Usted está aquí: lunes 15 de enero de 2007 Deportes Ya no estamos para que nos den sino para exigir, afirma Rodolfo Rodríguez

Su gran triunfo en la Plaza México pone al descubierto el secuestro de la fiesta

Ya no estamos para que nos den sino para exigir, afirma Rodolfo Rodríguez

Tras años de monotonía sacudí a la opinión pública y traje nuevos aires, señala

LEONARDO PAEZ

Ampliar la imagen El Pana, en una de sus siete vueltas al ruedo la tarde de sus apoteósicas faenas en la México Foto: Juan Antonio Labra

"Después de la tarde que le dimos a la afición de la monumental México el domingo 7 de enero, gracias a Dios y a dos magníficos toros de Javier Garfias, ya no estamos para seguir mendigando oportunidades sino para exigir un trato digno de acuerdo con los resultados y al interés que hemos despertado luego de seis años de no pisar la plaza que me hizo. Vamos con los mejores toros y al mejor dinero", afirma sereno pero seguro Rodolfo Rodríguez El Pana.

"Han sido casi 28 años de absurdas políticas de puertas cerradas luego de una exitosa campaña novilleril en la que demostré el interés que mi toreo provocaba. Si en aquel entonces algunos mandones se molestaron y los empresarios obedecieron, hoy ha transcurrido tanto tiempo de sufrimiento, carencias y humillaciones que si no me pagan lo que pido, no lo necesito."

El jueves 11 de enero unos aficionados se reunían en el restaurante Tío Luis para instituir el grupo Amigos de Jaime Rojas Palacios, promovido por los hermanos Octavio y Alfredo Alvarez Padilla y Daniel Jiménez, entre otros, con motivo del aniversario ochenta y medio (sic) de Jaime, y para platicar sobre los planes de la agrupación, cuando de repente hizo acto de inesperada presencia el tlaxcalteca Rodolfo Rodríguez El Pana ­blazer verde, mascada al pecho, sombrero café de media ala­ para dar su aval a la trayectoria de Rojas Palacios como promotor de la cultura taurina y de paso apadrinar el nacimiento del grupo.

Los proyectos entonces cedieron el lugar a las declaraciones del diestro y a las preguntas de los asistentes, contagiados otra vez por la emoción de tener delante al protagonista de la gesta torera más imaginativa e intensa de décadas recientes en la Plaza México.

"Casi no se puede creer, comenzó Rodolfo, pero hace unos días estaba en un anexo para adictos y alcohólicos. Entonces el empresario José Antonio González Chilolín me tendió la mano, me sacudió, me dio cuerda, me maquilló y me puso a torear en su ganadería, me anunció para la décima corrida de la temporada en la México y, al doblar mi primer toro, me mandó un recado que decía: no te retires, te doy un mano a mano con Morante de la Puebla.

"Luego de que me llevaron en hombros al hotel el teléfono no dejó de repiquetear, desde la Presidencia de la República hasta el más modesto aficionado, pasando por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y el ex jefe Encinas, así como empresarios de España, Francia y Sudamérica, sin que faltaran los pendejos que me ofrecían un trago y en cuyo rostro volví a ver al mismísimo diablo."

­¿Te felicitaron autoridades de Tlaxcala?

­Oye, ni Jesucristo fue profeta en su tierra. No he recibido una felicitación del presidente municipal de Apizaco o del gobernador de Tlaxcala, pero me vale madre porque el domingo la gente en la plaza o por televisión se volvió loca conmigo y esa sí es una felicitación importante.

"El próximo martes ­agrega Rodolfo­ a las 10:15 en punto nos recibe en Los Pinos el ciudadano presidente Felipe Calderón. Alguien llamó para decir que sólo podía ir acompañado de otra persona, a lo que repliqué: 'mi equipo de trabajo son mi apoderado Salvador Solórzano y mi mozo de espadas Mauricio Méndez El Calafia. Si no van ambos, no va El Pana. Y claro, vamos los tres.

"Pensaba despedirme con toda dignidad, pero en tantos días de soledad fui reflexionando y madurando un propósito: darlo todo, y si salía el toro bueno pues a tope. Nunca llevo faenas preconcebidas, improviso en la cara de cada toro aquella suerte que su embestida propicie. Traía fortaleza física, claro, pero sobre todo anímica para exponer el espíritu, no sólo la piel. Si me hubiera salido el lote malo igual habría hecho que la gente estallara, pues cuando se tiene arte bastan detalles de verdadera inspiración.

"Este triunfo debió haber sido hace 25 años, tiempo que también ha perdido la fiesta de toros de México por relegar a toreros que valen. Pero en el anexo antialcohólico me dijeron: 'nada es antes ni después'. No voy tras El Zotoluco u Ortega. Me subo al gran tren mundial, pero a pullman."

Qué opinas del Zotoluco como torero, le preguntó la escritora Elisa Robledo. "Pues que como torero es un mal hijo", respondió enigmático y socarrón El Pana, a quien Jaime Rojas Palacios le advirtió: "Cuídate de ti mismo y de la soberbia".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.