Usted está aquí: sábado 23 de diciembre de 2006 Cultura Un poema en piano

Un poema en piano

Pablo Espinosa

Un nuevo disco de Keith Jarrett es una noticia alentadora en estos tiempos turbios. Grabado hace apenas unas semanas, el álbum doble titulado The Carnegie Hall Concert contiene 66 gloriosos minutos de música a cargo de quien es sin duda el más prodigioso pianista de jazz en la actualidad.

El genio del maestro Jarrett rebasa todo, empezando por los límites inciertos de la música jazz, pues no solamente aletea sobre el dominio del blues, el boogie woogie, la balada amorosa, sino que asciende con todo el conocimiento de causa, firmeza y justeza en el mismísimo territorio de la música de concierto.

Además, y con este nuevo álbum lo confirma para siempre, domina como nadie el supremo arte de la improvisación. A la manera de Mozart, maese Jarrett levanta andamios invisibles en el aire y propone una música tan repentista como inspirada por los mismísimos ángeles.

Esta nueva grabación amaciza también el formato concierto que dejó perfectamente establecido hace 31 años, con el Köln Concert y que es un emblema cultural definitivo. Se trata de una sesión improvisatoria de más de una hora de duración planteada conforme late el corazón, pulsa la respiración, aspira el cosmos y se eleva Keith Jarrett en brazos de arcángeles, sumido en éxtasis, poseído por la inspiración, devorado por la hoguera de la pasión.

Además de tratarse de una obra maestra de madurez, el Concierto en el Carnegie Hall define innovaciones en el formato que ha hilvanado Jarrett, luego de Colonia, en París, Viena, Tokio, La Scala e inclusive la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl de la ciudad de México, grabación que atesora Jarrett como lo hace con todas sus presentaciones en el planeta.

Las nuevas variantes consisten, en primer lugar, en plantear parcelas, es decir articular fragmentos breves, en este caso 10, a manera de una suite camerística pero monumental. Con este procedimiento, Jarrett consigue como siempre hacer que el escucha contenga la respiración, gima de placer, oscile en péndulo en su asiento, viaje párpados adentro, se aviente de clavado a la hoguera donde Jarrett gime, respira, oscila y se ensimisma epidermis hacia adentro.

He aquí un poema pianístico de dimensiones descomunales. Al terminar su luenga gesta improvisatoria, Jarrett obsequia cinco encores cinco.

 
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