Usted está aquí: miércoles 21 de febrero de 2007 Cultura Los murales del caricaturista Covarrubias llegan al Museo Amparo de Puebla

Sigue extraviado el sexto mapa del conjunto Esplendor en el Pacífico, dice experta

Los murales del caricaturista Covarrubias llegan al Museo Amparo de Puebla

MERRY MACMASTERS

El paradero del sexto mapa del conjunto muralístico Esplendor del Pacífico, pintado por Miguel Covarrubias, entre octubre de 1938 y febrero de 1939, con motivo de la Exposición Internacional del Golden Gate -exhibido a lo largo de un año en la recién creada Isla del Tesoro-, todavía es un misterio por resolver.

Luego, los mapas fueron enviados al Museo de Historia Natural de Nueva York, donde permanecieron 13 años. Durante su retorno a San Francisco, en 1959, en barco vía el canal de Panamá, uno ''desapareció" sin dejar pistas.

El conjunto muralístico se encuentra en México desde mediados de 2006. Después de exhibirse en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, ahora la muestra Los murales de Miguel Covarrubias: Esplendor del Pacífico será inaugurada mañana en el Museo Amparo, en la ciudad de Puebla.

Infranqueable falta de datos

Adriana Williams, biógrafa de Covarrubias (1904-1957), caricaturista, pintor y antropólogo, ha investigado la desaparición de la obra ''no sólo en San Francisco, con la comisión de arte", sin embargo, siempre se topó con la falta de datos. Las obras fueron instaladas en la Pacific House, o Pabellón del Pacífico, que fue el comité que las mandó hacer. Pero al regresar el conjunto de Nueva York, la Pacific House se había cerrado, así que los mapas fueron regalados a la ciudad de San Francisco.

La autora del libro Covarrubias (1994), detalla: ''Creo que en esos días no les daban importancia. Se perdió uno o los pusieron en una bodega, y no hay datos, eso es lo raro. Sin embargo, me aseguraron los antropólogos en el museo de Nueva York que los seis regresaron. He pensado que a lo mejor al bajarlos del barco hubo un accidente y el mural se cayó al agua en la bahía de San Francisco".

Pero, cómo se puede perder algo tan grande, pregunta Williams, además, ve-nían en cajas. ''¿Robarlos?, tampoco, porque necesitan una pared grande en una casa. No hay ningún registro". Por otra parte, la escritora muestra su beneplácito por que los mapas sobrevivientes se hayan limpiado, tarea que corrió a cargo del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes, gracias al donativo del californiano Philip Hunter.

Aunque la entrevistada tenía años de hablar de la revelancia de los mapas, reconoce que en el mismo San Francisco no se les prestaba mucha atención.

Todo cambió cuando un experto en arte valuó cada uno en un millón y medio de dólares. Fue entonces que las autoridades empezaron a ver, ''bueno, esto no es nada más un cartel, es una obra de arte", señala Williams.

La publicación de la biografía sobre Covarrubias también contribuyó a despertar el interés en Estados Unidos, no sólo por la obra del Chamaco, sino su valor, no sólo de sus pinturas y dibujos, sino también de los libros". Autora también del volumen Covarrubias en Bali (2005), Williams anota que donde más se cotiza la obra del artista mexicano es en Indonesia, pues hay cuadros que han llegado a venderse en 650 mil dólares.

Estafeta para otros investigadores

En la actualidad, Williams prepara un par de artículos, uno sobre la política en Covarrubias y otro sobre sus caricaturas de artistas estadunidenses y mexicanos que trabajaban en Hollywood. Serán sus últimos trabajos sobre el Chamaco.

-¿Se agotó el tema?

-Un poco, sí, pero queda para otros que puedan estudiar a Miguel de modo más profundo como antropólogo, arqueólogo e inclusive estudios más serios. Lo que hice al escribir la biografía fue más bien hablar con sus colegas y amigos que todavía vivían, y coleccionar datos que se hubieran perdido si en ese momento no hubiera guardado muchos de los papeles y cosas de Rosa (su esposa, y de quien Williams fue íntima amiga durante los últimos 10 años de su vida).

 
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