Usted está aquí: domingo 21 de enero de 2007 Cultura "La inteligencia nunca es ajena a sentimientos y pasiones": Piglia

El deber del escritor es escuchar los relatos que circulan en la sociedad, señala

"La inteligencia nunca es ajena a sentimientos y pasiones": Piglia

Los vencedores escriben la historia y corresponde a los vencidos narrarla, dice a La Jornada

"Sería ideal que la creación literaria estuviera desvinculada de las exigencias económicas"

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Piglia, en la inauguración del ciclo El placer de la lectura, en la pasada FIL de Guadalajara Foto: Carlos Cisneros

El editor Jorge Herralde define la obra del escritor argentino Ricardo Piglia de esta forma: "inteligentísima, con un toque autobiográfico que le da un elemento más de interés".

Al respecto, Piglia, quien participó por primera vez en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara el año pasado, señaló: ''Ojalá pudiera identificar mi literatura de esa manera. Herralde es muy generoso conmigo, porque valoro mucho la inteligencia como una disposición asociada con la pasión. No me parece que la inteligencia pueda ser considerada una práctica ajena a los sentimientos o a las pasiones, es un intento de comprender.

''Lo que me interesa de eso que podemos llamar la inteligencia y la voluntad de comprender y descifrar cierto tipo de enigmas es que no necesariamente uno encuentra respuesta. Lo que persiste es la intención, no quiere decir que yo pueda dar respuesta de nada. Esa voluntad de saber, de conocer y de intentar descifrar me parece una experiencia riesgosa, por eso el género policial me interesa mucho'', dijo el escritor en entrevista con este diario en la FIL de 2006.

Piglia dirigió la Serie Negra, colección dedicada a novelas policiales, y además de escribir ficción y ensayos, trabaja en otras ramas creativas, como la escritura de guiones o la academia.

Preferencia por el segundo oficio

"Intento ver de qué manera todas esas figuras ­escritor, ensayista, académico, crítico­ se interrelacionan. Siempre digo que sería muy interesante hacer una historia de la literatura a partir del modo en que se ganan la vida los escritores, porque pareciera que somos seres que vivimos en un extraño universo y no es así. Muchas de esas prácticas tienen que ver con el modo en que un escritor se gana la vida en América Latina o en Buenos Aires. En mi caso, he dirigido colecciones, escrito guiones y me he dedicado a enseñar, si se puede usar el verbo: me he dedicado a hablar de lo que hago. Eso tiene que ver con la vida material de un escritor. Hay escritores que sí pueden vivir de la literatura, pero eso me parece que no es algo aconsejable.

"Sería bueno que la literatura tuviera una relativa distancia respecto de las exigencias inmediatas de las necesidades económicas de alguien. Yo respeto mucho a los escritores que piensan de otra manera. En mi caso, he preferido tener lo que se llama el segundo oficio, porque eso me da cierta libertad para los ritmos de edición, para planear libros con un tiempo que yo resuelvo. Pero desde luego hace muchísimos años que trabajo con la literatura y en la literatura."

El autor de La invasión y Plata quemada añade que la literatura está relacionada con todas esas vidas posibles y con las experiencias que se logran realizar más allá de la vida real. "Creo que todos tenemos la idea de las vidas que hubiéramos querido vivir. Eso sucede cuando estamos leyendo, porque estamos entramados en situaciones de vidas ajenas, y también cuando uno está construyendo personajes que tienen algún elemento de la propia experiencia. "Todos los libros surgen siempre de un pequeño elemento autobiográfico, que muchas veces incluso no es posible identificar, pero todos los libros son en realidad modos de contar de un modo, muchas veces muy elusivo, experiencias propias.''

Sobre del tema de la responsabilidad del escritor que la autora sudafricana Nadine Gordimer abordó en la mesa en que participó durante la FIL, Ricardo Piglia coincide con la Nobel de Literatura en que los escritores deben ser testigos de su realidad.

"En general coincido con eso. Suelo ver a la sociedad en relación con la responsabilidad; la veo como una serie de tramas, de relatos. Una experiencia muy importante es que estamos siempre contándonos historias y que la vida de cada uno se forma también con las historias que nos cuentan y que nos contamos en un día. La responsabilidad de un escritor es escuchar esos relatos que circulan en la sociedad y hacer de ellos el contexto de la literatura y el lugar dentro del cual ésta establece ese contacto con la realidad."

La voz de las sociedades

"La literatura se relaciona con la sociedad ya narrada por esos relatos que circulan y ésa es la responsabilidad del narrador: saber escuchar esos relatos, que muchas veces funcionan como relatos de resistencia, críticos de la situación social; si tuviese que hablar de la cuestión tan complicada y solemne de la responsabilidad de los escritores, diría que una de ellas es estar atento a la circulación de historias y relatos.

"No sé si lo he logrado, pero al menos lo intenté. No se trata de tomar una decisión, sino que es algo que se va descubriendo al escribir libros. Eventualmente, en mis novelas hay muchas historias que circulan; estoy muy interesado en la forma de relatar, siempre hay alguien que cuenta a otro una historia; me parece que ésa ha sido mi manera de hacerme cargo de esa suerte de responsabilidad respecto de esas narraciones. Siempre he dicho que los vencedores escriben la historia y los vencidos la narran."

Durante la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Piglia participó en el ciclo El placer de la lectura y en la mesa Diálogos literarios: literatura y política, al lado de José María Pérez Gay y Jabbar Yassin.

 
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