Usted está aquí: miércoles 17 de enero de 2007 Economía México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Ante desastres naturales, Fox abrió la bolsa sólo a empresarios

¿Para reconstrucción?, de gorra, nada

Informan del costo económico de los huracanes

Ampliar la imagen El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ayer durante un acto organizado por la Canacintra Foto: Víctor Camacho

Tras el devastador paso de los huracanes Emily, Stan y Wilma por varios estados de la República, en 2005, más tardó el auxilio y la entrega de despensas que en hacerse patente el humor negro del entonces presidente Fox: a los damnificados de primera (los hoteleros de Cancún) garantizó "champú de cariño", mientras a los de segunda (los ciudadanos de a pie) advertía que "de gorra, nada".

Los estados más afectados por los meteoros fueron Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Oaxaca. La pérdida de vidas fue cuantiosa y enormes los daños materiales, pero la Presidencia del "cambio" se negó a tocar un solo centavo de las voluminosas reservas internacionales para atender las urgencias de los damnificados de segunda, pero fue expedito para que los de primera fueran crediticiamente atendidos (500 millones de dólares, se comprometió) por el BID, mientras las aseguradoras cubrían sus pólizas a los hoteleros.

Finalmente, los hoteleros reconstruyeron Cancún "y lo dejaron más bonito que antes" (Fox dixit), pero los ciudadanos de a pie se las han visto negras para superar la devastación de los meteoros, porque "de gorra nada", aunque el daño económico fue brutalmente más elevado que el previsto por el gobierno federal.

De lo anterior da cuenta la evaluación (Características e impacto socioeconómico de los huracanes Stan y Wilma en la República mexicana en 2005, financiado por el Banco Mundial y elaborado por la Cepal, el Cenapred y la Secretaría de Gobernación ­todavía en tiempos de monseñor Abascal­, impreso en octubre de 2006, pero que sólo hasta ayer lo divulgó el organismo especializado de la ONU. De su contenido damos cuenta:

En 2005 ocurrieron desastres de tipo hidrometeorológico de magnitud casi inédita, principalmente los huracanes Emily, Stan y Wilma. El monto de las pérdidas ocasionadas en la economía mexicana por esos tres fenómenos ascendió a más de 48 mil 700 millones de pesos (algo así como 4 mil 600 millones de dólares), equivalentes al 70 por ciento de todos los desastres hidrometeorológicos acumulados durante 25 años (1980-2004), que ascendió a 6 mil 530 millones de dólares corrientes.

El más costoso de los tres fue el huracán Stan. Los daños totales en los cinco estados involucrados ascendieron a 21 mil 62 millones de pesos, de los que 65 por ciento fueron directos y 35 por ciento pérdidas de producción y gastos extraordinarios originados por el meteoro. El 71 por ciento de los daños totales ocurrieron en Chiapas, seguido por Veracruz (12 por ciento) y Oaxaca (8 por ciento) que fueron los tres estados que registraron el mayor impacto. En cambio en Hidalgo y Puebla los efectos combinados fluctuaron alrededor de 4 por ciento en cada uno de ellos del total de daños causados por el fenómeno en el país. En Chiapas los efectos indirectos presentaron una ponderación mayor (42 por ciento) de los daños totales debido a las fuertes pérdidas que el fenómeno ocasionará en el aparato productivo.

El huracán Wilma que, tras golpear el Caribe y tocar tierra en Cuba, azotó los estados de Quintana Roo y Yucatán entre el 21 y el 24 de octubre de 2005 causó ingentes daños en la infraestructura productiva y de transporte, particularmente en el sector turístico. Las cifras correspondientes muestran que estos superaron con creces los efectos que, en promedio anual, han causado los desastres naturales en México. En efecto, el monto acumulado de los daños causados por el huracán Wilma en los dos estados ascendió a 18 mil 773 millones de pesos.

Por su parte, los daños causados por el huracán Emily (que afectó a Tamaulipas, Nuevo León, Yucatán, Quintana Roo ­poco después a éstos dos últimos estados llegaría Wilma­ y a las instalaciones y producción de Petróleos Mexicanos) se calcularon en 8 mil 871 millones de pesos. Si se excluyen los daños sobre la actividad petrolera, las pérdidas totales acumuladas para los cuatro estados ascendieron a 4 mil 387.8 millones de pesos.

Del total de daños provocados por Emily, 3 mil 427 millones de pesos (38.6 por ciento) fueron por daños directos, y 5 mil 444 millones (61.4 por ciento) indirectos asociados al fenómeno, es decir, tanto el lucro cesante derivado de la paralización de producción de bienes y servicios durante el lapso que duró el proceso de rehabilitación de la infraestructura y del aparato productivo, como los gastos extraordinarios relacionados con la atención de la emergencia. El perjuicio para Pemex derivó de la evacuación de las plataformas petroleras de la Península de Yucatán y la Sonda de Campeche, con lo que se dejaron de explotar 23 pozos petroleros.

Lo mejor del caso es que originalmente Fox prometió "la reconstrucción total de las zonas devastadas", para poco después negar ayuda, porque "de gorra, nada".

Las rebanadas del pastel

Que siempre sí aparecieron los 500 millones de pesos para subsidiar el precio de la leche popular que distribuye Liconsa durante 2007. Lo confirmó el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, tras reunirse con los ocho coordinadores parlamentarios en la Cámara de Diputados. El problema es que los nueve (secretario y legisladores) aseguran que con ese dinero "se reducirá el precio" a 4 pesos por litro, cuando en realidad no existe tal reducción, porque el aumento decretado a mediados de noviembre pasado fue de un peso. Entonces, en el mejor de los casos, el litro de leche Liconsa "sólo" aumentará 50 centavos, pero ni de lejos se reducirá. Eso sí, la condición fue que a partir de 2008 a dicho precio se le cargará la inflación, para "actualizarlo" (léase aumento progresivo)... Que no hay escalada de precios, dicen en la "continuidad", y a los ya conocidos y padecidos incrementos en tortilla, leche, gas, gasolina y demás productos, hay que sumar los aplicados al huevo, carne (res y pollo), peajes, cemento y varilla, en vía de mientras.

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