Usted está aquí: martes 19 de diciembre de 2006 Política Pesadilla de un arquitecto oaxaqueño que "enfrentó" a elementos de la PFP

Porfirio Domínguez Muñozcano sufrió cárcel y lesiones que casi lo dejan ciego

Pesadilla de un arquitecto oaxaqueño que "enfrentó" a elementos de la PFP

Detenido y golpeado el 25 de noviembre, padeció amenazas y tortura sicológica

JAIME AVILES

Por salir a imprimir unos planos, en una papelería cercana a su domicilio, un arquitecto oaxaqueño estuvo a punto de ser asesinado por la Policía Federal Preventiva (PFP); sufrió lesiones que por poco lo dejan ciego, tuvo que pagar 7 mil pesos por las intervenciones quirúrgicas que le ocasionó la represión, pero ahora demanda penalmente a la juez que lo procesó, María de los Angeles Vázquez García, y a la procuradora de "justicia" de aquella entidad, Lizbeth Caña Cabeza.

Para el arquitecto Porfirio Domínguez Muñozcano, de 42 años de edad, la pesadilla también comenzó el sábado 25 de noviembre al final de la tarde. "Salí de mi casa a imprimir unos planos en una proveduría (papelería) que se encuentra en Reforma y Constitución, a escasos metros del primer cuadro de Oaxaca, cuando vi mucho movimiento de tropas de la PFP que venían corriendo hacia mí", recuerda.

Su "enfrentamiento" con los hombres vestidos de gris no duró mucho. "El primer toletazo que recibí en la cabeza me privó del sentido. Desperté dos horas después, con la cabeza vendada y la cara y el cuerpo bañado en sangre, con golpes en todas partes. Estaba en el zócalo de Oaxaca, acostado bocabajo, amarrado de las manos junto con 50 o 60 personas más", describe.

"Alguien medio me curó y me vendó, pero cuando volví en mí a todos los que estábamos en calidad de detenidos pasaban los militares y nos pateaban o nos golpeaban con (las culatas de) armas de alto calibre. Así nos tuvieron mucho tiempo. Luego nos llevaron con rumbo desconocido y en los camiones nos torturaron sicológicamente", precisa.

"Decían que nos iban a dejar a la orilla de una carretera para que nos recogieran unos helicópteros y que nos iban a aventar vivos al mar. Nos tenían muertos de miedo y nos seguían pegando. Por fortuna llegamos al reclusorio femenil de Tlacolula. Eran como las dos o tres de la madrugada. Ahí nos siguieron pegando y amenazando, hasta el lunes al amanecer. Fue cuando nos dijeron que ahora sí nos iban a llevar a los helicópteros. Hay que imaginarse el terror que teníamos", subraya.

Eran, calcula, 74 hombres y 16 mujeres, al menos del grupo de detenidos de la PFP en que él estaba. Y agrega que "a la hora en que empezaron a subirnos a los camiones, alguien me vio y dijo que yo no podía ir porque estaba muy malherido. Eso me salvó de ser trasladado al penal de Nayarit. En cambio me mandaron al hospital civil Aurelio Valdivieso, en Oaxaca. Ahí me hicieron varias operaciones, sobre todo en la cara, una para reconstruirme el piso orbitario del ojo, que por poco lo pierdo", afirma.

"Los 10 días que permanecí hospitalizado me tuvieron en calidad de detenido, con dos agentes ministeriales afuera del cuarto. Me acusaban de lo mismo que a todos los del grupo que llevaron a Tepic: sedición, incendio y asociación delictuosa. Una mañana me sacaron del hospital, no porque ya estuviera restablecido sino porque necesitaban la cama. ¡Y me cobraron 7 mil pesos por las atenciones!", precisa.

De regreso al penal de Tlacolula, pasó una semana más tras las rejas, hasta que "el 15 de diciembre me dijeron que quedaba en libertad bajo caución por desvanecimiento de datos; me lo dijeron tempranito y, una hora después, me sacaron casi a empujones y me llevaron hasta la carretera, sin esperar a que llegara mi abogado o mis familiares".

Todavía, denuncia en entrevista por vía telefónica, "tengo la mitad de la cara dormida y los doctores me dicen que así me va a durar como dos meses, y traigo toda la piel morada y el ojo rojizo a consecuencia de las lesiones, pero no me voy a quedar así", asegura.

"Estamos demandando a la juez mixta de primera instancia del distrito de Tlacolula, María de los Angeles Vázquez García, y a la procuradora de justicia de Oaxaca, Lizbeth Caña Cabezas", informa el abogado Isaac Torres Carmona, quien asimismo está preparando cargos contra la PFP y la Agencia Federal de Investigación (AFI), cuyos elementos lesionaron al arquitecto Domínguez Muñozcano y lo sometieron a torturas físicas y mentales, violando todos los procedimientos señalados en caso de arresto de personas por las leyes vigentes.

Este testimonio corrobora, una vez más, que el sábado 25 de noviembre, después de sostener arduos enfrentamientos con militantes de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), los agentes de la PFP y la AFI avanzaron por el centro histórico de la hermosa ciudad colonial golpeando sin clemencia y deteniendo a todas las personas que encontraban a su paso, antes de torturarlas en los transportes en que las remitieron a distintas cárceles de ese estado y del país.

Tras la liberación de 45 de ellas el pasado fin de semana, por "falta de méritos" o "desvanecimiento de datos", las autoridades "están tratando de eludir sus responsabilidades penales y no asumir las consecuencias por haber acusado de delitos graves a tantas personas inocentes", concluyó el abogado Torres Carmona.

En este contexto, explicó Carlos Andrés del Campo Ortega, monitor de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), "ahora se está gestionando la libertad de las 95 personas que siguen presas en El Rincón, Nayarit", y dio la dirección [email protected] para que se comuniquen quienes deseen apoyar la campaña internacional que se está desarrollando en apoyo de ellas.

 
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