Presentan en Filadelfia 125 obras de creadores de los dos países

Muestran en EU influencia de la gráfica mexicana en el arte moderno

Destaca la colección de obras del TGP que posee el museo McNay

MERRY MACMASTERS

El énfasis en la educación mostrado por el gobierno de México en la década de 1930 se vio reflejado al mismo tiempo en Estados Unidos, lo que produjo paralelos llamativos entre ambos países. Mientras que en México hubo un fuerte apoyo hacia las artes por parte del gobierno, en EU la Works Progress Administration alentó a los artistas "modernistas" a producir estampas y establecer talleres con base en el modelo del Taller de Gráfica Popular (TGP), fundado en 1937 por un grupo de artistas encabezado por Leopoldo Méndez, Pablo O'Higgins y Luis Arenal.

Inclusive la idea de que los artistas se reunieran como una colectividad para colaborar en la creación de sus obras de arte tuvo un impacto tremendo en la impresión de obra gráfica después de 1960, al grado de que "artistas como Jasper Johns y Robert Rauschenberg nunca hubieran hecho los grabados que hicieron de no haberse establecido el modelo basado en el TGP", expresa Lyle W. Williams, curador de grabado y dibujo del Museo de Arte McNay, en San Antonio, Texas.

En los años 30, agrega Williams, ambos países estaban "un poco más cercanos en lo social y lo político porque era un momento en que el socialismo fue popular en EU. Muchos de los programas de Roosevelt para sacar a EU de la depresión tuvieron sus contrapartes en México".

Con una tradición de coleccionar arte mexicano, el McNay ha organizado con el Museo de Arte de Filadelfia la muestra México y la gráfica moderna. Una revolución en las artes gráficas, 1920 a 1950, exposición que fue inaugurada en la capital de Pennsilvania el pasado 21 de octubre.

La muestra viajará después al Centro Frist para las Artes Visuales, en Nashville, Tennnesse, donde permanecerá del primero de febrero al 15 de abril de 2007, y al Museo de Arte de Phoenix, Arizona, del 29 de junio al 16 de septiembre, antes de concluir su itinerancia en el McNay del 3 de octubre al 6 de enero de 2008.

Integrada por 125 obras tanto de artistas mexicanos como de extranjeros que vinieron a México y fueron influenciados por su arte, al llegar a su última sede la muestra aumentará porque el Museo de Arte McNay, aparte de la obra de Los Tres Grandes (José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros), tiene una amplia colección de piezas hechas por artistas menos conocidos que trabajaron en el TGP.

Para Williams la litografía Zapata (1932), de Rivera, es una de las "imágenes seminales de la gráfica del siglo XX, un hito en la historia no sólo del arte mexicano, sino del moderno". En vista de que "no fue un acontecimiento aislado, ni careció de precedentes ni un contexto histórico sustancial, sentimos la necesidad de organizar una exposición entera enfocada a ese período en el tiempo, a fin de darle vida a la obra gráfica".

Continúa: "En EU es poco conocido lo que sucedía en la ciudad de México en ese entonces, porque había artistas que trabajaban en el cine, el teatro, en la gráfica, haciendo murales y pintando. Entonces, quisimos llevar ese tipo de emoción al público y decirles algo acerca de la rica tradición de la gráfica en México".

En su ensayo, Evolución de una revolución, incluido en el catálogo de la muestra, Williams se remonta a 1539, ya que en México se estableció la primera imprenta de las Américas, para revisar lo sucedido hasta 1950, algo que se hace "por primera vez en inglés".

Quiso proporcionar esa información, entre otras razones, porque "la gente ignora la rica tradición gráfica existente en México. En EU tenemos una visión anglocéntrica de cómo se dio el periodo colonial y se desarrolló el arte. Entonces, ésta es una especie de abre ojos para que el público estadunidense se dé cuenta que en la ciudad de México ha existido una tradición gráfica desde hace más de 450 años".

El Museo de Arte McNay fue fundado en 1950 con la colección y herencia que dejó Marion Kooglar McNay, egresada del Instituto de Arte de Chicago, cuya primera compra al parecer fue en 1927 un retrato de Delfino Flores, hecho el mismo año por Diego Rivera.

Por su parte, el director fundador del museo, John Palmer Leeper, sentía fascinación por México, pasó mucho tiempo aquí y consideraba los murales las más grandes obras artísticas del hemisferio occidental, apunta el entrevistado. Como Leeper quería tener una representación de los murales empezó a coleccionar los grabados hechos por sus autores.

Al llegar al McNay en 1992 Williams encontró "un grupo maravilloso de estampas mexicanas que tenían mucho tiempo de no exhibirse". Eso le interesó en la gráfica mexicana y desde entonces el museo ha adquirido más obras para la colección.

Explica: "Cuando llegué al museo había muchas impresiones del Taller de Gráfica Popular. Estaban los retratos de Rivera y Siqueiros de Zapata, pero de ellos no teníamos nada más allá de eso. Así que empezamos a coleccionar sus otras litografías también, y ahora tenemos todas las que produjo Rivera, y muchas de las que hicieron Orozco y Siqueiros.

"Había un dealer y curador, Carl Zigosser, quien manejó una galería neoyorquina de gran influencia, la Galería Weyhe, de hecho fue quien editó obras de Rivera y Orozco en los años 30. Cuando una parte de su colección se puso a la venta, la compramos.

"Luego, conocí a una mujer, Ofelia Espallargas, quien fue fotógrafa en el TGP, y tenía obras de sus integrantes que no estaban el McNay. También adquirimos su colección."

Cuando el McNay empezó a comprar había pocos coleccionistas en EU de gráfica mexicana. Pero, unos cuantos años después "muchas personas empezaron a coleccionar y ahora este material es muy difícil de conseguir. Tuvimos suerte de comprar cuando lo hicimos".