Usted está aquí: sábado 23 de diciembre de 2006 Cultura Una música cordial

Una música cordial

Otro músico que ha logrado romper los cercos de los compartimentos estancos es el extraordinario melodista inglés Paul McCartney, quien presenta ahora su cuarto disco de música ''clásica": Ecce Cor Meum (EMI Classics), subtitulado Behold my heart (Contempla mi corazón), títulos que en latín pudiera traducirse como He aquí mi corazón y que tiene un guiño nietzscheano (por el Ecce Homo del filósofo alemán) y que fue concebido por el gran Mac cuando participó en un concierto, realizado en una iglesia de Nueva York, con música del místico contemporáneo y entrañable conocido del Disquero John Taverner.

En ese templo, Mac vislumbró una estatua extática y bajo ella la inscripción que titula su nuevo disco, que grabó en los también legendarios estudios Abbey Road con un coro de niños y nada menos que con la finísima orquesta de la Academy of Saint Martin in the Fields. Siguiendo el modelo haendeliano, el ex beatle logra una partitura harto interesante, explota su valor mayor, el de un extraordinario generador de efluvios melódicos para aspirar al estado de gracia y cantar, a través del coro y de la orquesta, con el corazón.

 
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