Usted está aquí: sábado 17 de febrero de 2007 Opinión Desfiladero

Desfiladero

Jaime Avilés

Mirar la vida con otros ojos

Sin democracia electoral, abrir nuevos caminos

La CND ante el paro nacional del 2 de mayo

Habrá mesas de debate del 21 al 24 de marzo

Vicente Fox dijo lo que dijo el lunes pasado en Washington -que perdió ante AMLO durante el desafuero, "pero 18 meses después me desquité cuando ganó mi candidato" (el 2 de julio)-, para que a Felipe Calderón no se le olvide quién lo sentó en la Presidencia de la República y le consiguió casa, vestido y sustento completamente gratis durante seis años, aparte de un magnífico sueldo, acceso a jugosos negocios y viajes de placer con todos los gastos pagados a lo largo y ancho del país y del mundo.

Con la misma altanería con que asumió su cargo, el primero de diciembre de 2000, exhibiendo una imagen religiosa en la tribuna del Congreso de la Unión para burlarse del carácter laico del Estado mexicano, y con el mismo desprecio que en todo momento mostró por los pobres y por la gente a la que considera inferior, Fox humilló a Calderón al recordarle cuántos favores le debe.

Ahora, si algo no puede ocultar el ex mandatario es el terror que siente cuando imagina que Calderón -desesperado por el fracaso de sus políticas y de sus políticos en materia de seguridad, economía, empleo, salud, alimentación, educación, relaciones exteriores y todas las demás, porque esto de gobernar no es lo suyo, nunca lo había hecho y no parece que esté aprendiendo-, deseoso de recibir al menos un aplauso, pudiera atreverse a encarcelar a los hijos de Marta Sahagún.

Pero si Fox abofeteó a su remplazante en el trono, al echarle en cara su origen ilegítimo, el presidente del PAN, Manuel Espino, ni tardo ni perezoso salió en defensa de Fox asegurando que éste tiene derecho a declarar lo que quiera, postura que a su vez respaldó Santiago Creel, al reiterar lo mucho que "estima y aprecia" al ex presidente y, por tanto, se infiere, desestima a Calderón.

Si lo que nos faltaba era esta telenovela del poder, lo bueno del capítulo de esta semana es que Fox no sólo reveló que Calderón es un expósito -o sea, un "presidente" en pañales, dejado en una canasta a la puerta de Los Pinos-, sino que todos los cómplices del fraude ya no podrán negar su responsabilidad en el golpe de Estado contra la democracia, porque el mero jefe de la banda los delató.

Y ésta es una pésima noticia para los intelectuales salinistas, ahora al servicio de Calderón, quienes después de exigir una matanza profiláctica en Oaxaca hace apenas dos meses, ahora utilizan a su ya conocido muñeco de ventrílocuo para que éste, con base en pruebas inexistentes, afirme que López Obrador "aceptó" (sic) su "derrota" (sic) la misma noche del 2 de julio.

Once años atrás, en su libro La rebelión de las cañadas, apoyado en informes del Cisen, que a su vez citaban a un desertor del EZLN que no aportó pruebas confiables de ninguna especie, Carlos Tello Díaz acusó al subcomandante Marcos de la comisión de un asesinato, algo que nunca logró probar. Hoy, con el mismo desparpajo, sale con una supuesta "investigación" histórica en la que tampoco ofrece evidencia alguna para sostenter que López Obrador llamó a la resistencia civil "sabiendo" que no había ganado los comicios.

Quienes secuestraron al IFE, robaron el padrón electoral, introdujeron ilegalmente en las urnas más de un millón de votos para Calderón, hicieron la campaña de odio contra López Obrador y hoy están al frente de las oficinas públicas, recurren a un desprestigiado redactor de libelos para ver si por fin, de ese modo, alguien les cree que son honestos, demócratas e inocentes, y que maman las ubres de un "gobierno" constitucional.

Todos + todos = todos

Dentro de algunos días saldrá a la luz pública la convocatoria a la asamblea de la convención nacional democrática (CND) que va a celebrarse en el Distrito Federal del 21 al 24 de marzo. Aunque faltan detalles por definir, lo cierto es que habrá cinco mesas de trabajo, cada una de las cuales se instalará en un espacio público, y se privilegiará la discusión como método para crear consensos y llevar acuerdos a la plenaria.

Mientras tanto, en muchos organismos de base de la CND que no pertenecen al PRD, fue vista con agrado y alivio la ruptura de ese partido con la yunquista yucateca Ana Rosa Payán (ARP), pero, no obstante, consideran indispensable profundizar en ideas que al parecer no comparten López Obrador ni muchos cuadros perredistas y, piensan, debieran hacerlo.

Hace tres fines de semana, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) auspició un encuentro con decenas de organizaciones obreras, campesinas, sociales, territoriales, de género y ambientalistas, en el que también estuvieron presentes adherentes a las estructura de la otra campaña y de la CND, así como militantes del PRD, que sin embargo no contaron con el apoyo explícito de López Obrador ni de Marcos.

El acuerdo más importante al que llegaron los participantes en ese Segundo Diálogo Nacional fue impulsar un paro de labores, también nacional, el próximo 2 de mayo, una actividad en la que además de suspender las tareas productivas se pretende que haya bloqueos de carreteras al menos durante algunas horas.

La medida, según se explicó, intenta ser un ensayo para la realización de protestas mayores cuando empiece la ofensiva calderónica en contra de Pemex, que según todos los indicios disponibles es ya inminente. De allí entonces la importancia de que la CND acuerde incorporarse a las manifestaciones pacíficas del 2 de julio, y durante los preparativos de las mismas ensanche sus filas con contingentes sociales cada vez más amplios y representativos.

Para los asistentes al Segundo Diálogo Nacional quedó claro que para todas las fuerzas de izquierda el único camino viable hacia la derrota del "gobierno" espurio y el restablecimiento de las instituciones democráticas es la unidad de acción, en alianza con otras corrientes progresistas. Y también resultó obvio que, ante el deterioro causado al sistema electoral por el fraude del 2 de julio, en este momento histórico es inútil y ocioso pensar en nuevos comicios.

A lo largo de los 24 años recientes -plantea Rafael Barajas El Fisgón en el número de lujo que marca el regreso de la revista El Chamuco-, "en las últimas cuatro elecciones, la izquierda ha ganado dos veces la Presidencia": en 1988, representada por Cuauhtémoc Cárdenas, y en 2006 por López Obrador. Y las dos veces, agrega el caricaturista, "hubo fraude", por tanto "el mensaje es que para la izquierda, la vía electoral está cerrada", ante lo cual se impone la certeza de que la lucha, sin dejar de ser pacífica, debe emprender otros caminos.

Ir al paro nacional del 2 de mayo puede ser el principio de una nueva etapa si la gran mayoría de las organizaciones sindicales acata la medida, que no será exitosa de ningún modo si la CND no se incorpora activamente al esfuerzo, al igual que las comunidades indígenas rebeldes de Chiapas, la APPO y la gente que resiste como puede contra la pesadilla en que se ha convertido el país.

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