Usted está aquí: domingo 18 de febrero de 2007 Política Denuncia la CNDH revisiones denigrantes en Cereso de Colima

Emite recomendación al gobernador Cavazos Ceballos

Denuncia la CNDH revisiones denigrantes en Cereso de Colima

EMIR OLIVARES ALONSO

Las autoridades del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Manzanillo, Colima, permiten que el personal de vigilancia incurra en prácticas que lesionan la dignidad de las personas que visitan a los reclusos, pues las someten a "revisiones denigrantes", que incluyen despojo total de la ropa e inspección de genitales -avalada por el mismo reglamento de ese penal-, establece la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en una recomendación dirigida al gobernador del estado, Jesús Silverio Cavazos Ceballos.

El ombudsman nacional, José Luis Soberanes Fernández, señala que a las mujeres se les desnuda y se les ordena hacer sentadillas; si están menstruando, se les obliga a cambiar de toalla sanitaria en presencia de los vigilantes, mientras que a los hombres se les instruye a levantar su bolsa escrotal. Ambas prácticas, con el pretexto de que no se introduzcan al penal sustancias u objetos prohibidos.

Ante la vulneración de las garantías de los visitantes, el presidente de la CNDH refiere en el texto dirigido al mandatario estatal que dichas revisiones están avaladas en el reglamento interno del penal, lo que calificó de "preocupante", además de que contradice la Constitución.

"Si bien es cierto que las revisiones a quienes ingresan a los centros de reclusión tienen como propósito evitar la introducción de objetos o sustancias que pongan en riesgo la seguridad interna, así como la integridad y salud de reos, autoridades y visitantes, también lo es que tales inspecciones deben llevarse a cabo mediante procedimientos ágiles, eficientes y con el más absoluto respeto a la dignidad de las personas (...), procurando causar el mínimo de molestias, sin propiciar abusos y atropellos, mucho menos atentar contra el pudor de los individuos", expone el ombudsman.

Subraya que al ser acusados de estas prácticas violatorias, las autoridades de dicho penal -tanto en entrevista como en un informe- explicaron a la CNDH que el procedimiento de revisión sólo consiste en que los visitantes "se desajusten" las blusas y deslicen sus dedos por la parte inferior del sostén, así como por las pretinas, de falda o pantalón, además de que muestren el contenido de las bolsas de sus prendas al personal de vigilancia.

Sin embargo, los visitadores de la CNDH que realizaron la investigación verificaron que tal afirmación de las autoridades penitenciarias no se cumple, sino que se incurre en prácticas que vulneran la dignidad de las personas.

Respecto a obligar a cambiar de toalla a las mujeres que están menstruando, Soberanes expresa: "todos los seres humanos tienen una parte de su vida a la que terceros no tienen acceso alguno, como sucede en el caso de las mujeres durante su periodo menstrual, en el cual es imprescindible gozar de intimidad y respeto. En efecto, es un ciclo natural y biológico que forma parte de su intimidad, y se encuentra en las esferas que nadie puede invadir arbitrariamente".

Respecto al aval del reglamento del Cereso para la revisión de genitales, el presidente de la CNDH reprocha que dicha disposición "es inaceptable" y vulnera la dignidad de los visitantes, pues es "un acto discrecional". Además de que se opone a lo establecido en los artículos 16 y 19 constitucionales, en los que se establece la protección de las personas contra actos de molestia injustificada, el primero, y la prohibición a que en las prisiones se infieran molestias sin motivos legales, el segundo.

"Debe quedar claro que el respeto a la dignidad de las personas exige que las exploraciones en cavidades corporales sean suprimidas, y que las revisiones estén a cargo de servidores públicos expresamente facultados y capacitados para ello", refiere la recomendación.

El ombudsman advierte que dichas prácticas también ocasionan que las personas dejen de asistir a visitar a sus reclusos, debilitando con ello los vínculos familiares.

Señala que las prácticas de los vigilantes del Cereso de Colima no cumplen con lo establecido en varios acuerdos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, así como con instrumentos adoptados por la ONU.

Por ello, recomienda al mandatario estatal instruir a las autoridades del penal que los servidores públicos encargados de las revisiones se abstengan de realizarlas de manera indigna; que se ordene a quien corresponda el establecimiento de un procedimiento de inspección que "garantice el irrestricto respeto" a los derechos humanos de los visitantes; que se dote con equipo y tecnología adecuados para la detección de sustancias u objetos prohibidos, pues el penal sólo cuenta con un arco detector de metales; que el personal de custodia sea capacitado en lo referente al uso del equipo y sobre la manera en que deben tratar a los visitantes y, sobre todo, modificar el reglamento interno del Cereso para suprimir lo relativo a la revisión de genitales.

 
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