Usted está aquí: jueves 22 de febrero de 2007 Cultura El teatro ''es un viejito muriéndose que subsiste pese a la falta de público''

Restreno de Orinoco, obra de Emilio Carballido, en el Centro Cultural Helénico

El teatro ''es un viejito muriéndose que subsiste pese a la falta de público''

Narra la historia de dos mujeres en un viaje a lo desconocido, explica el director Benjamín Cann

El dramaturgo muestra que ''siempre podremos recurrir a los sueños''

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen Cynthia Klitbo y Azela Robinson protagonizan la obra de Emilio Carballido que vuelve a escenificarse en el recinto de avenida Revolución 1500 Foto: Cortesía Centro Cultural Helénico

Trabajar en teatro es como regresar a casa, explicó Benjamín Cann, a propósito de la puesta en escena Orinoco, en la cual dirige a las actrices Azela Robinson y Cyn-thia Klitbo, quienes retornan a su raíces histriónicas tras una prolongada participación en programas televisivos.

Ambas, dijo Cann, son actrices de amplia formación teatral que se hicieron profesionalmente en teatro ''y llegaron a la televisión -como muchos de nosotros- en busca de una fuente de trabajo".

El director mexicano abundó: ''En el país, el teatro no te hace famoso, pero la televisión sí, pero esto último es un famoso entre comillas, porque en ello se involucra que tu nombre y tu cara atraiga a ciertas personas; es un acierto de quienes dicen que la televisión lleva gente al teatro".

Orinoco, definió Cann, ''no está planteada para convertirse en un éxito comercial. Se trata de una obra entrañable, que reúne a dos actrices que deseaban trabajar juntas en un proyecto, donde se conjuntan todos los elementos dramatúrgicos".

Además, el teatro ''es un viejito muriéndose" que continúa existiendo pese a las ausencia del público en foros, en montajes que a veces permanecen un mes en cartelera, aunque su elenco haya trabajado durante meses en esa obra.

Por ello, consideró que no se debe estar peleado con ninguna fórmula, porque a todos les interesa la taquilla y de eso -se supone- ''vivimos, pero lo que sucede actualmente es que la mayor parte de la gente de teatro subsiste con una beca, trabajando en telenovelas o haciendo otro tipo de cosas; es muy complejo vivir del teatro decentemente", señaló.

Determinante, el papel de los productores

Con 25 años de experiencia en el ámbito teatral, Benjamín Cann agregó que la diferencia estriba en que antes había funciones de martes a domingos y ''hoy, si bien te va, los montajes sólo se presentan los fines de semana.

''El caso de Orinoco se concretó gracias al productor Rubén Lara y a Cynthia Klitbo, porque no existen empresas que inviertan en un montaje''

También, el director teatral dijo que la labor de los productores es fundamental para la difusión de la puesta en escena, porque ''intentan atraer a los medios de comunicación para hacerles saber que existe una obra que vale la pena ver" y, después las personas asistan y si les gusta corran la voz sobre su calidad.

Dos mujeres a la deriva

Azela Robinson, por su parte, manifestó que hacer teatro otorga un cúmulo de satisfacciones porque es una opción para depurarse y recontrarse. ''Es un ejercicio maravilloso, a veces doloroso''.

Respecto de la pieza de Emilio Carballido -se restrenó el pasado viernes en el Centro Cultural Helénico- Cann explicó que es ''una obra romántica que nos dice que por jodidos que estemos siempre podremos recurrir a los sueños".

La historia versa sobre la vida de ''dos cabareteras que viajan en barco rumbo a un campo petrolero a la orilla del río Orinoco, donde los hombres literalmente están hasta el culo del mundo".

Después, ambas se encuentran a la deriva, en un río -que es tan ancho como el mar- y por primera vez en sus vidas pueden decidir sobre su destino y deciden soñar.

''El trabajo de ambas es sensacional, y los personajes son maravillosos, porque se han tocado el alma para hacerlos", añadió.

Orinoco es un viaje a lo desconocido, al mundo interior de dos mujeres que se construyen para que su vida valga la pena ser vivida.

Benjamín Cann trabaja actualmente en un proyecto sobre mujeres en televisión y ha sido director escénico de ópera, teatro, cine, así como guionista y documentalista.

Entre las óperas en que ha participado figuran Madama Butterfly, Wozzeck, Las bodas de Fígaro y Don Giovanni; mientras que en teatro sobresalen Una pareja abierta, muy abierta, de Dario Fo; Enemigo de clase, de Nigel Williams, y Muerto de la risa soplando velas en el infierno; Yo no lo sé de cierto, lo supongo (1982) marcó su debut como realizador cinematográfico. Luego vino De muerte natural (1987-94). Seis años más tarde realizó Crónica de un desayuno (2000). En la pantalla chica destacan las novelas El pecado de Oyuki, Vivir para morir, Pueblo chico, infierno grande y Dkada, entre otras.

Las funciones de Orinoco serán los viernes a las 19 y 21 horas, sábados 18 y 20 horas, y domingos 18 horas, en el Centro Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).

 
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