Usted está aquí: martes 13 de febrero de 2007 Economist Intelligence Unit El maíz, oro puro

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AGRICULTURA

El maíz, oro puro

Economist Intelligence Unit /The Economist

El rápido aumento de los precios de exportación del maíz en los últimos meses de 2006 ha tenido hasta ahora un impacto limitado sobre el consumo. En algunos países importadores, los compradores que utilizan el grano para producir alimentos aún tienen reservas que adquirieron cuando los precios eran más bajos, a falta de opciones más económicas.

Se calcula que el consumo mundial de maíz en el periodo 2006-2007 será de 726 millones de toneladas, 7 millones más de lo previsto en el más reciente pronóstico trimestral y 23 millones más que en 2005-2006. Este ajuste de las proyecciones, al igual que el aumento del consumo de maíz en años recientes, es atribuible al uso industrial, particularmente a la producción de etanol, pero también a la de fécula de maíz. El uso del maíz en la industria aumentó de 105 millones de toneladas en 2004-2005 a 117 millones en 2005-2006 y se prevé que llegue a 138 millones en 2006-2007.

Una parte cada vez mayor de la producción de maíz se destina a la elaboración de etanol.

La producción de etanol está directa o indirectamente subsidiada en Estados Unidos y en otros países, como parte de una política que busca reducir el uso de combustibles fósiles y combatir el calentamiento global mediante el desarrollo de fuentes de energía ambientalmente sustentables.

La capacidad instalada para producir etanol crece aceleradamente: hay muchas plantas en construcción y las existentes se están ampliando. Algunos pronósticos señalan que la producción de etanol en Estados Unidos podría alcanzar 19 mil millones de galones (71 mil 820 millones de litros) para 2015-2016, es decir, se cuadruplicaría en sólo 10 años.

Sin embargo, el consumo de maíz para producir etanol ­55 millones de toneladas en 2006-2007, casi una cuarta parte del total utilizado por Estados Unidos­ difícilmente crecerá en la misma proporción porque se hará sumamente caro a medida que el abasto disminuya.

Actualmente se realizan investigaciones sobre materias primas más baratas. Los pastizales, que pueden crecer en extensiones pequeñas, se vislumbran como una alternativa promisoria, junto con el uso de biomasa. El uso del maíz para producir etanol seguirá creciendo aceleradamente en Estados Unidos y en el resto del mundo. Se pronostica que llegará a 20 millones de toneladas para los periodos 2007-2008 y 2008-2009.

El declive de la crianza de aves y los altos precios reducen el uso de maíz para forraje.

En años recientes, el uso de maíz para forraje no ha crecido en absoluto. Esto se debe al sacrificio extensivo de aves de corral en los países afectados por la gripe aviar y al desarrollo de granjas de crianza intensiva altamente eficientes en muchos países emergentes de ingresos medios. En el periodo 2004-2005 el uso de maíz para forraje fue de 472 millones de toneladas; cayó a 469 millones en 2005-2006 y se calcula que en 2006-2007 será de 470 millones de toneladas. Los brotes de fiebre aviar continúan y podría generalizarse en Asia oriental, lo que limitaría la crianza de aves de corral.

Los altos precios del grano podrían reflejarse en un encarecimiento de la carne, lo que resultaría en una ligera caída del uso del maíz como forraje en las próximas dos temporadas. Se prevé que el consumo total sera de 749 millones de toneladas en 2007-2008 y de 767 millones en 2008-2009.

El comercio global de la gramínea se verá disminuido, pues los precios altos mermarán las importaciones de los países en desarrollo. Se pronostica que las exportaciones totales, calculadas en 81.5 millones de toneladas para la temporada 2006-2007, caerán a 79 millones de toneladas para 2007-2008 y a 77 millones en 2008-2009.

La producción de maíz en el periodo 2006-2007 fue 29 millones de toneladas menor a lo requerido. Los pronósticos señalan que el consumo de maíz se incrementará notablemente en 2007-2008 y las existencias son reducidas; por ello, la próxima cosecha tendrá que ser muy abundante para cubrir la demanda.

Inevitablemente, la mayor parte de la demanda provendrá de Estados Unidos. No se han hecho pronósticos oficiales sobre la siembra en la temporada 2007, pero un estudio privado señala que las superficies cultivadas podrían aumentar hasta en 9 por ciento (más de tres millones de hectáreas). Dos tercios de este incremento corresponderían a tierras donde antes se cultivaba soya. Los agricultores estarán deseosos de hacer el cambio porque en Estados Unidos y América Latina hay una sobreoferta de oleaginosas y se pronostica que los precios irán a la baja.

También se cultivará maíz en pastizales y en tierras de una reserva de 15 millones de hectáreas que serán liberadas cuando expiren los contratos de los agricultores. Aunque estos terrenos pueden ser menos fértiles que los de las principales zonas productoras de maíz, los precios altos alentarán a los agricultores a compensar esta deficiencia con un mayor uso de fertilizantes. Si las cosechas mantienen la tendencia actual y el clima es favorable, Estados Unidos podría alcanzar una producción récord de 310 millones de toneladas en 2007. Se prevé que la demanda interna para el periodo 2007-2008 será de 260 millones de toneladas.

Las cosechas de Argentina y Brasil contribuirán a reducir la presión sobre los inventarios mundiales.

Las reservas de maíz de Estados Unidos no se reducirán más en 2007-2008, y otros países necesitarán exportar 29 millones de toneladas ­en 2006-2007 fueron 26 millones­ para incrementar los inventarios mundiales. Este escenario es factible: en Argentina las próximas cosechas son promisorias gracias a las lluvias recientes y podrían llegar a por lo menos 18 millones de toneladas, lo que dejaría un excedente de más de 11 millones de toneladas para exportación para el año de comercialización que se inicia en marzo. Esta cifra se compara favorablemente con los nueve millones de toneladas del periodo 2006-2007. Brasil también espera cosechas muy abundantes, y podría alcanzar nuevamente exportaciones de tres millones de toneladas, como en 2006-2007. El maíz brasileño tiene gran demanda en algunos mercados porque, a diferencia del argentino o el estadunidense, está libre de transgénicos.

En Estados Unidos, las ventas de maíz a futuro, que sumaron 50 millones de toneladas al comienzo de la temporada de comercialización, el primero de septiembre de 2006, caerán a sólo 24 millones de toneladas para el fin del periodo. Si se espera una cosecha récord de 310 millones de toneladas en 2007, los inventarios se estabilizarían en ese nivel durante 2007-2008, pero no aumentarían significativamente, y para 2008 se necesitaría una cosecha aún mayor para evitar una caída en los inventarios en 2008-2009.

Una producción alta en Sudamérica ayudaría a compensar las presiones generadas por el bajo nivel de reservas de Estados Unidos, pero ello sería insuficiente para crear un nivel holgado de inventarios mundiales en el periodo señalado, pues la producción de etanol seguirá consumiendo grandes cantidades de grano.

Los pronósticos de cosechas a la baja en Estados Unidos, fuerte demanda tanto en el mercado interno como en el de exportación, y compras especulativas de materias primas provocaron un rápido aumento de los precios del maíz en el mercado de futuros durante los últimos meses de 2006, y esta tendencia se reflejó en los precios de exportación: de menos de 130 dólares por tonelada a principios de octubre, el precio del maíz amarillo estadunidense número 3 en puertos del Golfo llegó a 173 dólares por tonelada a comienzos de diciembre. A medida que se hace evidente que la oferta será suficiente para cubrir la demanda, al menos durante 2007, las compras especulativas disminuyeron, aunque los precios de exportación no habían bajado a menos de 158 dólares por tonelada en los primeros días de enero.

Si se considera que la siembra de maíz en Estados Unidos será tan grande como se prevé en 2007 y si no hay sequía en verano, es poco probable que los precios muestren grandes variaciones durante el resto del año. Estados Unidos no ha tenido una cosecha de maíz realmente pobre desde 1995, pero los mercados siempre están conscientes de que una sequía o una ola de calor extremo podrían arruinar los cultivos. Con los inventarios en un nivel tan bajo, las primas de riesgo serán sustancialmente elevadas hasta el fin del verano, cuando se completen las cosechas. En vista de que la producción esperada para 2008-2009 es muy similar a la de 2007-2008 y la demanda de maís para producir etanol compite fuertemente con la del sector alimentario, es de esperar que los precios sigan altos en esa temporada.

FUENTE: EIU

 
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