Usted está aquí: miércoles 21 de febrero de 2007 Opinión Isocronias

Isocronias

Ricardo Yáñez

Retratos

EN LA REVISTA de la Universidad de México -su más reciente época llega al tercer aniversario en este febrero- me encuentro con las siguientes a primera vista algo enigmáticas palabras de Ignacio Ortiz Monasterio: ''La hondura y la verdad de un personaje -y me atrevería a decir de una persona- resultan de cuánto viven a través suyo, perceptible pero sigilosamente, su no aquí y su no ahora". Acaso por la misma ''casualidad aleatoria de los hexagramas del I Ching", para decirlo con Adolfo Castañón, quien escribe sobre Salvador Elizondo, la entrega correspondiente incluye generosas semblanzas de diversas personalidades que responden con suficiencia a ese canon. Propongo, sin de momento advertir sobre retratista o modelo, dos fragmentos unitarios, cuya calidad, confío, paliará lo extenso de las citas. ''Lo he visto recorrer la Ciudad de México del tingo al tango, sonriente aunque parezca que va serio, pensante aunque parezca distraído y lo he leído en zig-zag entre cuentos y cuentínimos que florecen en tramas cortas, entre recuerdos de anécdotas intemporales y entre juegos de palabras que nos han hecho llorar de risa. He visto que siempre lleva una gorra que parece amoldarse tanto a los climas como a sus ideas y no será por la pluma que a veces se asoma en el bolsillo de su camisa o por los libros que lleva bajo el brazo, pero cualquiera que lo observe en la vía pública o en el dintel del elevador de un edificio sabe perfectamente que se trata de un escritor. Ya lo he dicho, este hombre escribe mucho, libros y artículos dispersos, notas, reseñas y toda la tinta posible, pero además escribe incluso cuando no escribe, pues camina como quien redacta, se desplaza andante como quien hila referencias o citas y se detiene en las esquinas como quien evoca un párrafo que parecía olvidado o a punto de quedar bajo la visera de su gorra." ''Una mañana fue a conocer la casa de Frida Kahlo, la misteriosa pintora mexicana que tanto le atraía. La recorrió a paso lento y se detuvo a leer las leyendas de todos los ex votos que Frida había coleccionado con tanta devoción. En el patio se sentó a descansar y sin que viniera a cuento soltó una frase que justificaba su narrativa entera: 'Muchos piensan que debería haber escrito un gran libro, algo que, como se dice, esté a mi altura. Quizá los desilusione, pero yo sólo quiero que mi escritura me haga sentir vivo...'"

LOS AUTORES SON respectivamente Jorge F. Hernández y Sealtiel Alatriste, y sus retratados José de la Colina y Julio Cortázar. Claro que dan ganas de mencionar el Cuauhtémoc de Hugo Hiriart, la Hannah Arendt de José María Pérez Gay, el ''Alejandro con equis" (Jodorowsky) de Vicente Leñero, la Helen Escobedo de Guadalupe Alonso, el Silverio Pérez de Heriberto Murrieta, y desde luego (no sólo retratos, todos de excelente factura) más. Imposible. Cerremos ajustada, tal vez forzadamente: autenticidad, se deduce de algún pasaje de la revista, es definición y aceptación. Apertura, agregaríamos, a la comprensión. De esa apertura a la comprensión, y en más de un caso a la franca admiración, dan eficiente fe las plumas de la más reciente entrega de la revista de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.