En evidencia, la dependencia alimentaria de México: experto
Repudian productores alza en importaciones de maíz
Hay condiciones para duplicar la cosecha nacional y situarla en 40 millones de toneladas al año, dice el INIFAP
Las organizaciones de productores no entregaron un cheque en blanco al gobierno federal, y para aceptar el aumento en el cupo de importación de maíz exigieron el cumplimiento de una serie de acciones que impulsen la producción nacional del grano, como recuperar las áreas de riego subutilizadas y fomentar la agricultura por contrato. Esta última daría certidumbre a los campesinos sobre el destino y precio-costo de sus cosechas.
En tanto, Alejandro Espinosa Calderón, miembro del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), aseguró que el problema de fondo en la crisis de la tortilla está en que la capacidad instalada de producción de maíz en México no ha sido estimulada correctamente, a pesar de que cuenta con las condiciones para prácticamente duplicar el volumen de la cosecha del grano y situarla en 40 millones de toneladas por año.
Resaltó que, "de un plumazo", las fuerzas del mercado y los precios internacionales han puesto en evidencia que México depende del exterior para alimentar a su población, a pesar de que las autoridades aseguren que el país es autosuficiente.
Dijo que la infraestructura y los elementos con que cuenta el país para producir más maíz están erosionados, debido a que, como nunca en la historia, durante el sexenio pasado se desestímulo el cultivo del grano. De hecho, agregó el especialista, la crisis no es más grande por el incremento de superficie y elevada productividad de Sinaloa.
En Veracruz, el Consejo de Productores de Maíz y la Unión Estatal de Productores de Maíz repudiaron las medidas dadas a conocer por el gobierno de Felipe Calderón para enfrentar la escalada de precios del grano y la tortilla. Señalaron que abrir las fronteras a la importación masiva golpeará directamente a cientos de miles de agricultores.
Los dirigentes de estas agrupaciones, Araceli Pérez y Pedro Ramos, respectivamente, acusaron que la especulación en el precio de la tortilla podría ser una estrategia provocada para justificar la elevación de importaciones y beneficiar a los extranjeros, dueños de las grandes empresas procesadoras de maíz y comercializadoras de harina.
"No es posible que el presidente Calderón este pensando traer maíz del último rincón del mundo y, al mismo tiempo, hablar de la reactivación del campo". Es incongruente, porque las compras en el extranjero pegarán precisamente al campo, señaló Araceli Pérez.
Por su parte, Pedro Ramos recordó que anualmente se importan entre 8 y 10 millones de toneladas de maíz, principalmente de Estados Unidos, y "los nuevos cupos no frenarán la especulación en el precio, sino que deprimirán la cotización del grano nacional".
El líder campesino se pronunció porque además del subsidio a la tortilla por un plazo determinado, se castigue judicialmente a quienes acaparan y especulan con el grano y la harina de maíz.
El pasado viernes, el gobierno de la República anunció que para frenar la especulación y el alza en el precio de la tortilla, aumentará el cupo de importación a 650 mil toneladas de maíz libres de aranceles, de las que 450 mil provendrán de Estados Unidos y el resto, "de cualquier parte del mundo".
Para ello, acordó con organizaciones de productores realizar diversas acciones para sustituir importaciones. Entre ellas, impulsar la reconversión de maíz blanco a amarillo para uso industrial y pecuario, con una meta de un millón y medio de hectáreas para el segundo.
Lo anterior implica que los productores reciban apoyos para la reconversión productiva y en la aplicación del esquema de agricultura por contrato. Rangel Espinoza, presidente del Frente Nacional para la Defensa del Campo Mexicano, afirmó que estarán vigilando las acciones de la Secretaría de Agricultura para asegurarse de que el gobierno calderonista cumpla sus compromisos.
Los productores también plantearon la necesidad de abatir la deficiencia en el manejo de la cosecha y poscosecha, pues se estima que la pérdida es de 35 por ciento de los granos en la trilla, transporte, almacenamiento y merma por roedores, plagas y hongos. De reducirse este problema a la mitad, se dispondría de más de 2.6 millones de toneladas adicionales de maíz.
Con el aumento en las áreas de cultivo, ahora subutilizadas, también aumentaría la producción en por lo menos 5 millones de toneladas. Otros 8 millones podrían lograrse con la ampliación de los campos de cultivos en el sur-sureste de la República y con 150 mil hectáreas de Sinaloa.
La propuesta de los agricultores incluye la utilización de materiales genéticos mejorados que induzcan el uso de híbridos y variedades de alta productividad.