Usted está aquí: miércoles 28 de febrero de 2007 Opinión RSF: periodistas por encargo

José Steinsleger /I

RSF: periodistas por encargo

Con tenacidad "imparcial y absoluta", Robert Menard, director de Reporteros sin Fronteras (RSF), se ha autopersuadido de que defiende la causa de la libertad de expresión en el mundo. Sus informes anuales dan cuenta de los atropellos a la prensa en Cuba, China y Venezuela; en Irak, Venezuela y Cuba; en México, Cuba y Venezuela; en Cuba, Colombia y Venezuela, y en Venezuela y Cuba también.

Empero días atrás, la obsesión de Menard por el "pluralismo informativo real" le jugó una mala pasada. Bastó que el asesor en asuntos latinoamericanos le comunicase que el gobierno de La Habana se había liberado de Marx para que Menard gritase con euforia:

-¡Hemos ganado!

Conocedor de su fama de irreflexivo y precipitado, Regis Bourgeat trató de contener a Menard:

-¡Robert! -Pero el jefe ya estaba sobre su lap-top redactando un informe similar al de Irak tras la caída de Saddam Hussein, cambiándole el sujeto: "Luego de tantos años de propaganda oficial -escribió- se abre una era de libertad nueva, llena de esperanzas e incertidumbres para los periodistas cubanos".

-Robert... ¡Eh, Robert! -musitó Regis con temor.

-¡Qué chingaos...! -le espetó Menard en francés.

-Aguanta... No es el Marx que piensas sino Gary, Gary Marx, corresponsal del Chicago Tribune en Cuba.

Menard quedó lívido. Desconcertado, miró el trofeo recibido en 2006 de manos del rey Juan Carlos de Borbón (cuarto Premio Antonio Asensio de Periodismo), del cajón central del escritorio tomó una bolsita de plástico y sobre el vidrio de la mesa esparció parte del contenido. En el vaso de lápices encontró un tubito de metal. Agachó la cabeza, se presionó una de las fosas nasales e inhaló con profundidad. Regis alcanzó a oír:

-Estás despedido.

¿Qué es RSF? En el voluminoso documento sobre Cuba presentado en 2004 por Colin Powell ante el Congreso de Estados Unidos, RSF es la única organización no gubernamental (ONG) que el ex secretario de Estado de George Bush cita como ejemplo de cómo proceder con los medios de comunicación en los gobiernos del mal.

Y es que en la causa universal del bien, los informes de RSF han sentado precedente jurídico: si en los países del mal una persona dispone de teléfono celular, un fax o una computadora conectada a Internet y empieza a transmitir mensajes a favor del bien y mentiras contra el mal... ¡ya está!, se convierte en "disidente" o "periodista independiente".

Lo ideal es que el "disidente" que trabaja en los países del mal sea requerido por las autoridades. Entonces, RSF se pone en acción, convirtiendo un asunto legal en "violaciones a la libertad de prensa". Tal fue el caso del periodista Gustavo Azócar, acusado en 2000 de estafa y desvío de fondos públicos en perjuicio de la Lotería de Táchira (Venezuela).

Sin embargo, cuando Tayseer Aouni, corresponsal de la cadena de televisión Al Jazeera, fue arrestado en España el 8 de septiembre de 2003 por "sospechas" de vínculos con Al Quaeda, Menard declaró que los periodistas no estaban por encima de las leyes, y que el corresponsal detenido por el juez Baltasar Garzón había sido arrestado por lo que había hecho y no por sus escritos.

Como Garzón no presentó pruebas ni la culpabilidad de Aouni fue probada, se supone que el corresponsal de Al Jazeera hacía lo mismo que el camarógrafo español José Couso y el reportero Taras Protsyuk (agencia Reuters), asesinados por un obús disparado por el tanque estadunidense que el 8 de octubre de 2003 destruyó el piso 15 del hotel Palestina de Bagdad, donde se hospedaba la prensa internacional desde antes de la invasión.

"Oh, la, la", dijo Menard. Hoy sabemos que el obús fue disparado por el sargento Thomas Gibson, de la compañía A del regimiento de blindados número 64 de la tercera división de infantería acorazada del ejército de Estados Unidos, y que el capitán Philip Wolford autorizó el disparo por orden del teniente coronel Philip de Camp, jefe del regimiento.

El mismo día en que Couso y Protsyuk murieron por obra del bien, la fuerza aérea de Estados Unidos bombardeó las cadenas árabes Al Jazeera y Abu Dhabis Tv, matando al periodista Tareq Ayub. Pero Menard no estaba para menudencias, sino dándole punto final al comunicado de RSF en el que se afirma que "el derrocamiento de la dictadura de Saddam Hussein puso fin..." bueno, lo mismo que más arriba para el caso.

RSF exoneró de toda responsabilidad a las fuerzas armadas estadunidenses. Y al día siguiente dedicó la portada de su página web a "la falta de libertad de expresión en Cuba".

 
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