Usted está aquí: viernes 19 de enero de 2007 Mundo La solución para Irak es política, no militar, coinciden generales estadunidenses retirados

El nuevo plan no convence; 60% rechaza el envío de más tropas al país ocupado: sondeo

La solución para Irak es política, no militar, coinciden generales estadunidenses retirados

Bush, obligado a retroceder en el uso de sus "poderes especiales" con el pretexto de la guerra

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 18 de enero. Tres influyentes generales retirados y veteranos declararon hoy ante el Congreso que la estrategia de George W. Bush no resolverá la crisis en Irak, mientras que nuevos sondeos indican que el presidente ha fracasado en su intento por convencer al público después de una semana de esfuerzos para "vender" su nuevo plan.

Los tres generales consideraron que el envío de 21 mil 500 soldados a Irak no resolverá lo que en esencia es una crisis política en dicho país, en declaraciones ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Los tres han ocupado puestos de primera importancia durante sus carreras.

El general Barry McCaffrey consideró que aplicar el nuevo plan sería un error más, pues "nuestros aliados ya se están retirando y no estarán para el verano". McCaffrey, quien fue comandante en la primera guerra del Golfo (1991), y conocido en México como el zar antinarcóticos del presidente Bill Clinton, consideró que la situación es "desesperada", pero no fatal, aunque la solución pasa por negociaciones políticas internas y con países vecinos.

El general Joseph Hoar, ex jefe del Comando Central encargado de las fuerzas estadunidenses en Medio Oriente, consideró que el plan de Bush "es insuficiente y llega demasiado tarde", y coincidió en que "la solución debe ser de tipo político, no militar". A su vez, el general teniente William Odom, ex director de la Agencia de Seguridad Nacional, advirtió que la guerra ha ido de mal en peor porque el gobierno estadunidense no entendió las dinámicas políticas del país. Afirmó que los principales beneficiarios de la guerra son Irán y la red Al Qaeda. "No hay manera de ganar una guerra que no está en tus intereses".

Por separado, representantes de una agrupación de veteranos de la guerra en Irak llegaron hoy al Congreso para expresar su oposición al plan de Bush. Según el capitán Jon Soltz, director del grupo llamado VoteVets, están hablando con senadores para plantear una interrogante: "¿están del lado de los militares y con las tropas que creen que el incremento es ridículo, o están con los políticos que trabajan en esta ciudad y que nunca han servido en combate?"

"Como escupir en el océano"

Soltz dijo que otras 20 mil tropas en un país de 25 millones es "como escupir en el océano, no tiene sentido", y sólo acabara en otro fracaso. Criticó al comandante en jefe y su equipo al declarar en conferencia de prensa: "sé que el presidente sabe casi nada de guerra y el que vicepresidente conoce aún menos", y recordó que ninguno de ellos fue a Vietnam (Bush estaba en la Guardia Aérea Nacional y permaneció en Estados Unidos; Cheney logró conseguir varias postergaciones de su servicio militar obligatorio durante esos años, y mucho después comentó a un reportero que tenía "otras prioridades" que atender durante ese tiempo).

Soltz advirtió que los senadores tienen que optar entre "ponerse del lado de los veteranos de la guerra de Irak y las tropas como nosotros, o del lado de los que evadieron el servicio militar y que trabajan del otro lado de esta calle (la Casa Blanca)".

En tanto, una nueva encuesta comprueba que Bush no ha logrado convencer al público de su decisión de enviar más tropas a Irak, luego de una semana de discursos y esfuerzos por justificar esa estrategia. Según el sondeo del The Los Angeles Times/Bloomberg publicado hoy, 60 por ciento se opone al incremento y sólo 36 por ciento lo apoya. Además, la mitad desea que el Congreso frene el envío de las tropas adicionales.

No sólo no logró convencer a nadie sino, según la encuesta, ahora la mitad de los estadunidenses cree que Bush engañó deliberadamente al pueblo al justificar la invasión de Irak. Sólo 33 por ciento aprueba su manejo de la guerra mientras 65 por ciento lo desaprueba. Y la mayoría desea el inicio del retiro de tropas.

El Times señala que estos resultados muestran el grado en que la guerra en Irak ha "debilitado políticamente a Bush", y el "inmenso desafío que enfrenta el presidente", ya que sufre una pérdida de fe del público sobre el curso de la guerra, su manejo del conflicto y mayores dudas sobre su credibilidad, "todo lo cual hace más difícil que obtenga el apoyo para la nueva dirección".

Repliegue político

A la vez, Bush se ve obligado a retroceder en el empleo de los poderes que se ha adjudicado con el pretexto de la "guerra contra el terrorismo". Ayer, de repente, el gobierno pareció revertir su posición de los últimos meses en sus operaciones de espionaje doméstico por medio de la Agencia de Seguridad Nacional. Enfrentando investigaciones legislativas y retos judiciales sobre la legalidad de ese programa, y después de meses de insistir en que tenía todo el derecho de realizar vigilancia electrónica dentro de Estados Unidos sin autorización, la Casa Blanca informo que solicitaría, como marca la ley, autorización judicial para estas operaciones.

El Washington Post indicó hoy que el gobierno de Bush también ha tenido que retroceder, o por lo menos ceder, ante presiones del Congreso y de los tribunales en varios frentes en donde se había impuesto el Poder Ejecutivo. Durante los últimos meses, Bush se ha visto obligado a cerrar cárceles clandestinas de la Agencia Central de Intelgencia (CIA) en el extranjero, trasladado a detenidos anteriormente desaparecidos a prisiones militares regulares, negociado con el Congreso procedimientos para enjuiciar a sospechosos de terrorismo y posiblemente limitar las técnicas de interrogatorios de estos prisioneros (aunque eso es difícil de comprobar).

Sin embargo, algunos legisladores no están dispuestos a abandonar su intención de investigar el manejo de estos programas secretos realizados bajo lo que consideran abusos del Ejecutivo.

Hoy el procurador general Alberto Gonzales se presentó ante el Comité Judicial del Senado donde fue severamente criticado por el manejo de este controvertido programa, y le exigieron más detalles sobre cómo funcionará este tipo de programa en el futuro. Con el control del Congreso ahora en manos de los demócratas, la Casa Blanca y su equipo continuarán enfrentando, por primera vez desde la llegada de Bush al poder, a políticos interesados en reducir y limitar la expansión casi sin precedente del Poder Ejecutivo lograda durante los últimos seis años.

 
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