Usted está aquí: miércoles 10 de enero de 2007 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Preciosidades

Una foto vale más que mil discursos

Elaboraciones tácticas sobre migración

AMLO: las giras y la nueva Tele Buena

Por sus fotos les conoceréis: de la siquiátrica chamarra militar desabotonada, y el oportunista uniforme de las Chivas a medio poner, hasta llegar a la confesión gráfica de cercanía con quien fue aliado electoral en julio de 2006, a cambio de amnistía política que ayer se confirmó presencialmente: del góber precioso al preciso precioso; esos son los reyes de la política del canje, papá.

La guerra de la tortilla tiene sus soldaditos de gnomo, y por ello se agita y agria el nixtamal colectivo (¿todos acabaremos siendo molidos y cocidos en agua de cal?: intentos de respuesta serán recibidos en los expendios de la PFP). Ningún discurso ni análisis tiene la capacidad esclarecedora ante los ojos populares que un aumento creciente de precios en terrenos básicos de la cotidianidad alimenticia. Pero los soldaditos de gnomo ensayan formas de curar las heridas por ellos mismos producidas, así es que el transexenal Eduardo Sojo anuncia que habrá "apoyos" ­que no subsidios, ¡oh, cuán fea palabreja populista!­ para que la gente no resienta tan duramente el incremento al precio tortillero.

Gnomos gordillos pasean en Coahuila con V de venganza por la conformación del gabinete presidencial en donde los intereses de la primera profesora del país no fueron suficientemente recompensados por sus andanzas electorales del año pasado. Que dice el justiciero, limpio y nada corrupto ni nepótico gobierno del profesor Humberto Moreira (a través de la independiente y autónoma voz de su procurador de justicia) que en Pasta de Conchos hubo responsabilidad penal tanto de funcionarios de la Secretaría federal del Trabajo (que El Yunque tuvo como franquicia con Francisco Javier Salazar Sáenz) como de los dueños de la Industrial Minera México (esta columna también está en falta: meses ha que no se asoma a las crónicas del Hipódromo de las Américas para compartir con sus centauros lectores las incidencias de las carreras de cuacos pura sangre en que el patrón Germán Larrea se entretiene, mientras en las tristes tierras mineras los hombres mueren a causa de descuidos o ahorros criminales). Moreira sostiene (es decir, su procurador) que hay la posibilidad de que el presidente general Calderón (es decir, que preside al país en lo general, genéricamente) realice su improbable Quinazo junior echándole el guante al antes mencionado Salazar Sáenz y al millonetas Larrea, pero para todo ello deberá contar con la anuencia de la jefa de un segmento de los gobernadores priístas, la jugadora de mil canchas, ElbEsGor, que al mismo tiempo batalla en busca de instalar a Enrique Jackson como presidente nacional de la venta sexenal de garaje denominada PRI.

El general presidente Calderón aprovechó la posición de ¡descansen! en una reunión con diplomáticos mexicanos, para informarles que el tema migratorio ha sido mandado a Chihuahua a un baile. Deslinde oratorio con cargo a las espaldas mojadas: la improductiva estridencia foxista en esa materia fue pasada a cuchillo verbal, porque según el nuevo ocupante de Los Pinos ese tema debe ser tratado "con perspicacia y sensatez" para que pueda avanzar en la selva de las relaciones con Washington. Y no sólo eso. En una deslumbrante elaboración de estrategia castrense de altos vuelos, el político de las cinco estrellas en la frente dijo que es "importante quitar del centro de la discusión bilateral (con Estados Unidos) el tema migratorio". Y explicóse con singular brillantez: "no reducirlo en importancia" (algo puede ser quitado del centro de algo pero no ser reducido en importancia, como podría suceder si el Sol fuese trasladado a la órbita de, por ejemplo, Plutón, el planeta enano espurio), "pero sí reducir su vulnerabilidad" (¿Cómo podría Estados Unidos vulnerar nuestra intención de un pacto migratorio justo si los mexicanos le escamoteamos el tema a los güeros?, ¿a ver, a ver?) "y ser capaces de renfocar la relación, con el sustento de la opinión pública en ambos países y en ambos gobiernos, precisamente a un objetivo común que tiene que ver con el desarrollo".

Porque resulta que ahora el presidente del país sin empleo está convencidísimo de que la solución al problema de los gringos, que no quieren mexicanos especializados en brincar fronteras, es que México tenga tal desarrollo económico que a nadie se le antoje irse al otro lado. Por ello, al final de su alocución diplomática, la fe de Felipe le puso fecha a la ilusión: "...México, reitero, puede ser la cuarta economía más grande del mundo hacia el 2050, si logramos hacer lo que en conjunto podemos y debemos hacer" (Ah, siendo así, no hay problema: ¡Preparaos, 2050: allá va México, experto consumado en hacer lo que puede y debe hacer!).

López Obrador se asoma a la pantalla pública nacional con algo que, la verdad sea dicha, sólo confirma el estancamiento intelectual y programático de la cúpula de un movimiento social que se defiende y resiste a pesar de que esa elite sigue instalada en la visión electorera, la guerra de facciones y el culto a la personalidad supuestamente infalible. La mano dura de Calderón y la crisis económica que se está gestando empujarán al país a situaciones de descontrol y estallido en las que nuevamente la esperanza popular de cambio (de recomposición) estará sujeta a las visiones y maniobras de los políticos "de izquierda" que mantienen un discurso rutinario, sin atinar a proponer una interpretación inteligente y eficaz de lo que sucede en el país, y un proyecto de trabajo organizativo que vaya más allá de lo electoral y lo contestatario. De las giras sin sentido (una especie de obsesión por gastar el tiempo en lo inmediato, para no tener tiempo para definir y atender lo importante) a las medias horas de madrugada en la Nueva Televisión Buena, la del comprensivo y bondadoso señor Salinas (Pliego). Por sus giras, y sus aliados, también les conoceréis.

Astillas:

Esta columna, y el soldadito del pomo que la elabora, agradecen a sus lectores los buenos deseos que a través de Internet ha recibido en los días de hibernación que (snif) hoy terminan (oficialmente). Y, como fue escrito aquí el pasado 20 de diciembre, hoy se reitera la esperanza de que 2007 sea un buen año y que "se mantenga viva y acrecentada la llama de la lucha por un México mejor"... ¡Hasta mañana, en esta columna que trabaja en la próxima reactivación de la Otratele!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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