Usted está aquí: domingo 25 de febrero de 2007 Política Ante el riesgo de desbandada, frenan los cambios sustanciales a estatuto del PRI

Buscan evitar que la directiva se use como trampolín para competir por la Presidencia

Ante el riesgo de desbandada, frenan los cambios sustanciales a estatuto del PRI

FABIOLA MARTINEZ

El nuevo estatuto del PRI incluirá candados que eviten descalabros como el Pemexgate (que le costó a este partido una multa de mil millones de pesos), y se proponen límites para que el líder priísta en turno salte de esa posición a la candidatura por la Presidencia de la República. La salvedad es que deje el encargo dos años antes del proceso electoral federal.

El documento base, que será discutido el próximo sábado y, eventualmente, aprobado un día después en la cuarta asamblea nacional extraordinaria del tricolor, pretende también que la integración de alianzas con otros partidos no sea una decisión discrecional de grupos, como ocurrió en 2006 cuando el PRI se unió al Partido Verde y -a decir de los propios militantes- les salió muy caro el acuerdo.

Los encargados de redactar el documento afirmaron que el nuevo estatuto contendrá "cambios sustantivos y trascedentales"; sin embargo, al final de una discusión interna que tuvo amagos de rebelión y desbandada, no prosperó el proyecto redactado bajo la batuta de los diputados Emilio Gamboa Patrón y Carlos Armando Biebrich Torres.

La propuesta original -difundida en los últimos días de enero- provocó la inconformidad no sólo de sectores o corrientes de este partido, sino de la mayoría de dirigencias estatales, diputados y senadores, para quienes la pretendida enmienda era antidemocrática y recesiva.

Tras el cúmulo de textos recibidos, la cúpula del tricolor tuvo que echar reversa.

"Del documento original, poco quedó. (El nuevo texto) retoma las propuestas, confiamos en alcanzar el consenso de la mayoría de los delegados", dijo en entrevista Biebrich Torres, secretario del Consejo Técnico de Asuntos Políticos del Consejo Político Nacional (CPN).

La enmienda parcial o light, como la han calificado algunos legisladores y dirigentes locales, tiene como fin no comprometer la supuesta unidad del partido en el arranque de Beatriz Paredes, quien asumirá la presidencia nacional del tricolor el domingo entrante.

Así, las principales líneas contenidas en el proyecto original no formarán parte del documento base a discutir en la asamblea, especialmente aquella que proponía la reducción sustancial del número de integrantes del CPN (al pasar de mil 200 consejeros a 300) para darle mayores atribuciones al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y a su presidente.

En poco más de dos semanas -de acuerdo con información oficial- fueron recibidas poco más de 700 propuestas, casi todas en rechazo al proyecto inicial.

Con base en lo anterior se elaboró un nuevo documento base que será presentado públicamente el lunes por el líder saliente, Mariano Palacios; está programada su discusión el 3 de marzo, para llevarlo, un día después, a la eventual aprobación de más de 6 mil delegados a la asamblea.

En ese viraje de contenido, se echaron para atrás también los pretendidos cambios a la integración del CEN, así como de otras instancias de decisión, con lo cual continúa la misma estructura para dos aspectos que resultan de vital importancia a la militancia y dirigentes: uso de recursos (prerrogativas) y la forma de elegir candidatos a puestos de elección popular.

Sobre el primer punto se propone que las dirigencias estatales entreguen un informe puntual al CEN respecto a destino del dinero, esto para avanzar en la transparencia en la rendición de cuentas.

Por otra parte, la comisión redactora -presidida por Gamboa- intenta preservar el cambio en la Comisión Nacional de Procesos Internos para que se convierta en una "Comisión Nacional de Democracia Interna", con clara influencia, en su integración, del presidente del partido.

El anterior es un punto fundamental y augura una fuerte discusión el 3 de marzo, ya que la referida comisión tendría la función de "elegir" a los candidatos a puestos de elección popular o de dirigencia, aun cuando se conserva la estrategia de que los aspirantes provengan del "palomeo" de líderes de los grupos y sectores que integran el tricolor.

Acabar con la balcanización

Tras los cambios truncados, el nuevo estatuto preserva el bastión de mando en el centro.

Biebrich dijo al respecto que ya hay consenso para las directrices del futuro priísta: fortalecer la naturaleza "nacional" del partido y, con ello, "cerrar la balcanización del instituto político", es decir, evitar que decisiones locales predominen sobre el CEN, básicamente en materia de coaliciones con otras fuerzas políticas y candidaturas.

En este punto, los delegados consideran que la abrupta alianza con otros partidos da al traste con la cuota de género (50-50) y los procesos democráticos internos del partido para designar candidatos.

Para las candidaturas plurinominales se conservan los términos actuales: el "palomeo" del CEN, a "propuesta" del consejo político, que lo integran cerca de mil 300 personas.

El CEN tendrá la facultad de "mantener la vigencia" estatutaria, que no es otra cosa que meter freno a las dirigencias o consejeros cuando quieran perpetuarse en los cargos.

En resumen, el cambio estatutario pone énfasis en que el PRI sea nacional y no confederado o federado, en el que la autoridad del CEN y órganos superiores de gobierno (como el CPN) tenga el eje de la conducción, en coordinación con las dirigencias locales; ampliar facultades de vigilancia y control de la dirigencia y su presidente sobre la legalidad estatutaria de los comités estatales, esto es, que no se hagan alianzas con otros partidos sin la venia del consejo polítco, para "preservar los principios y el programa de acción del partido".

 
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