Usted está aquí: sábado 3 de febrero de 2007 Estados Concluye con saldo blanco motín de 9 horas en el penal Neza-Bordo

Autoridades ofrecen reubicar a internos en otras cárceles y darles una hora más de sol

Concluye con saldo blanco motín de 9 horas en el penal Neza-Bordo

Segunda revuelta en ese centro esta semana para denunciar malos tratos

Liberan a un custodio

RENE RAMON CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Familiares de los internos derriban la malla ciclónica para ingresar al estacionamiento del penal Neza-Bordo y exigir informes sobre la situación que prevalecía durante el motín Foto: Cristopher Velázquez/ Michphotopress

Nezahualcoyotl, Méx., 2 de febrero. Unos 135 internos del penal estatal Neza-Bordo se amotinaron hoy durante más de nueve horas, en protesta porque, denunciaron, desde el martes pasado son golpeados y no han recibido alimento. Es el segundo motín que ocurre en ese centro penitenciario esta semana.

Los reclusos amotinados retuvieron al custodio Sergio Hidalgo en el módulo A-1, destinado a los reos castigados por mala conducta, adonde varios de ellos fueron remitidos por participar en la revuelta del pasado martes.

Alejandro Carmona Prantl, director general de los Centros de Prevención y Readaptación Social del estado de México, aseguró que no hubo personas muertas ni heridas.

La versión fue corroborada por la quinta visitaduría de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que acudió al lugar para verificar el respeto a las garantías de los amotinados.

Carmona Prantl señaló que el motín concluyó cuando los reclusos liberaron al custodio retenido al llegar a un acuerdo que incluye el traslado de 11 reos a otros centros penitenciarios y que se les otorgue una hora más de sol.

Fuera del penal se concentraron 300 familiares de los reos que, al no tener información sobre lo sucedido, rompieron la cerca perimetral e ingresaron hasta las puertas principal y de aduanas, pero fueron desalojados por policías.

También acudieron al lugar más de 800 elementos de las Fuerzas de Acción y Reacción de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), que por varias horas se mantuvieron en espera de una orden para ingresar y someter a los internos, lo que al final no sucedió.

Cabe recordar que la tarde del martes, 50 reos protagonizaron durante hora y media disturbios en el módulo B-1, luego de una riña entre dos internos. El motín fue controlado tras una negociación que encabezó Carmona Prantl.

Las autoridades informaron que el motín de este viernes inició poco antes de la una de la tarde, pero familiares de internos que mantienen comunicación con sus parientes con teléfonos celulares aseguran que comenzó a las 10 de la mañana.

Según las primeras versiones todo empezó cuando los internos Noé y Rodrigo, acusados de robo con violencia, decidieron sublevarse cuando eran golpeados por custodios en represalia por participar en el motín del martes.

"Toda la población (penitenciaria) está harta de que nos peguen y nos nieguen la comida", expresó Noé a la prensa mediante el teléfono celular de uno de los celadores retenidos.

Aclaró que no se rebelaron "por droga o por el control del centro penitenciario, sino porque desde hace tres días han sido golpeados por órdenes del comandante Corrales.

"El martes pidieron que nos relajáramos y no iba a pasar a más. Lo hicimos, pero los custodios nos golpearon en la noche", relató.

Noé señaló que desde entonces se encuentran en las celdas de castigo, "y ahí quieren que se curen nuestras heridas sin medicamentos, sin nada".

Tres días después, el director de los penales del estado de México arribó de nuevo a la cárcel ubicada en la avenida Adolfo López Mateos, casi esquina con Bordo de Xochiaca, que alberga más de 3 mil reos. Una hora después lo hicieron 200 granaderos, quienes para las 18 horas ya sumaban más de 800.

Durante más de nueve horas, madres, esposas y hermanos de los internos protagonizaron protestas. Las palabras del director del penal, Hugo López Sánchez, quien salió hasta la barda perimetral para informales que no había muertos ni heridos, no fueron suficientes para calmar su desesperación.

"A usted no le voy a creer, le creo más a mi interno", le gritaban en la cara. Es que al menos dos mujeres tenían comunicación telefónica con sus familiares.

La impotencia que se generó entre los familiares devino conato de violencia entre ellos. La situación se complicó cuando hasta la vía pública se escucharon las rechiflas y gritos de los reos y sus familiares; éstos últimos logaron derribar la cerca de malla ciclónica, ly golpearon la puerta principal.

Diez minutos después, unos 200 granaderos se abalanzaron sobre la gente que fue repelida con escudos y gases lacrimógenos.

Después de las 22 horas, Alejandro Carmona salió del penal para informar que la revuelta había terminado, pero familiares de los reos continuaron en las afueras del penal hasta que se les permita el ingreso para verificar el estado de salud de sus parientes.

 
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