Usted está aquí: miércoles 14 de febrero de 2007 Política Aprueba el Senado la Ley para la Reforma del Estado; incluye seis rubros vitales

Se busca concretar cambios legislativos para transformar el sistema político

Aprueba el Senado la Ley para la Reforma del Estado; incluye seis rubros vitales

Modificar las instituciones, un objetivo: PRD; salida para frenar la ingobernabilidad: PRI

ANDREA BECERRIL

Por unanimidad, el Senado aprobó ayer la Ley para la Reforma del Estado, ordenamiento que busca, en el plazo de un año, concertar los cambios legislativos necesarios para transformar el sistema político y las instituciones, entre ellas el Instituto Federal Electoral y el Poder Judicial, para evitar que se llegue a un escenario de confrontación, como el que dejaron las elecciones del pasado 2 de julio.

El perredista Carlos Navarrete recalcó en tribuna que aquella frase polémica de Andrés Manuel López Obrador: "Al diablo con sus instituciones", en el Senado se traduce ahora en "reforma de las instituciones" y es el tema central de esa ley, que el priísta Manlio Fabio Beltrones presentó, a nombre de su bancada, como una salida para frenar la ingobernabilidad, y que ayer se aprobó en lo general por 118 votos en favor y ninguno en contra.

La crispación política aún no termina, agregó Navarrete, y se ha llegado "al extremo preocupante" de que el secretario de Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, "empieza a hablar de los temas de legalidad, de legitimidad, del ejercicio del poder", además de "la excesiva utilización de las fuerzas armadas" por el gobierno federal y de la confesión pública del ex presidente Vicente Fox de que abusó de su investidura.

Navarrete recalcó que aunque hay un debate interno entre todas las fuerzas políticas, e inclusive "dirigentes de primer nivel" del Partido de la Revolución Democrática (PRD), "hombres probados en la lucha de decenios", le han dicho que no pierda el tiempo, que el gobierno y su partido, Acción Nacional, no van a aceptar las reformas de fondo, su grupo parlamentario buscará los consensos con los panistas y los priístas, porque, de lo contrario, con el mismo marco jurídico pueden surgir tentaciones, como la que se dio en 2003, cuando se pretendió aplastar a la oposición.

Un agravio, como el que el PRD acaba de recibir, cuando Fox reveló en un foro internacional que se convirtió en contrincante durante la elección del 2 de julio para vengarse de López Obrador, "en el pasado habría sido causa de que nos levantáramos de cualquier mesa de negociación", pero ahora no será así, definió Navarrete, entre aplausos de todas las bancadas.

Hay voluntad: Beltrones

En su turno, el priísta Beltrones hizo notar que al inicio de la actual legislatura, el pasado primero de septiembre, el panorama no era nada halagador, la confrontación parecía inevitable y todo indicaba que quedarían atrapados por la polarización o las tácticas partidistas, con muy pocas posibilidades de acordar cambios sustantivos en la agenda nacional.

Sin embargo, hay ahora la voluntad de los partidos y los actores políticos para encauzar el conflicto en el marco legal e institucional. Lo más importante de la reforma del Estado, insistió, es dejar atrás "el voluntarismo" de muchos protagonistas de la vida nacional y "nos hace entrar de lleno a la voluntad real de llevar a cabo las transformaciones del país".

El sistema político llegó a su límite: Creel

El propio coordinador panista, Santiago Creel Miranda, señaló que el sistema político llegó a su límite y no emprender la reforma del Estado equivaldría a retrasar el bienestar social, a "condenar a los ciudadanos a mantener y preservar un régimen incapaz de llevar a cabo los mandatos que surgen de las urnas".

Luego, el presidente de la Comisión para la Reforma del Estado, el perredista Leonel Godoy, explicó que la ley aprobada es el marco para dar inicio y certidumbre a una asignatura pendiente, para dar un paso definitivo a una segunda generación de cambios fundamentales.

Detalló que la ley obliga al Congreso de la Unión a llegar a los acuerdos entre todas las fuerzas políticas, para tener listas, en un plazo de 12 meses, las iniciativas necesarias en seis rubros fundamentales: régimen de Estado y gobierno, democracia y sistema electoral, federalismo, reforma judicial, reforma hacendaria y garantía social.

La ley crea una Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos, integrada por los coordinadores parlamentarios de ambas cámaras, un representante del Ejecutivo y podrán participar los presidentes de los partidos políticos.

La dirección de la comisión ejecutiva se rotará cada cuatro meses, su primer titular será el presidente del Senado, seguido del titular de la Comisión para la Reforma del Estado y al final el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

No importa que haya críticas de todas partes, que "los juristas más puntillosos" planteen que cómo es eso de que se aprueba una ley que obliga a los senadores a legislar, cuando eso es su responsabilidad. Lo importante, insistió Navarrete, es que no pase el tiempo y todo siga igual.

El único cambio a la iniciativa original de Beltrones fue al artículo sexto transitorio, a fin de que los gastos derivados de la aplicación de esa ley no corran a cargo del presupuesto del Poder Legislativo, sino de transferencias de las partidas de programas no sustantivos.

 
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