Usted está aquí: lunes 26 de febrero de 2007 Cultura Boris Eifman traduce la inmortal Anna Karenina al lenguaje de la danza

La obra será presentada por el Ballet de San Petersburgo en el Palacio de Bellas Artes

Boris Eifman traduce la inmortal Anna Karenina al lenguaje de la danza

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Para Boris Elfman, lo más difícil fue encontrar los movimientos dancísticos adecuados para realizar un sicoanálisis coreográfico de un triángulo amoroso. Aquí, una escena de la obra Foto: Cortesía Ars Tempo

La celebre novela Anna Karenina, escrita por Leon Tolstoi, es traducida al lenguaje de la danza por el Ballet de San Petersburgo, agrupación que por segunda ocasión se presenta en nuestro país.

Con la coreografía del reconocido creador ruso Boris Eifman, cuyo original estilo, "ha revolucionado el concepto de la danza clásica, al fusionarla con la danza avant-garde y con métodos del teatro y el cine del siglo XX", la pieza se propone de tal manera, que el espectador contemporáneo viva y entienda los sentimientos y pensamientos de los personajes del texto literario.

En entrevista vía telefónica desde San Petersburgo, Eifman explica a La Jornada: "Siento que en el siglo XXI nos hace falta el amor, ya que vivimos un tiempo demasiado acelerado. Mi idea fue llamar la atención del mundo hacia un sentimiento muy fuerte y válido como lo es el amor. Lo más difícil para mí fue llevar una historia que se desarrolló en el siglo XIX, hacerla actual, para que las personas de ahora puedan apreciar la historia y la pasión de una mujer.

"Tengo a tres bailarinas interpretando a Karenina, pero ha sido difícil lograr inculcarles el espíritu del siglo XIX, pues para una mujer actual es difícil entender a la heroína de la novela de Tolstoi."

Sicoanálisis coreográfico

Eifman no cuenta la monumental novela de manera detallada. Sin embargo, para escenificar esa historia de amor e infidelidad, el coreógrafo seleccionó el triángulo amoroso Karenin-Anna-Vronsky.

"Nuestro trabajo en el escenario es muy especial, es un teatro del ballet, no puro ballet, ya que nos dedicamos previamente a analizar de manera profunda las emociones desde un punto de vista teatral", explica Eifman, quien considera a sus bailarines como actores, y con base en eso es que realiza la coreografía.

"La energía emocional es la de mis movimientos coreográficos. Para mí, el ballet no es un proceso físico, sino espiritual. Yo no creo en las palabras, creo en el cuerpo, en el lenguaje del cuerpo. Para mí es el instrumento para expresar muchas cosas. Yo me dedico a la plástica del cuerpo, con el que hago mi trabajo, tanto en el teatro como en el cine".

En Anna Karenina la danza se convierte en un medio para reflejar una especie de "sicoanálisis coreográfico" del triángulo amoroso. "Lo más difícil fue precisamente encontrar los movimientos adecuados para estos personajes y sus circunstancias, porque son muy singulares. Y creo que los pude encontrar".

Por ello, apuntó el coreógrafo en un texto de presentación, "en el escenario veremos, a pesar del vestuario estilizado (de Slava Okunev) y la música de Chaikovski, a una mujer contemporánea gritando la pasión por un hombre de hoy. Karenin es un hombre que no puede entender el infortunio que le sucede. El ama sinceramente a su esposa. La infidelidad de Anna es una catástrofe para él. Está solo, expuesto, vencido. Vronsky es más 'tradicional', un amante heróico que desea el fruto prohibido, pero se cansa rápidamente de él".

Vía telefónica, Eifman agrega: "Esos tres personajes son muy actuales, porque siempre la humanidad ha vivido alrededor de esa pasión, de esas preguntas, de esas emociones. En el caso de un hombre, es la tragedia de quien pierde un amor, el otro confronta la tragedia de un amor que se está enfriando, lo que es una situación siempre vigente".

Boris Eifman, autor de más de 40 coreografías, entre las que se encuentran Hamlet ruso; Don Quijote; Giselle roja; El idiota, de Dostoievsky, y La gaviota, la más reciente, se presentará de nueva cuenta en nuestro país encabezando al Ballet de San Petersburgo.

Anna Karenina se escenificará en el Palacio de Bellas Artes, el 28 de febrero y el primero y 3 de marzo, a las 20 horas, y el 4 de marzo, a las 17 horas.

A su vez, el titular de la Coordinación Nacional de Danza, Marco Antonio Silva, informó que Eifman ofrecerá una conferencia el primero de marzo, a las 11 horas, en el Teatro de la Danza.

 
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