Usted está aquí: jueves 18 de enero de 2007 Opinión Navegaciones

Navegaciones

Pedro Miguel

La ciudad más antigua

Çatal Hüyük, población sin calles

Urbicidio en nombre de Jehová

Ampliar la imagen Çatal Hüyük: construye, que algo queda

Dice el más reciente informe del World Watch Institute que en 2008 más de la mitad de la población mundial vivirá en ciudades. O sea que el año entrante los humanos culminaremos un proceso que comenzó en el neolítico, en una colina remota de la Anatolia turca, o bien en una orilla del Jordán en lo que es hoy día la Palestina ocupada, o bien en los cimientos de la actual capital siria. Seis mil años antes de que los asentamientos del Quirinal Esquilino, Celio y Palatino se fusionaran y dieran inicio a la "Ciudad Eterna", la vida urbana se inventó en Çatal Hüyük, en Jericó y en Damasco. Esas tres se disputan el título de la ciudad más vieja del mundo y, para muestra de la persistencia o de la obstinación de nuestra especie, las dos últimas siguen estando habitadas. Sabrá Dios en qué momento nuestros ancestros de la edad de piedra decidieron que el hábitat que ofrecía Madre Naturaleza estaba muy pinche y decidieron construirse uno nuevo, a la manera de las termitas, las abejas y las hormigas, en lo que constituye, si bien se ve, una notable regresión evolutiva: ahí tienen a un rebaño de mamíferos superiores que adopta las costumbres de algunos insectos. Al mismo tiempo, aquellos constructores de urbes primigenias introdujeron en nuestra especie la dicotomía perdurable campo-ciudad, que tantos desbarajustes ha causado a lo largo de los siglos. "El campo es ese lugar donde los pollos corren crudos", brama ahora, con algo de razón, la soberbia urbana.

Çatal Hüyük es hoy día un montículo miserable protegido por una fea estructura tipo agencia automotriz (que, al menos en las fotos, se ve muy parecida a la que oprime las ruinas de Cacaxtla, Tlaxcala) sobre el que pululan turistas y arqueólogos empeñados en descifrar las claves de la humanidad. En su mejor momento fue una aglomeración de 13 hectáreas en la que vivían 15 mil personas. "Los edificios estaban agrupados en apretados barrios de manera que sólo un muro continuo y blanco enfrentaba el campo circundante. Ni puertas ni ventanas eran permitidas a las casas en este lado. Las calles eran desconocidas. Cada barrio, al parecer, contaba con sólo un patio el cual servía de baño y para depósito de basura. La entrada a las casas era a través de un hoyo en el techo plano y por una escalera de madera. Ya que el hogar y el horno quedaban justo bajo la abertura, ésta servía además como tiraje de salida de los mismos. Pequeñas ventanas existían en los aleros para dar algo de luz. Las casas tenían planta rectangular con un estrecho espacio para guardar y dos plataformas en cada muro, para hombres y mujeres respectivamente. Los santuarios eran adornados con paneles decorados en relieve, con figuras de dioses. El toro es una constante en estas culturas. Así, estilizadas cabezas de toros y carneros también aparecen como motivos decorativos".

En cuanto a los inicios de la vida urbana, eso que fray Luis de León llamaba (en el siglo XVI, ja, ja, ja) "el mundanal ruïdo", José Ferrer apunta: "En Çatal Hüyük debió de predominar un estilo de vida multiforme y agitado. Una gran aplicación en el trabajo, así como un alto grado de desarrollo de la artesanía y unas profundas concepciones religiosas pueden haber contribuido a formar esta imagen. Las excavaciones han proporcionado uno de los testimonios más antiguos del paso de la forma de vida rural a la urbana, una transformación que se realizó con increíble rapidez y que se condensó en una mezcla de agricultura y lujo, de bien fundados conocimientos sobre la ganadería y la agricultura, y de un bienestar ciudadano". Supongo que, como nosotros, amaban la vida y odiaban a la muerte. Los habitantes de Çatal Hüyük disponían de trigo, sorgo, chícharos, lentejas, manzanas, pistaches y almendras, y cazaban ciervos y jabalíes. En la ciudad se realizaban intercambios de madera, obsidiana, sílex, cobre y conchas del Mediterráneo y se producían objetos de cerámica, piedra y cobre, así como textiles y joyería. Antes de Ur y de Babilonia, antes de Nínive, de Menfis y de Tebas, mucho antes de Atenas, Alejandría, Cartago, Roma, Tenochtitlán y Chang'an, estaban ya asentadas, pues, la agricultura, la minería, el comercio y la industria.

http://www.worldwatch.org/node/4752

http://www.dearqueologia.com/catal_intro.htm

http://www.arqhys.com/articulos/ catal-huyuk.html

http://www.editorialbitacora.com/bitacora/ ciudad/ciudad.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Tama%C3%B1os_de_ciudades_en_la_historia

http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%87atalH%C3%B6y%C3%BCk

http://users.ipfw.edu/JEHLE/poesia/vidareti.htm

http://www.arabe.galeon.com/siria/damasco/pdamasco.html

http://www.editorialbitacora.com/bitacora/ciudad/ciudad.htm

http://www.arqhys.com/articulos/catal-huyuk.html

http://www.catalhoyuk.com/

http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%87atalH%C3%B6y%C3%BCk

En torno a Jericó hay asentamientos más antiguos que Çatal Hüyük, como el que se ubica en Tell es-Sultán, a dos kilómetros de la ciudad actual y en el que hay estructuras de piedra de 9 mil años de antigüedad y una construcción amurallada con una torre de piedra que pudo ser construida hace 10 milenios. Pero el momento en que aquello puede denominarse ciudad comienza 40 siglos después, con poblaciones cananeas. Habrían de pasar otros 2 mil 500 años antes de que, según el relato bíblico, los israelitas, encabezados por Josué, tomaran la ciudad por órdenes de Dios y destruyeran, "a filo de espada, todo lo que en la ciudad había: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los asnos". Sólo una prostituta (Rahab) y su familia fueron salvados de la matazón. Después, incendiaron Jericó "con todo lo que en ella había. Solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro y los utensilios de bronce y de hierro". Y Josué dijo: "Maldito delante de Jehová el hombre que se levante y reedifique Jericó". Mala onda, ese tal Jehová.

En adelante, o tal vez desde antes, los humanos no sólo nos caracterizamos por nuestra afición a edificar ciudades, sino también por nuestra tendencia a arrasarlas: Cartago, Numancia, Tenochtitlán, Guernica, Lídice, Stalingrado, Dresde, Hiroshima...

http://es.wikipedia.org/wiki/Jeric%C3%B3%28Cisjordania%29

http://www.biblegateway.com/passage/?search=Jos6;&version=61;

http://www.historialago.com/leg_cart01040_gp3.htm

http://www.larevelacion.com/modules.php?name=News&;file=article&sid=143&mode=&order=0&thold=0

http://es.wikipedia.org/wiki/Numancia

http://www.lidice-memorial.cz/default_en.aspx

http://es.wikipedia.org/wiki/Bombardeode_Dresde

http://sepiensa.org.mx/contenidos/historiamundo/siglo_xx/guerra_mundial2/bombatomica/hiroynaga.htm

http://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/Guernica/Guernica.htm

[email protected] * http://navegaciones.blogspot.com

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.