Usted está aquí: lunes 12 de febrero de 2007 Política Acabó la transición; inicia el desorden institucionalizado

Entrevista a German Espino, autor de El nuevo escenario de las campañas presidenciales

Acabó la transición; inicia el desorden institucionalizado

Sin López Obrador, la izquierda no tendría posibilidad de éxito

El escritor afirma que en 2006 Vicente Fox "jugó trampas al sistema democrático; fue más autoritario que Salinas y Zedillo, nadie lo pudo detener en su respaldo a Calderón". Sentencia: "La izquierda prefiere mantenerse en la pluralidad aunque pierda en las elecciones"

ROBERTO GARDUÑO

Ampliar la imagen Portada de la obra

Ampliar la imagen Germán Espino, en imagen de archivo Foto: Yazmín Ortega Cortés

Con la elección presidencial pasada México dijo adiós a la transición democrática y dio la bienvenida al desorden institucionalizado que, paradójicamente, provee estabilidad entre sus actores. En tal proceso, la derecha evidenció una notable vocación por mantener el poder, y la izquierda fracasó por la incapacidad de modernizarse, su ineficiencia y el desquiciamiento durante la campaña política.

Germán Espino, autor del libro El nuevo escenario de las campañas presidenciales, documentó con amplitud el proceso presidencial de 2000 y analizó el ocurrido el año pasado, para concluir que todos los participantes en la política nacional actúan fuera del marco institucional en defensa de sus intereses. Uno de esos personajes, Vicente Fox Quesada, "jugó trampas al sistema democrático; fue más autoritario que Carlos Salinas y Ernesto Zedillo: nadie lo pudo detener en su respaldo a Felipe Calderón".

La obra, que verá la luz en la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería, es resultado del esfuerzo conjunto de La Jornada Ediciones, Universidad Autónoma de Querétaro, Instituto Electoral de Querétaro, Instituto Queretano de Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Allí, el autor advierte que los teóricos de la transición se encuentran confundidos porque no saben si el país se encuentra en la consolidación democrática, en un interregno o de regreso al autoritarismo. "Estamos igual que en los años 90; esto no puede ser explicado por las maniqueas teorías de la transición que pretenden que con las elecciones libres ya se instauró la democracia."

A lo largo de El nuevo escenario de las campañas presidenciales se manifiesta que la política como espectáculo trata de atraer al elector con nuevos recursos. Es más bien un instrumento al igual que el marketing. El éxito de la política-espectáculo y del marketing se explica porque son instrumentos muy eficaces para atraer la atención y, en alguna medida, para comunicar. A fin de cuentas el principal objetivo de los políticos es ganar y, si esos instrumentos les sirven pues los usan, no les importan las consecuencias de esos instrumentos.

­¿Qué diferenció las estrategias de marketing político en las campañas presidenciales de 1994 y 2000?

­En 1994 sólo el PRI logró una campaña de grandes dimensiones, pues el PAN no tenía ni los recursos ni los cuadros para ella. En cambio en 2000 las dos campañas punteras tuvieron cantidades similares de dinero, tiempo, personal. Sin embargo, la estrategia del PAN se engarzó con una expectativa de cambio que había en la mayoría de la población. En cambio, la campaña del PRI tuvo que luchar contra esta expectativa y por ello fracasó.

­¿Cómo explicar a la mayoría de los ciudadanos que tras el discurso de la transición democrática persista una lucha por mantener intereses y privilegios?

­Hay que evidenciar que los actores juegan de forma institucional o antinstitucional, dependiendo de sus intereses. Esto no sólo lo hace López Obrador, lo hicieron Calderón, Fox, los empresarios, la Iglesia; es una forma de actuar en los altos círculos de la política y de la economía. Esto tiene que ver con las teorías posmodernas, donde se explica que hay sistemas que trabajan de manera muy estable en el desorden; en el caso de México es obvio: los actores, todos, jugaron de forma antinstitucional. Una de las metáforas que planteo en el texto, es que en 1994, tras el asesinato de Luis Donado Colosio, Octavio Paz escribió: "Esto es Shakespeare puro, es una tragedia", y yo, retomando esa idea, digo: "esto es George Orwell puro", porque estamos como en la novela 1984, donde se nos planteó que una persona se fue liberando del sistema y de repente despierta en el sistema.

­Fue la pesadilla Vicente Fox.

­Apostamos que con la derrota del PRI iba a cambiar el sistema, le apostamos a Vicente Fox, como el gran demócrata, y nos despertamos con que Fox jugó trampas al estilo del PRI, y nos regresó al viejo sistema de los 90: cambió la fachada, antes estaba el PRI y ahora esta el PAN. Con esto hablamos de un sistema que es muy inteligente, que no cambia que es capaz de moldearse, que es capaz de dirigir a los políticos, y se mete también dentro de nuestra sique, de nuestra individualidad y, de repente, Vicente Fox se convirtió en un presidente autoritario.

"Fox fue peor presidente"

Al recordársele que el ex presidente panista se definía "demócrata de tiempo completo", Germán Espino puntualiza: "Fue más autoritario que Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, porque ni Salinas ni Zedillo estuvieron en campaña permanente y cotidiana. Fox fue peor presidente, más autoritario, porque trasgredió todas las normas. El IFE le exigió que se detuviera y el tribunal electoral también lo hizo, y nadie lo pudo detener".

La participación ilegal de Fox, de los sectores conservadores y de los empresarios modificaron de forma sustancial el resultado de la elección presidencial, aduce el autor, para quien "la campaña de López Obrador y de la izquierda fue ineficiente a más no poder: su estrategia mediática, que es la columna vertebral de las campañas políticas en México estaba desquiciada: él decía que no iba a ser campaña en medios. Eso es risible si tratas de llegar al poder dándoles la mano a las personas, sobre todo si son 71 millones de electores. Tiene que ser por conducto de los medios, y López Obrador se la jugó contra los medios, entonces no estaba jugando.

­¿Se enmarca en la vertiente de la actuación electoral de la izquierda?

­Estamos hablando de una izquierda muy atrasada. A diferencia del PSOE, en España, a diferencia del Partido Socialista en Chile, la izquierda del PRD está muy atrasada, y López Obrador con sus ideas marxistas del siglo xix, con su teoría de la movilización popular, que es maoísta, ya no tiene nada que ver con el México posmoderno de la actualidad. Era absurdo, fue una mala lectura de la realidad, que no podía ganar contra los medios, mientras que los otros, la derecha tenía una gran campaña de medios.

­Es el resultado de dos visiones de la realidad radicalmente distintas.

­La derecha tiene una notable vocación de poder. En su elección primaria surgieron muchas divergencias, pero en cuanto salió un candidato todos cerraron filas para mantenerse en el poder. Hay un proyecto de poder.

­¿Y en la izquierda?

­En la izquierda no hay nada de esto. La pluralidad anula la capacidad de llegar a gobernar. Si todos los que hicieron contracampaña contra López Obrador, ya fuera el EZLN el partido de Patricia Mercado o la familia Cárdenas, uno solo de ellos, le hubiera dado su respaldo hubiera ganado López Obrador. La izquierda prefiere mantenerse en la pluralidad aunque pierda en las elecciones.

­¿La izquierda institucional tiene proyecto?

­En la izquierda no hay un proyecto. El mismo PRD, históricamente ha tenido mucha debilidad, y si no fuera por López Obrador no tendría ninguna posibilidad de éxito. Fue un partido que jugó contra el EZLN al no votar por la ley indígena. ¿De qué izquierda estamos hablando?, de una izquierda comprometida con los recursos, con sus canonjías más que con los proyectos populares. Y en este momento el EZLN le devuelve la moneda al PRD por la traición.

­¿Tendrá la izquierda que utilizar las herramientas mediáticas que despreció en la pasada elección?

­Por supuesto. El marketing, la videopolítica, la americanización de las campañas, la buena presencia en medios son instrumentos que se debe utilizar para frenar una campaña de mentiras, como hizo el PAN, y López Obrador no lo hizo en su momento. Dejó correr prácticamente dos meses después para responder y lo hizo mal; regalaron espots, como el del Fobaproa, porque sacaron a Calderón firmando con la mano derecha cuando es zurdo, pues es un obvio regalo, un obsequio a la campaña del PAN. Fue muy mala la campaña mediática de López Obrador. Son instrumento muy mal usado, nos habla de una izquierda con teorías marxistas del siglo xix, teorías maoístas, que no sirven para obtener el poder, y si sólo quiere hacer campañas testimoniales, pues no hay problema, pero si quieren obtener el poder, que sí es lo que prometen, pues entonces sí tienen un gran problema, tienen que modernizarse, formar cuadros, y esto no lo está haciendo ni el PRD ni el equipo de López Obrador.

 
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