedores. Prevé que los compradores institucionales intercambiarán información sobre precios y proveedores, y habrá "mayor transparencia" en los procesos de adquisiciones.

Según el documento, la eliminación de factores de la cadena de comercialización que encarecen los precios de las medicinas "derivará en la oferta de mejores precios para la población en general". De acuerdo con el informe, se trata de "hacer más eficiente la cadena de abasto".

En el mismo sentido va la propuesta de que las instituciones públicas de salud contraten servicios privados para realizar "alguna o algunas de las partes del proceso de abasto". Otra posibilidad corresponde a una estrategia diseñada el sexenio pasado, que estaba previsto entrara en operación este año. Es el caso de la utilización de las farmacias privadas para surtir los fármacos a los usuarios del Seguro Popular, por medio de una tarjeta electrónica que identifica a los derechohabientes y además contiene la receta médica.

Con el objetivo de optimizar el uso de las medicinas, el programa calderonista también prevé distribuirlas en dosis unitarias; es decir, dar al paciente la cantidad exacta que necesite para tratar su enfermedad.

 
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