Usted está aquí: viernes 22 de diciembre de 2006 Cultura Andrés Ramírez persiste en comprender la realidad mediante la palabra

El escritor habla de su poemario Zapping, que ya circula en librerías

Andrés Ramírez persiste en comprender la realidad mediante la palabra

Caza instantes y recrea ''pequeñas llamaradas'' de sí mismo o de la cotidianidad

La desesperanza en el mundo es fuente de temas para crear poesía, dice a La Jornada

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Escribir Zapping fue ''un escape del trabajo cotidiano'', manifestó Andrés Ramírez a La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

Mediante la poesía, Andrés Ramírez (Tetelcingo, Morelos, 1972) permanece atento a la realidad, inmerso en lo cotidiano, no obstante ésta se aparezca fragmentada.

De pronto, caza un instante, lo transforma en un verso y recrea ''pequeñas llamaradas" de sí mismo o de aquello que sucede en la calle, en su casa, a través de la ventana de su oficina.

Así describe el poeta el contenido de su poemario Zapping, editado por la Universidad de Guanajuato, con el apoyo de una beca del Centro Mexicano de Escritores y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y que recientemente comenzó a circular en librerías.

Ser tenaz y no rendirse

En entrevista con La Jornada, Ramírez considera que ''una de las grandes virtudes de la poesía es que no ha aspirado a ser un producto comercial de la industria editorial, en ese sentido, se mantiene pura e intacta.

''La poesía no tiene más leyes que las que el propio poeta determina, por eso cada autor debe ser fiel a sí mismo y seguir su vocación de principio a fin. Tal vez en el camino se dé cuenta de que la poesía no es lo suyo, sino la narrativa o la crónica, pero si uno hace poesía se descubre, poco a poco, esa necesidad de estar todos los días escribiendo o pensando en posibles poemas.

''Se trata de ser tenaz, de no rendirse ante el hecho de que, efectivamente, hay pocos lectores de poesía, pero son lectores muy fieles y conocedores del género, lectores atentísimos a lo que uno hace, personas que realmente disfrutan la poesía sin pensar en otra cosa".

El poeta explica que ''las certezas aparecen luego del trabajo constante con cada poema, y son verdades, chispazos, que no dependen de nada más. Son certezas a veces dolorosas, otras más festivas, otras de descripción de lo que uno ve, pero que constituyen mundos ajenos, que sólo le pertenecen al poeta".

Andrés Ramírez estudió antropología y letras, pero lleva años dedicado al trabajo editorial, y en la actualidad se desempeña como director literario en Random House Mondadori.

Al respecto, dice que durante algún tiempo las labores de oficina se pusieron ''encima" de su poesía, ''pero ésta siempre ha circulado por su carril. Zapping lo escribí hace casi seis años y tuve que estar encontrando espacios para cada poema.

''Trabajar todos los días en una editorial, aunque esté rodeado de libros, escritores y amigos, no deja de ser difícil para un poeta, porque no queda tiempo para leer lo que uno quiere o para escribir lo que se desea, por eso, este libro fue un escape del trabajo cotidiano".

El terreno de la utopía

Andrés Ramírez ha publicado los poemarios Un canto para los navegantes (Dosfilos, 1992) y En nuestros ojos (Universidad Veracruzana, 1997); señala que en su época de adolescente, ''cuando se es utopista por naturaleza", descubrió su vocación por la poesía.

''La poesía es también el terreno de la utopía, porque ahí uno es el creador de un mundo propio. El primer poeta que me impactó fue Pablo Neruda y sus poemas de amor, entonces mis primeros poemas te-nían que ver con ese canto a la belleza. Después escribí poemas más sombríos, de descorazonamiento con respecto a la realidad.

''A través de los años, uno va conformado su voz, su estilo, su identidad poética. Mis primeros poemas estaban muy influenciados por lo que leía y por lo que estaba sintiendo. Después, fui descubriendo que hay muchas más capas de la realidad y de la poesía, por eso el oficio de poeta ha sido para mí un descubrimiento de los temas y las sensaciones que me interesan, al tiempo de que he tratado de ir perfeccionando el lenguaje, en el sentido más técnico y simple."

­Por encima de los cambios que ha experimentado su poesía, ¿cuál considera que es su huella digital, aquello que permanece en su escritura?

­La desesperanza ante el mundo que nos rodea es innegable. Sin duda se trata de una fuente de temas. Los poemas que integran Zapping son una especie de confesiones y eso siempre ha existido, tratar de comprender la realidad mediante el poema: tratar de entender lo que uno siente y vive a través de la palabra. Esas son las huellas que siguen actuando en mí.

 
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